Capítulo XVI

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     — ¡Estoy harta!  —Exclama Sheryl poniéndose de pie—. ¡No quiero continuar con esto!

     — ¡Tienes que hacerlo!  —le respondo levantándome igualmente—. ¡Mi madre depende de nosotros, no podemos abandonarla!

     — ¡Claro que puedo!  —dice ella—. ¡En cuando hayamos vencido a Lucario, volveré a casa y tú podrás arreglártelas para continuar sola!

     — ¡No puedo hacerlo sola!  —le digo, aunque sé que podría—. ¡Tienes que ayudarme!

     — ¡Lo único que necesitas es que alguien vigile tu trasero cada vez que quieres tener un momento de heroísmo!

     — ¡Nadie te pidió que me salvaras de Flareon!

     — ¡Si no lo hubiera hecho, habrías muerto ahí!

     — ¡No puedes ser tan egoísta como para abandonarlo todo! ¡Skyler también podría estar en riesgo!

     — ¡Me importa un comino si le ponen una soga en el cuello!

     — ¡Skyler no merece tener una hermana tan egoísta como tú!

     — ¡Y tu madre estaría mejor si dejaras que Lucario te asesinara de una vez!

     Me lanzo sobre ella y la ataco con un fuerte puñetazo. Ella responde tomándome de los cabellos para tirar de ellos y yo hago lo mismo, Sheryl tira con demasiada fuerza.

     — ¡Basta, chicas!

     — ¡No estamos aquí para matarnos entre nosotros!

     James me toma por los hombros y Onyx hace lo mismo con ella para separarnos. Mi puñetazo ha hecho sangrar su nariz.

     — ¿Podemos continuar?  —dice James con firmeza, no suelta mis hombros y sé que teme que corra con Sheryl para lanzarla a esa agua electrificada—. Cuando hayamos terminado aquí, decidiremos quién se irá y quién continuará.

     —Por mí, ella puede irse —le digo con desdén—. ¡Es una egoísta!

     — ¡Y tú eres una inútil!  —exclama ella.

     — ¡Yo pude tomar la Pokebola de Diamond!  —James tiene que aferrarme con más fuerza—. ¡Lo único que has hecho tú es quejarte! ¡Estás celosa de que Skyler es parte de la Elite y tú jamás lograrás ser como ella!

     — ¡Cállate, Cobby!

     De un empujón se libra de Onyx y siento cómo su puño se impacta contra mi rostro. Me derriba y se coloca a horcajadas sobre mí para volver a golpearme.

     En sus ojos hay una capa de lágrimas.

     — ¡He pasado toda mi vida intentando ser mejor que ella!  —Dice intentando ahogar un sollozo—. ¡He pasado cada minuto de mi vida intentando superarla! ¡Tú no vas a decirme que ella es mejor que yo! ¡No te lo permitiré!

     — ¡Deja de golpearme!  —sólo soy capaz de decir eso, ni siquiera Diamond se atreve a acercarse y nos mira aterrado—. ¡Sólo he dicho la verdad!

     — ¡Al menos tu madre te está buscando!  —Sigue diciendo Sheryl—. ¡Mi madre…! Mi madre… —su voz se apaga y los golpes se detienen—. Mi madre habría preferido buscar antes a Skyler.

     Se separa de mí y me da la espalda, nos da la espalda a todos, se abraza a sí misma y la escuchamos sollozar.

     —Mis padres siempre se sintieron orgullosos de Skyler, fue la mejor noche de sus vidas cuando ella llegó a decirnos que ya era parte de la Elite. Y aunque yo decidí quedarme en nuestro gimnasio, sólo escuchaba sus quejas. Me decían que tenía que ser como Skyler, que tenía que seguir sus pasos. Todo lo que escuchaba era Skyler esto, Skyler aquello. Skyler, Skyler, Skyler… ¡Ella siempre fue la más especial!

     Está sollozando sin control.

     —Si estoy aquí, si estoy arriesgándome para salvar tu trasero, Cobby… Es para superarla, para ser mejor que ella. Para poder llegar a casa con una entrada triunfal y demostrarles a mis padres que hay cosas que Skyler no puede hacer.

     Me mira, sus ojos azules están rojos e hinchados.

     —No tienes idea de lo mucho que quisiera que mi madre hubiera ido a buscarme a Phoenix.

     Su historia me conmueve.

     —La razón por la que te pedí que lucharas conmigo en Phoenix cuando vi a Skyler ahí, fue para demostrarle que yo poseía mejores habilidades que ella —sigue diciendo—. Pero ahora que estamos aquí y que corremos el riesgo de morir, sólo quiero…

     —Sheryl —le digo y me tambaleo al ponerme de pie, ella guarda silencio y las lágrimas caen por sus mejillas—. Yo creo que tú eres una mucho mejor Entrenadora que tu hermana.

     Ella esboza la sonrisa más sincera que he visto jamás. Parece que finalmente he encontrado a la verdadera Sheryl Crown, no a esa bravucona hostil que conocí en Phoenix. Jamás en su vida debe haber escuchado las palabras que yo le dije. Solloza de nuevo y corre hacia mí para envolverme en un fuerte abrazo. Onyx y James se unen a nosotras, incluso Diamond pasa entre nuestros pies para enroscarse alrededor de los tobillos de Sheryl.

     Una unión así, una unión como la nuestra, es inquebrantable.

     —Saldremos vivos de esto —nos asegura James—. Sólo debemos trabajar en equipo, ¿de acuerdo?

     —De acuerdo —decimos nosotros al unísono.

     Nos separamos e intercambiamos una cálida sonrisa.

     — ¡Pues continuemos!  —dice James dando una palmada.

     Comenzamos a avanzar hacia el tubo de cristal que nos conducirá a la siguiente planta de la torre y Sheryl me detiene sujetándome por la mano. Las lágrimas no han desaparecido de sus ojos.

     —Gracias, Cobby —me dice—. Jamás he conocido a alguien tan noble y estúpida como tú.

     ¿Noble y estúpida son dos cualidades que pueden mezclarse?

     —Soy tu amiga —le digo y le doy un apretón a su mano.

     —Me agrada eso —me responde y compartimos una risa.

     Subimos a la siguiente planta y cuando se abren las puertas estamos ya en una planta alumbrada por los enormes ventanales. Estamos finalmente en la esfera pero, ¿no era acaso que teníamos que subir cuatro niveles antes de enfrentar a…? ¿Qué demonios es esa creatura que dormita sobre ese cojín de color azul?

     Es horrible.

     Su piel es escamosa y parece alguna mutación extraña. Tiene la cabeza de un Tentacruel, dos enormes tentáculos que terminan en esferas azules, su boca es similar al pico de un Psyduck y tiene una cola similar a la de un Seel. En cuanto a su tamaño, es similar al de un Persian.

     —Lucario —musita Diamond.

     Eso debe ser.

     El último desafío es vencer a Lucario.

Pokemon II: El Templo de LucarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora