06.

1.3K 154 40
                                    

•Favorito.

—Hatsu-chan, ¿esperarás nuevamente a Kise hoy?

A Yoshida no le molestaba del todo la nueva amistad entre Hatsu y Kise, y tenía que admitirlo: era una rara combinación. Lo que sí la ponía un poco celosa, era que su querida amiga se estaba alejando por pasar tiempo con el modelo, y eso la hacía sentir sola.  Extrañaba pasar el rato con ella.

—Sí, le prometí que lo acompañaría a comer unos helados con el resto del equipo después del entrenamiento— acomodó su uniforme de Teikō—.¿Quieres ir también?, Kise me dijo que te invitara, y eso está genial.

La oferta era tentadora, en ocasiones anteriores había rechazado el plan para no ser la tercera rueda o la que toca el violín en las salidas -a veces citas- de Hatsu y Kise. Sin embargo, esta vez era con el resto del equipo, por lo que no corría peligro de lo anterior.

—Me convenciste con lo de los helados.

Se sentó en unos de los escalones que se encontraban en las afueras de gimnasio de la escuela secundaria. Hatsu se disculpó, excusándose con que tenía iba a su taller y que volvía en cuanto terminara, Yoshida asintió con la cabeza mientras que cerraba los ojos para tomar una pequeña siesta. No haría el mayor daño, en total, no podría irse hasta que la práctica y el taller terminara.

Le fue difícil quedarse dormida, cerró los ojos y apoyo su cabeza en sus rodillas, abrazando sus piernas, como para sentir que estaba descansando. Escucho abrir una de las puertas del gimnasio cercana a ella –a partir de eso salió todo el ruido de la práctica– cerrándola de inmediato, y pasos rápidos percibió Yoshida -que aún no abandonaba su posición-, posiblemente el chico que salió se dirigía a los bebederos. Al poco rato las pisadas se volvieron a oír, abriendo la puerta del gimnasio para regresar a su práctica, pasó un largo periodo en el que no se escuchó nada, finalmente cerró la puerta.

—Oye, ¿Estás bien?— le hablaron y percibió que la persona a la que le pertenecía la voz se colocó al frente de ella.

Yoshida levantó su cabeza, ya despeinada, y analizó al chico que le hablo. Era alto, tenía los ojos y el pelo verde, usaba gafas y vestía con unos shorts oscuros y una camiseta blanca bastante ancha, pero cómoda para una práctica de básquetbol. Era imposible no reconocerlo, él pertenecía al equipo principal de Teikō. Todas las chicas de la escuela hablaban de ellos, y de lo guapos que eran.

—Sí, lo estoy— se arreglo un poco su cabello—. Solo me hallaba esperando a que la práctica de básquetbol terminara. Kise le dijo a mi amiga qué me invitara a comer helados después con ellos y algunos jugadores del equipo. Esa es la razón del por qué estoy así.

—La práctica está punto de terminar.

De la nada salió la persona que habló, sobresaltando tanto a ambos . Aunque el peli-celeste ni se inmutó ante su reacción.

—¡¿Estuviste allí todo el tiempo?— Yoshida se reincorporó de un salto.

—Acabo de ir a buscar agua— señaló su botella—. Y estabas en el suelo, te iba a preguntar si te sentías bien, pero Midorima lo hizo primero.

—Kuroko— soltó un gruñido—. No pienso seguir perdiendo el tiempo  aquí.

Se fue a dentro del gimnasio luego de decir aquello. La chica lo miró mal, no esperaba que tuviera esa actitud tan grosera. Ni siquiera se digno a presentarse o a preguntarle su nombre, fue gracias al peli-celeste que lo pudo averiguar.

Compatibilidad zodiacal || KUROKO NO BASKET ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora