Hace 14 años...
En la residencia Vinsmoke en una habitación, Sanji y Reiju estaban con su madre, quien les contaban algo.
-¿De verdad?- cuestionó Sanji.
-Si... sólo nosotros...- dijo la mujer, mientras Reiju sonreía.
-¿Pero mis hermanos y mi padre?- cuestionó el menor.
-Él no sabe, y tus hermanos no les interesa, no quiero obligarlos, por eso me alegra que ustedes si me quieran acompañar...- dijo con una amplia sonrisa.
Al día siguiente los tres fueron a varios refugios, dónde Sora en compañía de sus hijos dejaban comida, ropa y juguetes para los más necesitados, al final de todo ese tedioso recorrido, los llevo a comer a un restaurante sencillo, pero de un lindo ambiente, en la entrada los recibía el dueño del local.
-¡Sora!- era un hombre mayor, de cabellos rubios y un curioso bigote entrenzado, la mujer sonrío con alegría. –Ya habías tardado...-
-Lo siento, pero ser madre de familia es difícil...- el hombre vio a los niños.
-¡Oh! Ya veo... mucho gusto...- saludo de manera de amable.
-¡Mucho gusto!- dijo Reiju.
-Él es Zeff-san, un amigo de mi familia hace tiempo...- explicó la mujer.
Los tres comenzaron a comer, a Sanji le pareció la comida más deliciosa del mundo, ni siquiera sus cocineros hacia comida tan deliciosa como en aquel lugar.
-Mamá, ¿quién hizo esto?- cuestionó Sanji, Sora sonrió al ver la felicidad de su hijo.
-Fue Zeff... él es un gran cocinero...- contestó con una amplia sonrisa que el pequeño compartió.
-¡Sorprendente! Yo... yo quisiera intentarlo...- exclamó con felicidad, sorprendiendo a su madre y hermana. -Estoy seguro que podría hacer una comida tan deliciosa como ese viejo...- declaró con una sonrisa traviesa, haciendo de reír a su hermana, su madre sólo hizo un leve gesto de enojo, pero le acarició su mejilla, llamando su atención.
-No hables así Sanji...- reprendió con cariño, lo que logró que su hijo se sonrojara.
-Lo siento mamá...- respondió con cierta pena.
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Durante los próximos meses, Sora, Reiju y Sanji hacían aquella actividad, siempre culminando el día, yendo al "Baratie", cada día el menor se proponía a que cuando fuera más grande, comenzaría a cocinar, su madre siempre le animaba, diciendo que le gustaría probar alguno de los platillos que él llegara a hacer.
Cierta noche Judge llegaba a su hogar, siendo recibido por sus hijos, a quienes quería mucho, sin embargo aquella noche en particular, comenzaron sus desplantes hacia Sanji, eso molestó a Sora, quien no entendía su aptitud, discutiendo esa noche.
-¡Ya me enteré que llevas a Reiju y Sanji a dar caridad!- exclamó, ambos estaban en su habitación.
-¡Esa no es razón para reprender a Sanji!- le gritó.
-Si quieres sólo llévate a Reiju, ella es una niña, lo entiendo mejor, pero no te permitiré que ablandes a Sanji, él debe crecer como un hombre frío de negocios...- explicó, aquel argumento le pareció ridículo a Sora.
-¡Son mis hijos también, no sólo tú puedes escoger sobre sus vidas!- Judge se molesto por aquellas palabras, ya no quería discutir con su mujer, pero tampoco quería darle la razón.
Los siguientes días la aptitud de Judge sobre Sanji no mejoraba, ocasionando que sus demás hermanos lo molestaran, Sora trataba de arreglarlo, pero sabía que a diferencia de Reiju y Sanji, los otros eran más obedientes a su esposo, así que optó por hacerle caso y dejar de llevarlo a dar caridad.
Unos meses después las cosas se habían calmado, aún así, Sanji seguía con aquella idea de ser Chef, su madre le decía que por el momento no le dijera nada a su padre, que cuando llegara el momento, podría mencionarlo, y ella lo apoyaría.
Una noche Judge y Sora fueron a una gala de personas acaudaladas, a diferencia de él, a Sora no le gustaba aquellos ambientes, ella provenía de una familia acaudalada y por eso aquellas fiestas ya no le parecían atractivas, esa reunión se hacía en un salón de un hotel de 5 estrellas, así que mientras su marido estaba ocupado, buscando socios para sus negocios, ella decidió salir a tomar aire, el lugar era tranquilo y la noche era bastante fresca.
De repente unos sollozos llamaron su atención, volteo por todos lados sin ver a nadie, estaba decidida a pedir ayuda a empleados del hotel, cuando se dio cuenta que los sollozos venían de la esquina del hotel, para ser más precisos en la calle al lado.
Sora se acercó con cautela, oyendo claramente el llanto de una infante, preocupada se acercó, y logró divisar la pequeña figura.
-Disculpa...- susurró con cautela, el infante se asustó, levantando la vista, Sora levantó las manos en son de paz, sonriendo levemente. -No te asustes quiero ayudarte...- aclaró, lo que calmó a la niña. -Soy Sora... ¿y tú?- observó que la niña no podía tener más de 5 años, tenía ropas sucias y lloraba, sus ojitos estaban hinchados y rojos de tanto llorar.
-(t... t/n)...- susurró.
-¿Estás herida, necesitas algo?- la niñas negó, más lagrimas bajaron por su rostro.
-Quiero que mi mamá vuelva...- lloró.
-¿Dónde está tu mamá?- cuestionó preocupada, pues pensó que la niña pudo haber perdido a su madre y ahora estaba sola.
-Me... me dejo aquí... dijo que volvería... pero...- lloraba con dolor, a Sora le dio mucha pena, la niña había sido abandonada, sin duda era muy triste debía ayudarla.
-No te preocupes (t/n)-chan... yo te ayudaré...- aseguró con una cálida sonrisa.
-No la conozco...- dijo con desconfianza.
-Sólo quiero ser tu amiga...- dijo, pero notó que la pequeña estaba un poco asustada, no la acompañaría a ningún lado así, debía ganarse su confianza.
-¿Una amiga?- la mujer asintió.
-Si...- una idea llegó a su mente y sin dejar de sonreír, de su cuello se quitó un collar, era sencillo, de una piedra roja en forma de corazón, era de fantasía, pero muy bonito que ella se había comprado cuando era adolescente y era su amuleto de buena suerte. -Mira te lo regalo...- extendió el presente.
-¿Para mi?- dejo llorar, mientras miraba el regalo.
-Si...- dijo más tranquila, la niña se acercó y ella se lo colocó en su cuello. -Te ves hermosa...- la niña sonrío con más confianza.
-Gra... gracias...- se sonrojó levemente.
Sin embargo aquella escena se vio agrietada, pues Judge salió del hotel al no ver a su esposa, decir que estaba molesto, era poco.
-¡¡Sora!!- gritó, la mujer se sorprendió, y de inmediato fue con él, no sin antes decirle a la niña que la esperara. -¡¿Dónde estabas?!- reclamó.
-Querido, debemos ayudar a una pequeña...- empezaba a explicar, pero él se molestó.
-¡No ahora! ¡Tenemos un buen negocio en manos, no puedes echarlo a perder, debes venir conmigo ahora!- exigió.
-Pero...- iba a protestar.
-¡Nada!- gritó Judge, aquel grito lo escucho la niña, quien se asusto, ni siquiera se asomó a ver, y decidió huir.
A Sora no le quedó de otra que acceder a las demandas de su esposo, al salir de la reunión, fue a buscar a la niña, pero por desgracia no la encontró, sintiéndose mal por ella.
-Lo siento (t/n)-chan...- en verdad deseaba ayudarla, pero por culpa del egoísmo de su marido no pudo hacerlo, con mayor razón no deseaba que sus hijos fueran igual que él, de eso se encargaría.
Pero 2 años después Vinsmoke Sora, enfermo y murió, dejando sólo al único hijo que en verdad había aprendió de ella...
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Aquí va el primero de los especiales que les tengo preparado, también he pensado en hacer un especial de Katakuri, éste vendrá después del especial de Nami y los hermanos Vinsmoke!
Gracias a ninanieves14 por la idea! :3
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La receta perfecta. (One Piece. Sanji y tú)
FanfictionEn un tazón del presente, agregas una taza de pasado, 1/2 taza de destino, 1/4 de cariño, 1/4 taza de suerte, una pizca de valor y obtendrás lo más valioso de este mundo...