"Tiempo después de la lucha contra Lord Shen, Los Maestros del kung fu y Po, el Guerrero Dragón, se ven enfrentados a la evolución de la oscuridad por el destructivo descubrimiento de la pólvora. Pero, un inevitable evento, da el punta pie inicial...
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Ahora, Tigresa y Po intentan huir de este gran lío en el que se han visto arrastrados, para su mala suerte, El Ejército Imperial ha bloqueado fuertemente las principales salidas de la Capital. El único camino que les daba una oportunidad para escapar es al noreste y luego bajar al sureste por el bosque. La ruta es difícil y lo peor, era que el nevazón se estaba poniendo cada vez más agresivo.
Tigresa se esfuerza por avanzar sin la ayuda de Po, pero su cuerpo, con lo sometido en las últimas horas, ha ido perdiendo su estabilidad. Ella tiene la seria sospecha de que si el veneno de Xué hubiese penetrado unos centímetros más, tal vez ya estaría muerta. De cualquier modo, este sigue causando estragos en su interior y su agotamiento lo propaga todavía más rápido.
Ella se queda atrás, ha perdido el equilibrio, Po se percata y regresa enseguida.
~¿Tigresa? ¡Te cargaré! Encontraré a alguien que conozca un antídoto...
~Es inútil... Y ya no hay tiempo... Hay que regresar con los Maestros
~ ¡Eso no! ¡Estamos como a tres días y no llegarás! —replica Po con mucha preocupación.
~¡Entonces tendrás que dejarme aquí! ¡Tienes que llegar hasta...!
Una flecha en el tronco de un árbol tras ellos acaba la discusión, el ejército dorado los han alcanzado.
~¡Luego lo discutiremos! ¡Ahora, corre!
Las flechas de sus perseguidores vienen a por ellos de insospechadas direcciones gracias a la cobertura del viento blanco, a su vez, éste ayuda a desviar sus tiros.
~ ¡Rápido, Po! ¡Al bosque! ¡Allí seremos un blanco difícil para los arqueros!
~ ¡Bien!—exclama Po—Yo te sigo detrás...
Tigresa no sabe qué pretende hacer, hasta que ve a Po extraer La Espada de los Héroes y mientras corría, iba cortando trocos de árboles como fideos calientes. Los árboles cayeron uno por uno obteniendo así segundos preciosos gracias al bloqueo.
~ ¡Tomen eso!—presume Po.
~ Más abajo corre un río hacia el sureste—advierte Tigresa—Si lo seguimos podríamos...
Y cae contra vez a la nieve, pero lucha por levantarse.
~ ¡Resiste, Tigresa! —anima Po, aunque sabe que su compañera no se encuentra nada bien.
~¡Aquí hay un camino para pasar! —Se escucha un eco desde más atrás, se les acabaron los preciosos segundos.
Po intenta ayudar a levantar a Tigresa, pero ella tercamente se levanta por sí sola para continuar. Y tan solo metros más adelante, la nieve del suelo cede y ella alcanza a retroceder, revelando un profundo abismo del que no se puede sencillamente bajar ya que el viento blanco impide ver dónde pisar. Po y Tigresa están acorralados.
