CAPÍTULO CINCO

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Ya van dos noches desde que Po se fue... No hay noticias de él y sus compañeros siguen tristes, recordando alrededor de la mesa las payasadas que hacía: la vez que imitó al maestro Shifu con un fideo, o cuando se llenó la boca con cuarenta panes de frijol, entre tantas otras absurdas pruebas de destreza con graciosos resultados; sólo sacaron una que otra tenue sonrisa.

~ Hay tanto silencio ahora que Po ya no está-comenta Víbora cabizbaja.

~ Ni la comida sabe igual, ya no tiene el toque que Po le daba-opina Mono.

~ ¡Qué mal agradecido! Mentí diciendo que trabajé en un restaurante sólo para cocinar, y ¿así me lo agradecen?-confiesa Mantis arrojando un trapo de cocina.

~ ¿Entonces estamos en peligro de morir?-cuestiona Grulla.

~ No lo sé, por eso no comí-responde Mantis, sin embargo, nadie parece darle importancia.

~ No es lo mismo sin él-suspira Grulla-Y si yo me fuera, ¿estarían triste?

~ ¡Grulla!-regaña Mono-Se trata de Po, no de ti...

~ ¡Claro que te extrañaríamos, tontito!-repuso Víbora, mirando muy feo a Mono.

Tigresa, de quien ni siquiera se sintió su presencia en la cocina, deja sin ningún cuidado su cena y agrega con aspereza.

~ Es mejor que dejen de hablar de Po y preocúpense de entrenar, ¿no escucharon lo que se habló en el Consejo?

Mantis, Mono y Grulla cierran la boca, pero es Víbora quien pierde la paciencia.

~ ¡SÍ! ¡Sí oímos lo que se dijo en el Consejo!

Mantis, Grulla y Mono lentamente se hacen para atrás hasta una distancia segura de las chicas. Ambas se miraban desafiantemente, mas, Víbora no se deja intimidar.

~ ¿Tienes algún problema con Po, Tigresa?

~ ¿Chi... chicas?-intenta frenar Grulla.

~ ¡No tengo nada con él!-responde Tigresa exacerbada.

~ ¿Y, entonces?-recrimina Víbora izando su cuerpo-¿Qué le dijiste para que se fuera sin despedirse?

~ ¿Chicas? Eh... ¿Chicas?-insiste Grulla infructuosamente.

~ ¡No hice nada!-contesta Tigresa acercándose más y más al centro de la mesa.

~ ¿Sabes qué, Tigresa? ¡Seguiremos hablando de él, porque nosotros lo extrañamos!

Hubo un tenso lapsus de silencio en la cocina, Víbora sigue manteniendo los ojos fijos en Tigresa. Sus orejas se agachan.

~ Yo... también lo extraño-declara Tigresa, yéndose de ahí.

Víbora se queda muda, tuvo la impresión de que Tigresa tenía sus ojos humedecidos. Todo el resto se mira entre sí, algo aliviados de que no comenzara una pelea, pero también se sintieron algo confundidos. Tal vez, había sido muy dura con ella. Solo le irritaba que ella fuese tan áspera la mayor parte del tiempo, especialmente con Po, y él, sólo quiere acercarse a ella porque... Bueno, ella ya lo intuye, es chica, ¿no?

"El Tigre, El Fénix y El Dragón"- Kung Fu Panda FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora