Los Freeman

8K 588 21
                                    

Llegamos a la Pizzería, y ordenamos tantas pizzas como nos alcanzó el dinero. Fue rápido, ya que era una tienda grande, con muchos trabajadores. Dejamos pagado, y decidimos ir a dar una vuelta en lo que preparaban las pizzas. Caminamos por uno de los sectores ricos de ese lado de la ciudad. Los jardines verdes, adornados con flores de muchos colores, eran el centro de atracción. Íbamos bromeando mientras caminábamos por la acera. Después de lo que creímos era suficiente, decidimos regresar. Las pizzas ya estaban listas, pero eran muchas como para cargarlas de un solo viaje. Entramos y salimos de la tienda un par de veces, y metimos las pizzas amontonadamente.

.- ¿Necesitan ayuda las señoritas?-. Pregunto un joven a nuestras espaldas. Volteamos a mirarlos, y casi sucumbo al verlos. Eran tan guapos como los Campbell, pero con cierto aire socarrón en sus rostros. Kris se mostró molesta, mientras que Mily retrocedía. No necesite preguntar para saber quiénes eran.

.- Tiempo sin verte Kristen-. Saludó el más alto. Eran solo 5, muy altos, de complexión musculosa. El hermano mayor (el de enfrente, que saludó) tenía el cabello negro largo y despeinado. El más guapo de todos, por supuesto, miró a Kristen. A sus flancos se encontraban un par de rubios, altura media y musculosos, eran gemelos, sus facciones lo decían. Nos miraban con desdén y aburrimiento. De un lado, había un joven melenudo y castaño, muy musculoso y bravucón. Le sonrió a Mily de forma un tanto morbosa. El último chico, tenía el cabello color negro, con mechas moradas. Varios piercings. Era el que más miedo inspiraba. Kristen no pareció intimidada. Yo dudé con la mano cerca del short.

.- Lo mismo digo Jaziel-. Casi escupió su nombre, casi.

El chico la miró, bufó, y se adelantó un paso. Yamileth retrocedió y sacó su teléfono, alguien se lo quitó de entre las manos.

.- No necesitas tu teléfono linda-. Le dijo un chico. Volteamos la mirada, y ahí estaban los tres hermanos restantes. El que le quitó el teléfono, era un joven semi musculoso y alto, de cabello castaño claro, corto casi a rape. Iba a presionar el botón, pero alguien tomó mi mano y la sujetó a lo alto.

.- ¿Un nuevo juguetito?-. Preguntó uno de los que acompañaban al que le quitó el teléfono a Yamileth. Era más alto que yo, con el rostro blanco y chapeado. Su cabello rubio y largo le tapó los ojos, mientras que sus ojos oscuros me observaban. Jalé mi brazo, tal vez demasiado fuerte, él me soltó sorprendido. Yo me aparté. Kristen detuvo al tercer chico, parecía indefenso. Usaba grandes gafas y el cabello largo, amarrado en una coleta.

.- ¿Quién es ella?-. Le preguntó Jaziel a Kris. Él se acercó a mí sin detenerse a pensarlo. No estaba asustada, un poco sorprendida ante su completa falta de vergüenza. No supe por qué, pero de repente, me quedé atrapada bajo su mirada, no pude apartar los ojos de su mirada. Sus ojos color Amatista me atraparon. Me sentí confundida, y mi cuerpo no respondió a mis órdenes; tenía que apartarme, pero no podía moverme.

.- Eres hermosa, "Mon petit"-. Susurró con un acento Francés. Tomó mi rostro entre sus manos, y me sonrió. Volví en mí, y me aparté de él, intentando no mirarlo a los ojos.

.- ¿Qué demonios?-. Susurró uno de los gemelos por lo bajo. Jaziel controló mejor la emoción que lo embargaba.

.- Los primeros encuentros, ameritan presentación-. Me dijo tomando de nuevo mi rostro, yo intenté mantenerme consiente.- Mi nombre es Jaziel-. Se presentó, estiró su delgado dedo y señalo a los gemelos-. Ellos son Aarón y Moisés-. Después señaló al castaño-. Él es Christian-. El chico no me miró, al igual que los gemelos-. Él es Adam-. Se dirigió al de los piercings, él me sonrió, y un escalofrío recorrió mi cuerpo-. Mateo es el chico del teléfono-. El que le había quitado el celular a Yamileth-. El que te sorprendió se llama Peter, y el que Kristen asustó es George-. Dijo señalando uno a uno, yo apenas y los miraba.- Tú, mi pequeña, tienes el honor de conocer, a los hermanos Freeman-. Dijo alardeando, sus hermanos se juntaron detrás de él. Cuando Mateo pasó a un lado de nosotros, le arrebate el teléfono, y me aparté rápidamente de Jaziel. Ellos parecían muy sorprendidos por mi comportamiento. Me acerqué a Kristen y a Yamileth, quienes parecían asustadas. Miré a Kris, y le hice señas de que se subieran al auto. Mily se sentó atrás para permitirme entrar rápidamente.

.- Si te vas sin presentarte, tendré que seguirte para saber quién eres-. Me amenazó muy tranquilo mientras se recargaba en un flamante coche rojo. Sopesé la idea de utilizar el nuevo utensilio de la familia, pero una situación así no lo ameritaba. Jaziel no daba miedo, era un poco extraño, pero a mí no me atemorizó.

.- Mi nombre es Audrey Minnelli-. Susurré muy despacio. Él me miró complacido y comenzó a acercarse de nuevo. Yo di dos pasos hacia atrás, y él me alcanzó rápidamente. Me tomó por un brazo, y mi rostro, acercándolo hacia el suyo.

.- Me interesas Audrey, y cuando algo me interesa, lo consigo de cualquier manera posible-. Aparté la mirada intimidada.

.- No me interesa que quieras tú, yo no estoy interesada-.

.- Acabarás siendo mía, te guste o no-. Se acercó aún más, y yo usé buena parte de mi fuerza para apartarlo de mí. Salté dentro del auto, mientras Kris aceleraba, se quedaron atrás sin dar muestra de que nos seguían. Mily estaba muy nerviosa, pero yo les pedí que guardaran en secreto lo ocurrido. Ellas parecieron dispuestas a cooperar.

La tarde paso lenta, comimos casi en silencio, ellos no parecían notar lo nerviosa que estaba Mily, ni lo molesta que lucía Kristen; yo me sentía relajada, y tal vez un poco halagada, jamás hubiese pensado, que un chico tan guapo, se acercara a mí, teniendo como amigas, a dos chicas bonitas.

El domingo fue un día de lo más tranquilo, todos nos levantamos tarde. Bástian incluso, estuvo todo el día con la piyama. Yo me encargué de calentar la pizza del día anterior. También les ayudé a empacar todas sus cosas. Prometieron regresar lo antes posible.

El lunes, se marcharon muy temprano por la mañana, despidiéndose de mí antes de marchar, dándome instrucciones precisas de no salir de casa y descansar.

Estando en casa, y con la batería a tope, decidí limpiar a conciencia. Empecé desde el tercer piso, escombrando, limpiando y trapeando, ese piso no tenía nada más que puro polvo. Limpié las ventanas, y las escaleras, para no tener que subir de nuevo. El segundo piso, fue un poco más complicado. Decidí entrar en cada cuarto para acomodar lo que fuera, el cuarto de Owen, fue el más rápido de asear, no había ropa tirada, y la cama estaba pulcramente tendida, acomodé un par de zapatos, y limpié su escritorio, lo dejé abierto para que se ventilara; fue curioso encontrar en su cuarto, algunas figuras de acción de Marvel, incluso eran de colección y originales, me pareció un hobby de lo más particular. El siguiente que limpié, fue el de Corban, no era tan desordenado como pensé, tendí su cama, recogí el mar de ropa, la doble y la puse en su lugar, su escritorio estaba casi vacío; no me sorprendió ver, la cantidad de ropa que tenía, así como zapatos y suéteres, le gustaba demasiado la ropa, incluso más que a una chica. Me demoré un poco más de lo que había planeado, para cuando terminé de doblar, el sol se estaba escondiendo.

Preparé mi ropa, y me metí a bañar; lo hice lo más rápido posible, no tenía mucha batería más, el agua me relajó lo suficiente como para dormir bien.

Esa noche, dormí al instante, no necesite pensar, ni escuchar, estaba tan cansada, que solo al acostarme, comencé a soñar, tranquila y profundamente.

Los días transcurrían sin demasiada emoción. Mi rutina se había vuelto un poco tediosa, limpiaba y doblaba; el martes me dediqué a los cuartos de Damon, Evander y Bástian, por lo que terminé muy de noche. Bástian tenía muchos libros en su cuarto, diarios y demás agendas, al parecer le gustaba leer y estudiar; Evander se dedicaba más a coleccionar revistas, bueno, más bien, historietas, todas de colección, y con empaque de plástico, él si parecía niño pequeño, se me hizo de lo más interesante, que alguien tan fuerte y amenazador, pudiese ser tan cuidadoso en ese tipo de aspectos. El cuarto de Damon, también fue prometedor, su ropa estaba regada por el cuarto; tendí su cama, y ordené su ropa; al estar acomodando su ropero, pude observar, la inmensa cantidad de discos de música que tenía, dividido por géneros y autores; ni siquiera un DJ podría tener tanta música, ni tantas posibles combinaciones. Me pregunté si así era como vivía la gente rica, teniendo hobbies y coleccionando cosas.

Ya era de noche, pero decidí trapear el segundo piso, para poder dormir sin remordimientos, incluso sus desordenados cuartos, parecían un poco más femeninos cuando terminé de asearlos.

Lady Killer- Pasado Asesino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora