Puede que no sea la mejor persona del mundo, tal vez ni siquiera merezco el oxígeno que llega a mis pulmones cada día, soy egoísta, afanosa y la mayoría de las veces pienso primero en salvarme a mi misma antes que a los demás, pero creo que no merezco esto.
Luego de que nos descubrieran Mariangel obligo a los chicos a encerrarnos en una habitación, pero solo a nosotras 4, no tengo ni la más remota idea de donde estará Max, pero tengo asuntos más importantes en estos momentos. Los espacios cerrados nunca han sido mis amigos, siempre he tenido miedo de quedar encerrada en un lugar pequeño, mis pesadillas solían ser sobre cajas de madera que me encerraban, nunca podía respirar y el área era tan reducida que tenía que hacerme un ovillo o romperme una pierna para entrar.
Mi miedo hacia ellos empezó cuando por primera vez sentí lo que era el dolor de que todos tus amigos te traicionaran, lo recuerdo perfectamente como si no hubiera pasado hace unos 5 o 6 años atrás, aun las chicas no habían llegado a mi vida y las personas con las que constantemente interactuaba, eran solo hipócritas que permanecían a mi lado solo para obtener buenas notas. Ese día recuerdo que la que creía mi mejor amiga me hizo escoger entre ella y la dulce chica nueva que llego a mitad de año, en el momento pensé que mi decisión era la correcta, confiaba en la chica nueva cuyo nombre era Diana, así que mis palabras fueron exactamente "prefiero estar con esa bruja, como has decidido llamarla tu, que con un grupo de hipócritas como lo son ustedes" y así fue. Pero como de costumbre nunca las cosas buenas me pasaban a mí, por lo que 1 año más tarde descubrí que Diana prefería a mi antigua mejor amiga, quien la había llamado bruja que a mí, y hablaba de mi con los demás.
La decepción fue enorme, al igual que la irá y el odio que obtuve, llegue a pensar que de verdad ser yo no valía la pena, que ser mi amigo significaba lo mismo a una pena de muerte, solo quería desquitar mi rabia aunque no sabía cómo hacerlo, tan solo tenía 12 años ¿qué podía hacer siendo solo una niña? Lloré como pensé y creo que no volveré a llorar nunca más, ese día fue horrible, todo absolutamente cada cosa y persona me valía nada, todo era tan solo un desperdicio, miles y miles de decepciones diarias, las cuales siempre fueron perdonadas, a pesar de que parte de mi no quería hacerlo. Necesitaba descargar todo, definitivamente, y fue cuando lo vi, justo en frente de mi se encontraba un ventilador, de esos que ya nunca más volverán a hacer o vender, uno completamente hecho de hierro solido e irrompible, no lo pensé 2 veces, me levante de mi cama la cual estaba completamente desordenada con las almohadas en el suelo y las sabanas esparcidas por el mismo, y camine hasta el, mire mi mano y no la quise ver más solo quería que desapareciera justo con el resto de mi, estaba dispuesta a hacerlo y lo lleve a cabo.
Introduje mi mano entre las astas del ventilador justo después de encenderlo con la potencia máxima, comenzó a girar y hasta ahora no ocurría nada, pero solo unos segundos después cayeron, una seguida de la otra y una más, gotas de sangre en el piso, pero yo estaba cegada y no sentía nada, el dolor que debió estar en mi mano no estaba solo estaba feliz de lo que me encontraba haciendo, la puerta sonó haciéndome dar un salto por la repentina presencia de alguien en mi habitación, se escucho un grito, era mi padre diciéndome que debía bajar, la cena se encontraba lista, pero yo no estaba en condiciones para obedecerle así que no respondí, en lugar de ello observe por primera vez mi mano, tenía todos los dedos aun, lo cual me desilusiono, había leído una vez en internet que uno de estos ventiladores podían arrancártelos; grandes cortes se extendían a lo largo y ancho de estos, todos con aquel liquido rojo brotando como cataratas de ellos, manchando a su paso mi ropa, el dedo anular parecía ser el más afectado la uña ya no estaba, en su lugar solo sangre se encontraba, quede un poco asombrada ante esto.
Nuevos golpes en la puerta se escucharon, con más insistencia que la primera vez, me hicieron salir de mi trance de una vez por todas y el dolor me golpeo con brutal fuerza, lágrimas surgieron de nuevo junto con sollozos debido al dolor proveniente de mi mano. Siguieron los golpes en la puerta mucho más fuertes, si mi padre lograba entrar estaría acabada, el sería capaz de mandarme a un internado con tal de que le dijera por que había hecho esto y yo no quería admitirlo. No estaba en un lugar adecuado, mi cuarto no tenía muchas ventanas, solo una y no era una grata opción, esconderme debajo de la cama no funcionaria tampoco, debido a las cajas que están debajo de ella, el baño no me pareció buena idea, no me daría un excusa muy buena y la única opción que me quedaba era mi armario, el cual era grande con una puerta doble de madera, que poseía una cerradura de la cual solo yo tenía la llave.
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Para Lo Que Sea
Teen FictionCuatro chicas que comparten los mismos problemas: amor, odio, corazones rotos. Pero lo más importante...ellas comparten demonios internos; estos son sus peores enemigos y haran de su vida un desastre. ¿Te gustaria saber si su vida vuelve a ser norma...