Esa misma noche Sanji llegaba al departamento de Nami, quien se sorprendió de verlo ahí.
-Lo siento mucho Nami-san, pero no tengo a donde quedarme...- ella lo dejo pasar.
-No te preocupes, ¿qué pasó?- invito a sentarse en el sillón.
-He decidido pelear por (t/n)-chan, no me importa que mi propia familia me desprecie por ello...- dijo en tono serio.
-Eres todo un caballero Sanji-kun, pero ahora (t/n) está con Katakuri... algo malo debió pasar...- aseguró con preocupación.
-Tienes razón, pero no me importa, la salvaré de ese salvaje...- Nami sonrío levemente, ahora entendía porqué su amiga había cambiado de opinión en cuanto al tema de su matrimonio. –Pero tengo una duda...-
-Dime...- dijo al ver el semblante de preocupación del mayor.
-Me dijiste que Akaashi Zeff es su padre adoptivo, sabes ¿cómo se conocieron?- Nami lo reflexionó un momento, sabía que su amiga no deseaba que nadie se enterara de su secreto, pero si Sanji le preguntaba con preocupación, quería decir que sabía algo al respecto.
-Te lo diré, pero prométeme que no le dirás a (t/n) que lo sabes...- Sanji asintió.
-¡Tienes mi palabra!- aseguró con una sonrisa de alivio.
-Hace 10 años, Zeff salía de la ciudad, era una tarde lluviosa, así que manejaba con precaución, en su camino se adentró en un bosque, de repente visualizo algo, detuvo su vehículo y al salir, atónito observó a una niña, tenía un vendaje en la cabeza, y una bata de hospital, eso lo intrigó, pues cerca de la zona se supone que no existe hospital alguno, regresó y la llevo al hospital general, dónde la doctora a cargo le dijo que presentaba golpes y malnutrición, además en la cabeza tenía marcas de una terapia prohibida en la psicología...- tomó un respiro y a Sanji no le gusto para nada a donde iba aquel relato. –Electrochoques...- los ojos del rubio se abrieron de par en par. –Después de que estuvo como un mes en el hospital, nadie reclamaba una niña o algo por el estilo, así que Zeff la adoptó, cuando (t/n) despertó no recordaba nada, salvo su nombre...-
Aquel relato horrorizó a Sanji, en los documentos que tenía, hablaban de aquella clínica "secreta" ahora sabía que era ilegal, (t/n) había sido torturada, cuando su único error fue haber confiado en él.
-Fue mi culpa...- se lamentó y Nami se sorprendió por aquellas palabras. –(t/n)-chan sufrió por mi culpa...- bajo la mirada, colocando su palma en la frente.
-¿A qué te refieres?- Sanji suspiró.
-Gracias por contarme Nami-san, debo salvarla, ella no se merece todo el sufrimiento que ha tenido, pese a todo eso, ella sigue siendo fuerte y sonríe día a día...- unas lágrimas bajaron por sus ojos.
-¡Tienes mi apoyo!- aseguró la pelinaranja con una sonrisa.
-Ahora yo debo contarte la verdad, (t/n) y yo, ya nos conocíamos, pero por mi culpa, ya no recuerda nada...- ahora fue el turno de Nami para sorprenderse.
Al mañana siguiente (t/n) se levantaba de la cama, se asomó en la ventana amplia y observó un grupo de niños, no sabía hasta cierto punto quienes eran hijos de Big Mom o si eran sus nietos.
De repente la tranquilidad se esfumó, al escuchar un llanto, algunos sirviente se acercaron a un niño gordito, quien lloraba, atónita la (t/c) observó que el infante sangraba, delante de él estaba una niña con un conejo y cabello rosado, ella sostenía un cuchillo de chef.
-¡¿Qué pasó aquí?!- en ese momento llegaba Pudding, quien no parecía preocupada, sino molesta.
-¡Anana me acuchilló!- acusó en llanto el menor, los presentes vieron a la niña, quien miraba fríamente al niño.
-¿Anana, otra vez?- (t/n) escucho eso, sin duda la sorprendió, vio como la niña se cruzaba de brazos y hacia un puchero.
-¡Lo hice porque él rompió mi muñeca ayer!- gritó y Pudding trataba de arreglar aquel asunto.
(T/n) se pasmo por aquello, la familia de Big Mom eran psicopatas, incluso los niños, no quería imaginarse qué pasaría si tenía un hijo, sería un monstruo igual que esa familia, en dónde se había metido.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al abrirse la puerta, era Katakuri.
-¿Qué quieres?- cuestionó a la defensiva.
-Sólo vine por ti, mamá desea varios postres hechos por ti...- la joven chasqueo la lengua. –No se te ocurra hacer algo en su contra, porque te costará...- se acercó a ella y la tomó del brazo de manera brusca, la joven no puso resistencia alguna.
Esa misma mañana, en las noticias se anunciaba la boda de Katakuri y (t/n), la cual para sorpresa de muchos sería en un par de semanas, obviamente Sanji y Nami se enteraron, lo que era la peor noticia de sus vidas.
En la residencia Charlotte, (t/n) preparaba tartas, mientras pensaba en qué hacer para escapar, ella no deseaba atar su vida a Katakuri, pero no quería que sus seres queridos sufrieran, pero no todo era tan malo, ella aún no lo sabía, pero alguien en aquella casa estaba dispuesta a ayudarla, y ya tenía algunas piezas claves para ello.
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La receta perfecta. (One Piece. Sanji y tú)
FanfictionEn un tazón del presente, agregas una taza de pasado, 1/2 taza de destino, 1/4 de cariño, 1/4 taza de suerte, una pizca de valor y obtendrás lo más valioso de este mundo...