Lo siento, pero me enamoré de ti

Capítulo 5: "Ya no sé qué hacer"

"Gorda"

"Aprovechadora"

"Muérete"

"No le aportas nada a la sociedad"

"Eres una estúpida si crees que Connor gusta de ti"

"Eres un chiste de persona"

"Ballena"

"Bastarda"

"¿Por qué mejor no te suicidas?"

Son unos de los pocos mensajes que llenaron mis redes sociales; unos cien mil, sin exagerar, bueno si cuentas facebook, instagram, whatsapp.

Wow, nunca pensé que sería tan popular, bueno no es de la forma que me lo imagina.

Esto no era bueno.

¿Por qué la gente es tan mal intencionada? Además... ¡ni siquiera se quienes son! Porque me hablan de números privados, aunque no sepa el nombre de mis acosadores, se perfectamente que Alaska inicio todo esto, ¿acaso no le basta con el acoso físico que me hace? Al parecer no era suficiente.

Se que no le debo hacer caso a esos comentarios, pero duele, duele que la gente te desee la muerte o que te suicides, que no serás un aporte para nada. Esas cosas hacen ruido en mi mente, te dejan pensando en que quizás son verdad.

Me siento extraña... como si estuviera vacía.

Ya no sé qué hacer.

Los chicos o chicas que me molestan me están convirtiendo en algo inerte, algo que con el tiempo puede quebrarse como un árbol que con una patada lo puedes quebrar y para luego pisotearlo como quieran, eso no es bueno.

Siento un golpe en la parte de arriba de mi cabeza.

- Le dije que leyera la actividad John - me regaña la profesora quitando el libro de matemáticas de la cabeza.

- Lo... lo siento, anoche no dormí muy bien - me sobo la parte que sentía caliente - ¿Puedo ir a tomar agua? - la pregunta al parecer la había tomado por sorpresa.

- Mejor ve a la enfermería - me mira de pie a cabeza y gira en sus talones - Todos ya conocen la materia, la próxima clase tenemos prueba... -

No sé qué cara tendría para que me digiera que fuera a la enfermería y por ese motivo fui al baño, ya luego pensaría si iba a no.

Abro la puerta del baño y choco directamente con el espejo - Wow - tenía ojeras muy notorias y estaba pálida, ¿Por qué nadie me había dicho algo?

Porque dijiste que solo no dormiste nada

- Se que todos los días soy un desastre, pero hoy me pase - suspiro y en eso siento que mi celular vibra.

"Al parecer ya te estas muriendo, mejor así nos facilitas el trabajo.

Oh, se me olvidaba, no intestes contarle a alguien, pues... no sabes quién soy"

Siento una punzada en mi pecho, las lágrimas comenzaron a caer- ¡¿Que les hice para que me traten así?! - tome el celular entre mis manos y lo iba a estampar contra el espejo - No... - lo suelto - Dije que nunca me desasiera de ti - paso mi dedo por la pantalla - Después de todo aun espero que ella me llame -

"La gorda quizás debería hacer dieta, no creo que mejor quédate así, porque no sabría de quien reírme"

- Se que eres tú Alaska, no es necesario sacar conclusiones para no darme cuenta de que es ella, es una maldita que no tiene viva propia - tomo mis cosas y salgo del baño a esconderme un rato en mi refugio que usaba los días de tormenta. Camino sigilosamente entre los árboles que estaban en el patio, hasta que llego al gimnasio del club de hockey. Subo por las escaleras que están en la parte de afuera que dice "No subir, en mal estado" aunque la verdad no es así, es solo por si alguien viene, al final de cuentas, lo puse yo hace un año más o menos.