Lo siento, pero me enamoré de ti

Capítulo 1: "Susan John"

(Susan)

Caminaba por el pasillo camino a mi sala que quedaba al otro extremo del colegio y la profesora me iba a regañar, como era de costumbre.

En mis manos llevaba una montonera de libros para guardarlo en mi casillero y para mi suerte no encontraba mis llaves.

Perfecto.

- Rayos – digo cuando un par de libros se me cayó al suelo - ¿En serio?, ahora solo falta que caiga un meteorito en la tierra – suspiro y me acacho a recoger mis libros.

-Hola Su – me dice ese chico de ojos color miel que tanto amo, ganándose a mi lado.

- Ho... hola – le saludo, mientras mi mirada viajaba por todo su cuerpo hasta llegar a sus ojos y para luego escondiendo mi cara entre los libros.

¿Por qué eres así Susan?

- No escondas tu cara, linda – me dice sonriendo.

- Bu... bueno, es que... - le digo parándome de un brinco y haciendo que se me cayeran nuevamente los libros.

- ¿Te ayudo? –

- No... no es necesario, yo... - le digo agachándome.

- Shh... - me dice ganándose a mi altura y colocando su dedo índice sobre mis labios – Te quiero decir algo Su– es hermoso poder escucharlo pronunciar mi nombre.

- ¿Qu... que cosa? – le pregunto y él retira su dedo de mis labios.

- Eres muy hermosa –

- Yo... - sentía como si mi corazón se fuera a salir de mi pecho por lo tan rápido que latía.

- Debo hacer esto... - me dice acercándose a mí y acariciando mi mejilla, para poder bes....

- ¡Su, la alarma ha estado sonando hace media hora, ya levántate! - Grita mi hermano entrando a mi habitación - ¿Cuántas veces te han dicho que cuando la alarma suena debes levantarte? –

- Y yo, ¿Cuántas veces te he dicho que no entres a mi habitación? – le pregunto sentándome en la cama.

- Muchas veces – me responde encogiéndose de hombros.

- Logan... - le digo tomando una almohada - ¡Detesto que me despiertes, eres un imbécil! – le grito lazándole la almohada, pero la atrapa frente a su cara.

- Nunca lo conseguirás... Salero – se burla sacándome la lengua.

- ¡Deja de decirme Salero! – le vuelvo a gritar apretando las sabanas de mi cama.

- Pues... eres un Salero, Salero, eso te pasa por ser salada y amargada–

- ¡Ya sal de mí habitación! –

- ¿Ves?, por eso te llamar Salero, le hechas sal a todo –

- ¡Ya vete! – le digo seriamente.

- No quiero – me dice cruzándose de brazos, mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

- Le diré a papá –

- Se me olvida que eres hija de papá – me dice colocando los ojos en blanco.

- Tu igual eres su hijo – le digo inflando mis mejillas.

- Ay Su, no entiendes las bromas – me dice moviendo la cabeza de un lado a otro.

- ¡Papá, Logan me está molestando! – grito a todo pulmón y cerrando los ojos.

- Papá no está en casa – me dice de una forma arrogante.