"Tiempo después de la lucha contra Lord Shen, Los Maestros del kung fu y Po, el Guerrero Dragón, se ven enfrentados a la evolución de la oscuridad por el destructivo descubrimiento de la pólvora. Pero, un inevitable evento, da el punta pie inicial...
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Hace algunas horas, la tormenta se detuvo. Ahora, Po se encuentra caminando con mucha dificultad por la abundante nieve blanda cerca de la ribera del río que Tigresa le había mencionado anteriormente. Llevaba varias millas y no había señales de que los estuviesen persiguiendo, o peor, encontrar a alguien que les preste ayuda. No importaba el hambre, el cansancio o el frío, pues su sentimiento motor era salvar a Tigresa... Hasta que su esperanza por fin se hace realidad. Po divisó humo subiendo por encima de la copa de los árboles, no muy lejos.
~¿Lo ves, Tigresa? ¡Es humo! ¡Debe de ser de una choza o algo!
No obtuvo respuesta.
~ ¿Tigresa? -insiste. Ella sigue inmóvil sobre su espalda.
Tiene miedo de que ya sea tarde y desata su capa y sujeta a Tigresa para dejarla en el suelo, está inconsciente.
~ ¡No, no... Tigresa! ¡No me hagas esto!
Po apoya su oreja contra el pecho de esta, y alcanza a percibir unos latidos en extremo débiles. Mucho más nervioso, alza a Tigresa y corre con ella en los brazos hasta el sitio del humo.
~ ¡Calma, Tigresa! ¡Ya llego! ¡Estarás bien!
Justo como lo imaginó, se trataba de una choza pequeña. Po, con todas sus fuerzas corre a ésta, exclamando:
~ ¡Necesito ayuda! ¡Por favor!
Da brincos en la entrada y da golpes a la puerta como puede mientras sostiene a Tigresa.
~ ¿Alguien me oye?
~ Yo ya te oí-dice una temblorosa y familiar voz tras de él-Oí que me llamabas, Guerrero Dragón.
~ ¿Su seng? -responde asombrado.
Su seng, la cabra adivina de Gongmen está allí, cargando un barril mediano con agua.
~ ¿Por qué te me quedas viéndo así? ¡Es para la infusión! Entremos pronto-dice adelantándose y abriendo la puerta de la humilde choza. Po, la sigue de inmediato- ¡Rápido! Déjala sobre la cama.
Po obedece sin preguntas, no era momento de entender cómo Su seng está allí.
La cabra se acerca a Tigresa y comienza a hacer un veloz chequeo. Po observa nervioso.
~ No tiene huesos rotos, no hay órganos dañados... Su lengua está blanquecina, como sus pupilas... Es toxina del hongo cazador-diagnostica-¡Guerrero Dragón! Hierve el agua en la salamandra con siete hojas de ortiga blanca, machaca dos nueces verdes, y cinco semillas del fruto de nieve, ¡de prisa!
Apenas la anciana comenzó a dar órdenes, Po se convirtió en un huracán sobre las repisas atestadas de especias, leyendo cada papel con extraños nombres que de éstas se desprendía para ejecutar lo que Su seng le había ordenado lo más aprisa posible. Luego de hallar todo fue a por el agua. La cabra, en tanto se concentra en las heridas a la altura de las costillas de Tigresa.