CAPÍTULO NUEVE

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Xué desciende ante la escolta y sus doncellas la siguen hasta la entrada de su habitación.

~ Deseo estar a solas, me siento cansada—manifiesta a sus doncellas cisne y éstas se retiran tras una reverencia.

Al interior del dormitorio, Lee la espera al borde de la desesperación por la incertidumbre.

~¡Mi lady! ¡Al fin ha llegado! ¿Y...?

En la privacidad de su cuarto, Xué abre un lado de su capa y sujeto a ella, está el pequeño Qiang.

~¿Qiang? Saluda al señor Swan Lee, es un amigo y también ayudará a esconderte.

~¡Hola, señor Swan!

~  ¡Pero que ternurita tan linda!—expresa Lee a punto de echar a babear—Sea bienvenido, joven príncipe.

Xué conduce a su hermano y lo sienta al borde de su alcoba.

~¿Recuerdas todo lo que te enseñé en el carro?

Qiang asiente.

~Lo único que tienes que hacer es abrir esa puerta de aquel mueble—señala ella—, la puerta izquierda es un pasadizo secreto que usaba para jugar cuando niña. Allí hay una sala donde puedes dormir, leer o jugar, pero no salgas hasta cuando venga por ti y así ganarás, ¿entendido?

~¡Sí, hermana Xué!—responde Qiang, meneando la cabeza obedientemente.

~ Ahora sigue durmiendo, a primera hora, todos comienzan a jugar.

Más tarde, Qiang duerme profundamente en la alcoba de Xué. Ella lo observa en silencio, acariciando su cabeza.

~ Mi lady, descase un poco—intenta persuadir Lee—No quiero que vuelva a sucederle lo mismo que en el barco.

~ No puedo... Descansaré hasta la próxima noche... ¿Lee? mantén los ojos bien abiertos desde ahora, y no descuides al Guerrero Dragón.


*          *          *

Tigresa no se detuvo en toda la noche, corrió tan rápido como pudo, hace más de una hora un escalofrío le recorrió por dentro, pero no paró hasta ver a mucha distancia, las incontables luces de la Capital parecidas a un lago de luciérnagas. Se detiene allí a recuperar el aliento, sólo uno o dos kilómetros más y podrá descansar por lo menos una hora. No puede esperar, y continúa descendiendo por la colina por media hora más hasta que por fin, entra en área urbana. Desde los tejados observa con dirección a la Ciudad Prohibida, hace muchos años jugaba entre sus jardines... pero esos momentos se han ido para siempre. Ahora sólo importa encontrar a Po y decirle la verdad. Para ello, tendrá que ocultarse hasta que las puertas de dicho lugar se abran y así entrar sin problemas... Tigresa salta por los tejados y recibe un ataque de una cuerda con garfios desde algún lugar y lo esquiva por poco; no está sola. Desde las sombras, frente a ella, aparece caminando el espía del Palacio de Jade.

"El Tigre, El Fénix y El Dragón"- Kung Fu Panda FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora