Introducción.

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Ha sido muy difícil para mí tener que aceptar mi nuevo destino pues fui creada con la perfección andante del mismo altísimo. Quiso que fuera diferente a toda alma, pues me dio sentimientos y el poder de elegir personalmente cualquier demanda u obligación para todos. 

A mi temprana edad fui entrenada para ser un arcángel, tener voz y voto, poder mandar y cuidar de todo tipo de pertenencias celestiales desde llaves hasta libros sagrados. No pude quejarme con el trato superior que tuve; tener que dar permisos a ángeles, tener que mandar y toda esa clase que todo ángel quisiera hacer.

Lamentablemente traicioné a mi creador, pues algo más importante se presentó y no tuve más remedio que ceder a mi desesperación por querer sentirme más que Dios; esa sed de destruir, de querer armar todo por mi cuenta, de crear nuevos pecados que sinceramente no supe como hacerlo, editar la lista del libro de la vida.

¡El libro de la vida! fue tan difícil soportar todos esos reclamos y regaños de parte de él, tratar de ignorarlo fue lo más difícil en realidad. ¿Qué se supone que haría en un libro blanco? tomar una tinta y escribir miles de nombres, países, horas, segundos, fracciones... ¡De todo! sabía que algo malo vendría pero la verdad, es sólo algo que Dios pudo borrar.

No me arrepiento, pude sentirme realizada por infinito tiempo... todo tipo de cambio, todo tipo de diferencias... hasta que me vetaron, fue muy difícil para él pude verlo en su mirada pero no me quedó más remedio que irme. Me pudo un poco, no por él ni por ningún ángel... si no por mi compañero leal Daniel, quien me guió con paciencia desde que me conoció, me enseñó un poco de las reglas y secretos del mundo inferior... fuimos inseparables, sentí lo mejor con él.

 *

Tengo aproximadamente un par de horas sentada en estos asientos fríos y sucios. Se siente un vacío espeluznante. Veo algunas almas pasar con la mirada perdida y sin saludar, unos guardias parados en la puerta del lugar sin siquiera parpadear o moverse.

El lugar es nublado, adornado con un par de estrellas deslumbrantes y algunos pájaros divagando por aquí y por allá. A lado de mí hay cuatro almas, igual sin siquiera titubear.

 —Es tu turno.

La voz chillona de una mujer me hizo saber que tenía que pasar. Me levanté y caminé para atravesar aquella puerta donde los hombres me abrieron con rapidez.

Al atravesar, camine varios metros... en ese pasillo había varios cuartos, abrí uno y pude ver que el lugar era de un rojo fuego muy acalorado con mucha gente gritando piedad y llorando con coraje.

Una mano me cerró la puerta.

—Te está esperando en la última habitación.

Seguí caminando un poco apenada por abrir algo que no me incumbe. Pude ver como las paredes eran de color rojo oscuro con varios recuadros pequeños adornando el mural. 

La última habitación tiene el número 666 colgando sobre la punta, giré la perilla y entré.

Hay un hombre blanco, cabello negro y unos músculos que sobresalían de aquella chaqueta de cuero color negra. Se levanta y me sonríe con alegría, a lo cual interrumpí.

—Así que tu eres el temido hombre de las tinieblas.—me adelanté sonriente.

—Mucho gusto, señorita.—responde dándome el asiento, se sienta en su lugar.
—Eres muy diferente a las imágenes colgadas en tu pasillo. Alto, grueso, con cuernos y cola...

—Yo te creí fea.—une sus manos y alza la ceja.

—Eres un imbécil.—sonreí.—Al menos puedo maldecir sin culpa.

El hombre me mira de pies a cabeza, aún sin quitar su sonrisa me dice.

 —No tienes la mínima gota de que eres a mi semejanza.—suspira—Aún no entiende el señor que no es bueno crear un corazón de oro.
—Cuéntame que se siente ser un ángel caído.— murmuro.
—Lo mismo que tú, dama mía.—suspira— Tendré que ponerte a prueba, por un tiempo.

—¿Cómo a prueba?—pregunto extrañada.

—Yo no puedo confiar en ti. Aunque eres una linda mujer, muy preciosa...—me guiña el ojo— Te mandaré a las áreas terrenales, y pronto te mandaré una misión. Estaré observándote, muy de cerca.
—¿Cómo es eso? 
—Cuando me necesites estaré ahí.—me da un vaso con agua—Bébelo. Pronto dormirás y despertarás en tu nuevo mundo.

Platicamos un rato, pude darme cuenta que a mi parecer no es un ente malo... malo es como lo cree el mundo, como lo describe otras personas y bueno, quizá si lo sea pero conmigo es todo lo contrario. Conté un poco del porque fui vetada y él también me contó lo suyo.

Sentí mucho cansancio, me reposé sobre unas sillas mientras el seguía escribiendo en unas hojas o libro, la verdad no pongo atención. Cerré mis ojos y...      

AURORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora