Chicas Testosterona

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Salí del salón, aun faltaba casi media hora para la siguiente clase, pero aun así, decidí dirigirme a los vestidores para cambiarme. El uniforme deportivo no era de mi agrado, la playera demasiado escotada y ceñida, quedaba perfecta con el short que solo tapaba las asentaderas; me coloqué el pants encima. No podía caminar por la escuela con solo el short.

No sabía exactamente a qué lugar ir, mi estado de ánimo estaba terriblemente afectado; el gimnasio era lo más cercano.

Como era de esperarse, estaba vacío. Entré sin hacer ruido, caminé alrededor buscando un lugar pequeño y alejado. El enorme gimnasio era demasiado lujoso, era de esperarse por el costo de la colegiatura. El piso era de duela retráctil, debajo de él, podía escuchar el sonido del agua, probablemente había una enorme piscina debajo. A los costados, había unas gradas, donde el piso era firme. En la duela había una enorme cancha de basquetbol, y dentro, pintadas, unas canchas de voleibol. Todo eso, solo en la mitad del gimnasio, del otro lado, resguardado por una reja, un equipo de gimnasia, con trampolines, redes, colchonetas etc. Caminaba cerca de las gradas, y localicé un pequeño hueco entre las colchonetas y las gradas, perfecto. Con mi estatura y mi complexión, no fue problema el poder entrar. Una vez en la oscuridad, comencé a llorar, sin hacer ruido, solo dejé que mis lágrimas corrieran por mis mejillas. El silencio y la oscuridad me resultaron aún más melancólicos. Seguí llorando en ese pequeño lugar, todavía tenía cerca de diez minutos para afligirme de mí.

.- ¿Estás bien?-. Preguntó una voz desconocida, no pude verle bien la cara, la oscuridad del lugar me lo impedía, pero estaba segura, de que no era ninguno de los Campbell, su perfume era diferente, y su voz más gruesa.

.- Este… yo, sí-. Le dije, y dibujé una falsa sonrisa en mi rostro.

.- Te eh visto llorar por casi veinte minutos, ¿Segura que estas bien?-. Su trato amable solo desembocó aun más mis lágrimas.

.- Solo necesitaba desahogarme-. Respondí sollozando.

.- ¿Estas herida?-. Me preguntó mientras yo recordaba la vez que conocí a Bástian.

.- Las heridas psicológicas duelen más que los golpes-.

.- ¿Fue Jane?-.

.- ¿Hay alguna otra?-. Mi tono sarcástico fue dolido.

.- Bueno, no sé cuánto tiempo lleves aquí, pero, deberías saber qué tipo de personas son ellas-. Me sermoneó.

.- Este fue mi primer día en la escuela, y fue horrible-.

Se quedó en silencio, su plática superficial me había calmado suficiente y ya había parado de llorar.

.- Eso explica porque no reconocí tu perfil o tu forma de caminar-. Dijo pensativo intentando mirar mi rostro-. Normalmente las chicas se pasean por aquí y se esconden para verme entrenar-.

.- ¡Le juro que esa no era mi intención!-. Lo interrumpí.

El comenzó a reírse de forma encantadora, me arrastre para poder salir, quería verle el rostro, él se quitó de la entrada y me permitió salir.

Cuando me paré, casi caí sentada ante la sorpresa. Definitivamente no era un profesor o un alumno. Parecía un universitario, realmente guapo, muy alto y musculoso, tipo Bástian, su tez era un poco más morena que la mía, sus cejas pobladas y sus ojos grandes le daban una mirada amable y franca. Sus labios pronunciaron un ligero “wooow” imperceptiblemente. Él también me examinaba.

.- Mi nombre es Audrey Minnelli-. Me presenté estirando mi mano.

.- ¿Eres la amiga de los Campbell?-. Preguntó atando cabos.

Lady Killer- Pasado Asesino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora