Lenta y peligrosamente... [DONGTA]

Epílogo

—¡Kim JiWoo, te estoy hablando! —NamJoon regañaba a su hija menor.

—¿Eh?, ¡oh!, ¡Papi, mira ya conseguí un nuevo nivel en el juego!... —dijo sin apartar la mirada del celular. Típico.

—¡Arg!, Jennie tu hija no me escucha.

—¡Papi! ¡Papi!, mira, hay una nueva exposición de arte en esta semana. —la bella sonrisa de su hija mayor deslumbro por instantes su enojo.

—¿Enserio princesa?, qué genial, di le a tú Mami que te lleve. —dijo dulcemente.

—¡¿Por qué Momo sí puede ir a sus asuntos y yo no?! —la indignación de JiWoo no se hizo esperar.

—Por que ella es una buena hija que sí limpia su cuarto, muestra delicadeza y algo de gracia, ya tienes nueve años ve a limpiar tu habitación o sencillamente no cenas!. —Namjoon azoto la puerta al salir del chiquero que su hija llama cuarto.

• • •

—¡Papá! —chillo JeongHan.

—¡No seas quejica! —callo el omega.—, ¿por qué rayos no te desenredar el pelo?, te eh dicho mil veces que lo hagas pero no ha es caso.

—¡Papá! —lloro el beta. Su papá hala muy fuerte su enredada melena. De por sí se sabe que sera un Alfa, su estatus por el momento s de beta. Junto con su prima JiWoo son futuros alfas, aunque Momo todavía no presenta ningún signo en jerarquía.

—¡Deja de decir esa palabra!, todo es culpa tuya y de TaeMin, ¿cuantas veces debo repetirte qué sí juegas fútbol te amarres el puto cabello?, ¡¿ah?!.

La furiosa y aguda mirada del omega iba dirigida al alfa. SangGyun hizo su mejor intento de escape, jamas le gusto ser el receptor de la furia de su pareja.

—¡Papá!.

—¡Kim JeongHan! Deja de llamar a tú padre y concentrare cuando te estoy hablando. —un buen castigo se le veía venir.

Y su padre no haría nada en contra.

• • •

—¡Mami! —la dulce voz de la infante se escucho por toda la sala.

JiWoo y Momo estaba vestidas de azul con lazos rosa y rojo en su cabellera negra, bien vestidas y con una sonrisa amigable.

JeongHan estaba pulcramente de blanco, con el cabello rojizo amarrado en una coleta y una sonrisa encantadora en su mejor humor.

Sus padres iban de aquí para halla, arreglando y ordenando, haciendo todo y a la vez nada.

—¡Momori! ¡Woonnie! —la pequeña figura salto a los brazos de sus primas.

—Y ¿yo estoy pintado?.

—¡JeongHannie! —saludo efusiva la menor.

—¡Sana! —reprendio su padre.

—¡Tío DongHan! —gritaron los tres niños, corriendo a los brazos de su tío.

DongHan, Kenta y Sana; habían formado una familia hace cinco años, cuando lograron adoptar a la muñeca se porcelana más tierna de todo el mundo -según a sus ojos-, peleado  en el juzgado por la adopción de la niña, pasaron tres años antes de poder tener a la pequeña Sana e  su casa.

Actualmente la niña tiene 9 años igual que sus primas, siendo JeongHan el mayor de todos...y también el más propenso a tener accidentes, sin comentarios.

—¿Por qué sólo notan a DongHan?, ¿saben? Estoy justo al lado de el idiota éste. —bufo Kenta.

—¡Mamá! —chillo Sana.—, después me castigas por decirle así a MinHo, no es justo.