"Tiempo después de la lucha contra Lord Shen, Los Maestros del kung fu y Po, el Guerrero Dragón, se ven enfrentados a la evolución de la oscuridad por el destructivo descubrimiento de la pólvora. Pero, un inevitable evento, da el punta pie inicial...
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Po, sale con cautela hacia la fría noche, llevando consigo la espada envuelta en una tela bien atada a su espalda.
Luego de cruzar el puente, pasa frente al restaurante de su padre y ve la luz de lámpara apagarse al interior. Entonces, Po se siente triste, no puede despedirse de él o le hará muchas preguntas. Pero, tiene una repentina e improvisada idea: quita uno de los lienzos, esos que le hacen publicidad, y con un poco de lodo le deja una nota al reverso, que dice:
"Hola, pá:
No te preocupes si no me ves en unos días.
No puedo explicártelo,
es un secreto, pero vuelvo pronto.
Te traigo un recuerdo...
Te ama: PO."
Con mucho cuidado de no hacer ruido, deja la nota sobre el mesón y rápidamente se dispone a recuperar el tiempo perdido. De este modo, Po, va lo más a prisa que su estado físico, el cual es mejor que el de hace unos meses, le permiten.
* * *
A primera hora de la mañana, Los Furiosos se dirigen al Salón del Concejo, allí, Shifu se reúne con varios otros Maestros, entre ellos están también Buey y Cocodrilo.
Cada uno se sienta en su sitio y pronto comienzan a extrañar a alguien.
~¿Dónde está Po?—pregunta Grulla.
~ ¿Dónde más? ¡Aún tiene que estar dormido!—opina Mantis.
Víbora y Mono se miran haciéndose la misma pregunta, en tanto, Tigresa observa al maestro Shifu.
~ Po, no vendrá—avisa este último sorprendiendo a todos—Ha partido a la Ciudad Prohibida.
~ ¿Cómo?—exclaman al unísono.
~ ¿Maestro?—habla Tigresa—Explíquenos lo que ocurre.
~ Por esto los he convocado, Maestros.
Shifu comienza así la reunión. Explica la frágil situación en la que se encuentran, el apoyo del Imperio pende de un hilo, sin embargo, a la misma hora ya muy lejos del valle, Po, empieza a despertar recostado al interior de un carro tirado por unos sirvientes y rodeado de varios intimidantes guardias rinoceronte.
~ ¿Oigan muchachos?—dice Po, aún soñoliento—¿A qué hora llegamos para el desayuno?
Po obtiene su respuesta al ver a la bahía. Sobre el pasivo mar, descansa un mediano barco que parece traer una gran casa acuestas. Y finalmente, llega hasta el muelle rodeado por pétreos guardias.