Lenta y peligrosamente... [DONGTA]

-03-

Piky!!! Te lo dedico 😙

—La puerta junto al ventanal es la de él. —dijo la Alfa.

Asintió con duda, ¿de dónde conoce a esa Alfa Kenta?. Una pregunta que tal vez se la haría después.

Cabe mencionar que la casa apesta (en el buen sentido) a Omega triste. Crean lo, ama los Alfas la angustia de un Omega no les agrada, les da un buen golpe al orgullo al no poder apaciguar la pena de un omega.

—Gracias, Jennie. —hizo una reverencia a la Alfa.

Ella asintió con una mirada suspicaz.—¿De dónde lo conoces?.

—Estudio con el desde el cuarto año de secundaria. Hasta la universidad ahora. —dijo DongHan.

—Fuimos vecinos desde hace nueve años. Sus padres y los mios tenían la esperanza de unir nuestros lazos. —dijo ella. Ablando su mirada ante el alfa.—...no se pudo, su Omega no me acepto y mi alfa tampoco cooperó. Terminamos siendo amigos...hasta que se mudo a Seul.

—¿Y tú te quedaste en GamgNam por eso?...—pregunto.

Ella negó. —Él es mayor que yo. Termino antes sus estudios y yo después...cuando lo hice me fui a Seul igual. Aunque no aplique a la universidad de Kenta, si no que a la regional del centro de Seul...

—Me encantaría conocerte mas pero...—dijo calmado.— vine a ver a Kenta. Si deseas después hacemos el interrogatorio de poderío.

Ella asintió.

Wow... No sabe que decir, sólo... Wow.

Al llegar al pasillo, lo golpeo el aroma de Kenta de lleno. Es deliciosamente sofocado. Está el olor característico del omega, ese de lavanda y arándanos... Solo que mas fuerte y con un tinte de dolor y tristeza...el olor de la depresión de un lobo...

El olor de un omega herido.

—Kenta...—susurro mientras tocaba la puerta...

Escucho pasos y uno que otro golpeteo. ¿Tanto ruido puede hacer un solo omega?...

La puerta se abrió lentamente y apareció la figura del omega tras de el umbral de ésta.

No dijo nada, Kenta se lanzo a sus brazos. Ni que se deseara quejar.

Su lobo aulló en contento, la agonía de la espera termino y ahora sabe donde está el omega. En sus brazos, ¿mejor lugar? Ninguno. Absolutamente ninguno.

—¡Estas aquí alfa!...—festejó el omega. Se aferró mas al cuello del alfa y frotó su nariz en la glándula de olor de el otro...

Tanto Kenta como el Omega de éste, aman el olor a Sándalo y canela de DongHan... Esta delicioso. Ama ese picor que causa en su nariz, pero también como calma todo, es...como un arrullo silencioso. Un canto de cuna celestial...

Simplemente le gusta, no, gustar es poco. Le causa una alegría efímera en sí. No hay explicación clara...simplemente lo ama.

Por eso son destinados...

Él uno le pertenece al otro...

Y no debe haber mas, no hay explicación. La Diosa Luna los creo para unirse y crear un sólo ser...

No debe haber mas explicación a su insistente canto de pertenencia.

—Te extrañe, Alfa...