Gire mi cabeza hasta la ventana y divise las gotas resbalando por el empañado cristal de la misma, genial, hoy tenia que ir a clase y al parecer este no es mi día. La mañana empezó de la peor manera, pude observar las grandes nubes acumuladas en el cielo al igual que un mar gris.
Me levante con mucha pereza de la cama, tome mi ropa—preparada la noche anterior— y me dirigí a la ducha. Debía apurarme, no quería llegar tarde y tampoco hacer esperar a mis amigas.
Luego de arreglarme, baje las escaleras con mucha prisa, pude ver a mamá en la cocina terminando de preparar el desayuno, estaba viviendo solamente con mi mamá y mi hermanito, puesto que mi padre se encontraba en un viaje de negocios. Me acerque y luego me senté en uno de los taburetes que se encontraban a cada lado del mesón. Comencé a comer y termine mi desayuno en un tiempo récord.
—Buenos días mamá — Mi madre, Dayana, siempre fue mi ejemplo a seguir, es una luchadora y siempre ame la forma en que sus ojos brillan cuando ve a mi padre, ese amor que aun habita en ellos, es tan hermoso de ver, sueño con algún día terminar así como ellos, con una familia y un amor al que nunca se le acabe la llama...lo se soy toda una sarnosa.
—Buenos días, parece que hoy estas de buen humor — Me contestó con una sonrisa llena de amor maternal.
—Bueno, tal vez el motivo sea que ya estoy en la universidad y al fin salí de ese infierno llamado secundaria — En la secundaria no todo había sido malo, la verdad es que el tiempo ahí significo mucho para mí y eso gracias a mis queridas amigas, pero no hay nada mejor que olvidarse de todos esos odiosos profesores.
Mi madre soltó una risita al oír mi comentario, pero rápidamente comenzó a dedicarse a lo suyo otra vez. La paz reinaba en la casa, pero esta misma no tardo en irse, ya que el demonio de la casa se aproximaba.
—Aaahh… rápido superman se nos escapa el ladrón — Se escuchó un grito muy cercano a la cocina y ese solo podía ser mi hermano, Gabriel.
Siempre he amado a mi hermanito más que a nada, pero es que a veces simplemente me saca de quicio, es demasiado revoltoso, aunque para ser un niño de 6 años normalmente está un poco más tranquilo.
—Sshh… Gabriel, despertaras a todo el vecindario — Lo reprendió mi mamá con tono severo.
—Pero mami… yo quería jugar a ser un súper héroe — Contestó mi hermanito con un puchero en el rostro.
—Tranquilo, ese ladrón no se va a escapar… vi que salió corriendo hacia el garaje — Conteste guiñándole un ojo y acto seguido salió corriendo en busca del “ladrón”.
Mi mamá y yo al mismo tiempo nos reíamos de lo bipolar que podía ser mi hermano, muchas veces estaba tan deprimido, y luego con cualquier cosa era feliz.
—Mamá me voy, no quiero llegar tarde, además las chicas me esperan — Me levante de la mesa y luego me fui hasta la sala de la casa, donde tenía mi bolso y teléfono encima del sofá. Tome mis llaves y abrí la gran puerta doble de la casa, para encontrarme con una fuerte brisa que me azotó el cabello, la lluvia caía ferozmente.
Solo se me ocurrió una cosa en ese instante y fue lo primero que hice. Tome mi teléfono y marque el número de mi innombrable.
—Hola — Contestó luego de los dos primeros tonos.
—Jake soy yo — Conteste con voz audiblemente tímida —Necesito que, por favor, me lleves al instituto. — Se podía palpar la desesperación en mi voz — ¿Podrías pasar por mí? — Justo en ese momento me maldije por lo bajo, yo no debía de estar haciendo esto, estaba rompiendo mi propia promesa.

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Para Lo Que Sea
Novela JuvenilCuatro chicas que comparten los mismos problemas: amor, odio, corazones rotos. Pero lo más importante...ellas comparten demonios internos; estos son sus peores enemigos y haran de su vida un desastre. ¿Te gustaria saber si su vida vuelve a ser norma...