Capítulo 3.- El chico de la ventana.

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Marta ya llevaba dos semanas en Mairena y todavía no ha salido de su habitación, la idea de no volver a ver a sus padres la mataba. Laura su prima íba al instituto cada día y a la salida siempre intentaba al llegar a casa animar a Marta, se llevaban bien ya que solo se llevaban dos meses.

Era sábado, su tía y su prima se habían ido a la compra y como de costumbre, ella no salió, estaba tumbada en la habitación de su cama metida en los pensamientos de siempre, derrepente notó como si alguien la observará por la ventana de su habitación, no pudo evitar girarse y vió a un chico, moreno, guapete... que la observaba detenidamente por la ventana de la casa de al lado. Marta abrió la ventana y antes de que esta preguntará...

-¿Que hace esta guapetona, tan sola y triste? - dijo el chico de la ventana

-Solo estaba pensando en mis cosas, no es nada.-contestó Marta

- Por cierto, soy Jesús ¿y tu?...espera que adivino!...emm Marta!

- S..si..¿como lo sabes? - preguntó boquiabierta

- Soy adivino, -dijo riéndose, bueno en verdad tu collar...tiene tu nombre

- ¡Ay pues claro!, ¡que tonta soy! -dijo entre carcajadas

- ¿Has visto eso?- dice Jesús señalando su boca

- ¿El que? ¿Que tengo?- preguntó asustada

- ¡Has sonreído! es como un milagro, llevo observándote estas dos semanas que llevas aquí y siempre estabas triste, asique decidí que te relacionaras de una vez con alguien

- ¡Entiendo! y decidiste que tenías que ser tú ¿no? - Dijo Marta sin quitar la sonrisa de su cara

- ¿Y quien mejor, que yo? - dijo Jesús riéndose

- La verdad ni lose, no te conozco pero eres la primera cara que veo en Mairena, así que me fiaré de ti.

- Bien, pues vistete que nos vamos a que conozcas mundo, ¿No pensarás que después de haberme conocido, te íba a dejar dos semanas más metida en tu cama? ¿verdad? , porque lo llevas claro.

- ¡Esta bien!, veo que a ti no se te puede convencer fácilmente, me visto y bajo a tu puerta

- No tardes o voy a buscarte - la dijo Jesús mientras la sonreía

Marta fue corriendo a abrir su armario, hacia calor ya que era junio, así que decidió ponerse una falda por la cintura blanca y por dentro una camisa azul turquesa ablusada, se puso sus vans azules, se peinó dejando su melena castaña suelta y maquillándose un poquito para tapar las ojeras de no dormir en mucho tiempo. Ya estaba lista, bajo, dejó una nota a su tiá para avisar de que sáliá un rato, abrió la puerta y no vió a Jesús, que raro pensó Marta, dijo "que tenia que darme prisa".

"Un giro inesperado" (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora