05.

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•Novios.

Últimamente Yoshida se sentía un poco incómoda, tanto por su acercamiento nuevamente a Midorima y porque toda Shūtoku creían que ambos estaban en una relación. Cada vez que pasaban un tiempo juntos, varios estudiantes no apartaban la mirada y los murmullos se multiplicaban. Y no ayudaba el hecho de que ya las preliminares de la Winter Cup hubiesen acabado, porque los jugadores del equipo eran el centro de atención del Instituto.

Lo único rescatable de todo esto era que el equipo de Shūtoku ganó todos sus encuentros en las preliminares – sin contar el empate con Seirin–, y estaban pronto a enfrentarse al Instituto Onita en la primera ronda. Así que lo mejor era ignorar todos los rumores y dejar a Midorima tranquilo para que solo se enfoque en los siguientes partidos.

—¡Nori-chan!

Escuchó como la llamaba Takao, su voz se oía agotada, así que supuso que venía pedaleando la bicicleta. Ahora solía irse mucho en las mañanas con esos dos, Yoshida había coordinado su horario de salida para encontrarse con ellos, para que la inviten a qué la lleven al instituto. Un buen plan.

—Hola perdedores— subió a la parte de atrás con Midorima, ya ni siquiera esperaba invitación. Era parte de la rutina.

—Yoshida— saludó el peli-verde haciéndose a un lado para darle espacio a su compañera y la observo, analizándola por completo—. ¿Cuándo piensas devolverle la chaqueta a Takao?

Yoshida aún no le pasaba la chaqueta del equipo, la que le había prestado el día que llovió. Si, el mismo el cual Midorima rechazó a Matsu por primera vez. En realidad, a los tres días intentó devolvérselo –lavado y planchado– pero Takao se negó recibirlo, con la excusa de que era un experimento social, para evaluar cómo reaccionaba el entorno cercano. Tampoco puso mucha resistencia Yoshida, una de sus mayores debilidades eran las chaquetas grandes y anchas.

—Déjame pensarlo— puso su mano en la barbilla, imitando la pose de reflexión, para luego tronar sus dedos—. Nunca. Además cada vez que lo uso, me hace sentir cómo si apoyará a mi novio en uno de sus partidos importantes, ya sabes, como si fuera una película adolescente estadounidense.

—Takao no es tu novio— contraatacó desviando su mirada al lado contrario de Yoshida.

—Pero es mi jugador favorito de Shūtoku.



(...)



Aún no podía creer que ella se encontraba allí, a las afueras del gimnasio de Tokio a punto de presenciar la Winter Cup. Había pasado tiempo desde que no iba a un partido oficial. La última vez fue cuando la Generación de los Milagros derrotó por 111-11 –marcador que tenían como objetivo cumplir cruelmente– a la Secundaria Meiko. Yoshida vio como los equipos llegaban al recinto en donde jugarían la primera ronda, junto con ellos, una gran cantidad de espectadores.

Estuvo buscando con la mirada para ver si veía a alguien familiar y también para evitar que el equipo de Shūtoku, específicamente a Takao –quien no pararía de molestarla– y a Midorima. Dio algunos pasos más adelante de ella y pudo reconocer a dos cabelleras, una rubia y otra peli-negra pertenecientes a antiguos estudiantes de Teikō. No se los topaba desde los tiempos de la Interhigh, a pesar de que Yoshida no había ido a ninguno de esos partidos, un día es esos, la habían invitado al Karaoke.

—Kise debes ir con tu equipo— escucho que decían una. Supo al instante de quien se trataba.

—Mou~ Hatsucchi, quiero mi beso de la buena suerte.

Compatibilidad zodiacal || KUROKO NO BASKET ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora