•Sonreír
Si bien Yoshida Noriko estaba feliz por saber de los sentimientos de Midorima, le molestaba que repitiera el hecho de que sus signos zodiacales eran compatibles, porque le surgía una duda de qué hubiera pasado en un caso contrario. Sabía que era un poco hipócrita de su parte, ya que ella también había buscado en la noche acerca de ese tema, pero le importaba más los pensamientos y sentimiento de Midorima, comparándolo con las predicciones de Oha-asa.
Después de leer la nota, fue a su casillero para ver si tenía suerte y encontraba algo para cambiar su camisa manchada con el jugo de naranja. Fue un alivio que hubiera guardado su cambio de ropa de gimnasia, así que se dirigió a los vestidores. Con todo lo sucedido, había perdido una gran parte de las clases, por lo que Yoshida decidió que era una buena idea saltársela, ya que no valía la pena entrar y llegar toda pérdida.
Para no tener problemas con el profesor, fue a la enfermería con la excusa de que tenía una fuerte migraña –en parte no era mentira– y no le permitía estar en clases. Además le contó a la enferma su trágica historia del jugo de naranja en su camisa blanca. Mientras ella le buscaba a Yoshida unas pastillas para combatir el malestar.
—Puedes descansar aquí— le dijo la enfermera con cariño. Era una mujer ya mayor, su cabellera negra estaba siendo adornada por pelos blancos, su vista necesitaba ayuda de unos anteojos, pero su dulce tacto y trato seguía como en sus años de juventud, por lo que era muy querida entre los estudiantes.
—Gracias— cerró los ojos luego de que se marchara y cayó totalmente dormida, después de todo, era una adolescente en su primera etapa de experimentar algo parecido al amor, estaba en todo el derecho de ser dramática, y sentirse aterrada al respecto.
Aunque, no alcanzo a descansar ni diez minutos, porque alguien le picoteaba la mejilla, despertándola de inmediato. Lo primero que vio fue una negra cabellera y reconoció de inmediato los ojos de Takao, la miraban desafiante pero a la vez aburrido. Yoshida se frotó los ojos para ahuyentar el sueño, sin embargo, el chico le agarró ambas mejillas estirándolas.
—¿¡Por que huiste de Shin-chan!?— le preguntó aumentando la presión—. ¿Sabes lo que le costó escribir esa nota? No te entiendo niña, porque no te lo estás besuqueando— le soltó el agarre y ella solo pudo frotarse por el leve dolor, estaba segura que sus mejillas estaban rojas—. Y mírate ahora, sola en la enfermería, que fracaso de situación.
Ella se acomodó y se reincorporó en la camilla, además, aprovechó de manera disimulada de quitarse la baba de su siesta. Suspiro cansada, mientras Takao servía dos vasos de agua y regresaba para ofrecerle uno.
—No seas tan duro conmigo— hablo antes de tomar un sorbo—. Soy nueva en estas cosas, nunca antes había llegado tan lejos.
—No soy duro contigo—le palmeo su cabeza suavemente— Solo que si no estoy insistiéndole a ustedes, no avanzan. Ambos son muy orgullosos.
Ella soltó una risa, Takao tenía razón sobre ellos, Yoshida y Midorima no hubieran llegado hasta ese punto si él no interviniera para que ellos se dieran cuenta de sus sentimientos.
«Estoy haciendo un drama por nada», pensó la peli naranja. Además, se sonrojó al recordar que ella no había declarado sus sentimientos en su momento.
Ahora era su turno.
(...)
Midorima se encontraba en los camerinos, estaba agotado y frustrado. Si bien, como siempre no había fallado en ninguno de sus tiros, su situación sentimental estaba por los suelos, le había costado mucho redactar esa nota para Yoshida, y ella solo lo había ignorado.
Se encontraba sentado secándose él cabello, mientras que Takao guardaba sus cosas en el casillero y le hablaba sobre su día. Midorima no lo escucha realmente, pero al escuchar el nombre de Yoshida Noriko, inconscientemente prestaba atención. Se golpeaba mentalmente por eso. En un intento de no pensar en ella, se dirigió hacia su casillero, lo abrió y de este salió una carta. Temió por unos segundos que fuera de Matsu, aunque en su interior deseó que fuera Yoshida, por lo que abrió la carta intentando ocultar su emoción.
Midorima Shintarō:
Siento que nosotros nos hemos comunicado últimamente con notas, las cuales han contenido importantes palabras para mí. Sin embargo, ni con las cartas he podido ser capaz confesar que me gustas.
No necesito excusarme con el horóscopo y sus compatibilidades, sé perfectamente que mi corazón se acelera cada vez que te veo a ti y con tu extraña manera de ser.
Pd: Si alguien me hubiera dicho que me enamoraría de ti cuando estábamos en Teikō posiblemente hubiera pensado que era un buen chiste.
La carta no contenía el nombre de la autora, pero reconoció la caligrafía. Se acomodó los lentes para ocultar su sonrojo y que de alguna manera, conservar la compostura. Takao lo observaba atento, aunque internamente chillaba de la emoción. El peli-verde guardó la carta en su sobre, se colocó su ropa de estudiante y acomodó sus pertenencias en su bolso, se despidió de Takao.
Caminó hacia la salida del gimnasio, una vez afuera, empezó a correr hacia la azotea; algo en su interior le decía que Yoshida se encontraba allí. Al subir, la encontró recostada en una de las bancas, estaba con los ojos cerrados, pero al sentir el ruido de las puertas abrió uno de sus ojos. A medida que Midorima se le acercaba, ella se reincorporaba.
—Esto me trae recuerdos— hablo Yoshida al levantarse y quedar frente de él—. ¿Me rechazarás igual que Matsu?
—No seas tonta— desvió su mirada— ya dijo Oha-asa que éramos compatibles.
Yoshida rió nerviosa, tapando la mitad de su cara con su mano, para ocultar su leve sonrojo. En un arranque de valor, Midorima tomó las manos de la chica, entrelazándola para ofrecerle leves caricias.
—Expresarme es difícil— hablo nervioso el de pelo verde—. Estar contigo, me hace sentir que podría ser un día de buena suerte, sin la necesidad de tener un lucky ítem diario— acorto la distancia entre ambos—. Eres la que me hace actuar sin razonar, sin seguir mi horóscopo y sin mi personalidad. Eres capaz de hacerme sentir con solo estar contigo en el carrito, mientras nos lleva Takao o cuando te veo sentada en las gradas...
No pudo continuar, porque Yoshida Noriko, lo tomó de la camisa y lo tiró para darle un corto beso.
—Tu también me gustas— dijo ella, Midorima agarro su cadera para atraerla—. Creo que todas las tardes de castigo después de clases y tú te quedabas conmigo, a pesar de tu aburrida actitud, me hacías sentir que ese tiempo era valioso, porque estabas allí...
Ella tampoco pudo continuar, Midorima fue quien le robó esta vez el beso. La chica lo sujetó del cuello para profundizar el beso.
Ambos sonrieron a la mitad de ese beso.
Fin
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N/A: Gracias por leer esta historia<3
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Compatibilidad zodiacal || KUROKO NO BASKET ||
Fanfiction⚁ Midorima Shintarō. "El amor es de dos, y no de tres, contando a tu horóscopo". ✱Segundo libro de la colección de historias de Kuroko No Basket: "Tiempo fuera". ✱Los personajes pertenecen a Tadatoshi Fujimaki (sin contar los que cree para ambientar...