La receta perfecta. (One Piece. Sanji y tú)

Especial 5: Una noche de pasión.

Un año había pasado desde su huida, un año en que la sociedad los daba por muerto, al igual que sus enemigos, mientras aliados y amigos guardaban su secreto, (t/n) solía mandar cartas para Nami y Reiju.

Sanji y ella eran muy felices, desde hace 6 meses habían consumado su matrimonio, sin duda fue la mejor noche para ambos, pero no ha sido la única noche inolvidable, suelen tener sexo muy seguido, eso a Sanji le fascina.

Uno que otro encuentro se había visto interrumpido por una hemorragia que a él solía darle, aquello al principio preocupaba a (t/n), después le daba gracia, pues no sabía que su novio era un tanto pervetido.

Cierta noche, Sanji tomaba un baño, después de que (t/n) lo tomara, al salir, su corazón se paralizó, pues su esposa se encontraba sobre la cama con un conjunto de lencería muy sexy, de color (c/f), con una mirada seductora y una sonrisa gentil.

-¿(t/n)-chan?- cuestionó tragando grueso, si duda era la vista más hermosa del día.

-Te estaba esperando querido...- dijo en tono sereno pero seductor, que hizo que Sanji se sonrojara.

A (t/n) le gustaba provocarlo, y eso a Sanji le encantaba, siempre eran bienvenidas las ideas que ella tenía para tener una noche inolvidable, él se quedó pasmado sin saber qué hacer, luchaba por no dejar salir una hemorragia nasal, pero era inevitable con una vista así.

Con una sonrisa traviesa la (t/c) bajo de la cama, se acercó a su esposo, rodeando el cuello con sus brazos, abrazándose posesivamente a él.

-¿Qué pasa querido?- cuestionó mientras pegaba más sus senos al torso descubierto del mayor. -¿No te gusta cómo luzco?- al decir aquello en un tono tan lascivo, termino con las fuerzas del mayor, quien con un par de gotas de sangre en la nariz, casi se desmaya por tanta belleza.

Primero la apartó para poder limpiarse, ante la sonrisa divertida de la joven, después volvió a hacer que lo abrazara.

-Tus deseos son ordenes my lady...- sus manos rodearon la cintura de la joven, mientras unieron sus labios en un apasionado y demandante beso, después de unos instantes se separaron, ella lo tomo de la mano, sin borrar aquella sonrisa lasciva, hizo que se acostara en la cama.

Sanji sólo traía una toalla en la cintura, después de todo acababa de bañarse, ella se colocó sobre su regazo, acercando una vez sus labios a los de su marido, mientras se besaban, ella comenzó a mover su cadera, frotando su entrepierna con la de él.

Él no pudo evitar gemir, separando el beso, sus manos se posaron en la cadera de la joven, ayudándole con tan deliciosa tarea, (t/n) bajo ella sentía con Sanji comenzaba a ponerse duro, no era tan difícil y eso le gustaba, ella con sus manos acariciaba el torso del mayor.

-Eres fantástica...- susurraba con satisfacción.

-Y que no se te olvide...- comenzó a besarlo en el cuello, mordiendo una que otra vez, ganando más gemidos de su esposo.

-¡(t/n)-chan!- susurró con extasis.

La joven dejo de repartir besos y le quitó la toalla, notando aquel miembro erecto, comenzando a acariciarlo de manera lenta, Sanji en reacción arqueo la espalda por el espasmo de placer.

Él no soportaría más, sentía que se vendría en cualquier momento, así que tomó las manos de su esposa, sentándose en la cama, tratando de recuperar el aliento, ella estaba sonriendo, pero sus mejillas tenían un tono rojo, la tomó de la cintura y comenzó a besarla en el cuello.

-Ahora es mi turno...- susurró de manera lasciva, ella sentía como el miembro de su esposo, se frotaba en su entrepierna, comenzando a sentir humedad en aquella zona, dejando salir uno que otro gemido.

-Sanji...- susurraba ella, mientras él comenzaba a despojarla de las prendas que portaba, hasta que ambos quedaron desnudos, sus cuerpos tenían finas gotas de sudor, unían sus labios en una que otra ocasión, sus caderas danzaban de manera pasional, las manos de él estaban, una de la cadera y la otra en uno de los senos, acariciando suavemente y pellizcando el pezon, primero de uno y después del otro, los gemidos aumentaban de volumen.

Con delicadeza Sanji la levanto un poco, comenzando a penetrarla, la joven sentía aquel miembro abrirse paso dentro de ella, sus manos reposaban entre el pecho y los hombros sosteniéndose, los gemidos entrecortados no se hacían esperar, ella cerraba los ojos, dejándose llevar por tal erótica acción.

-Sanji... te amo...- susurró la joven, cada centímetro era una placentera tortura.

-Te amo...- contestó él.

Cuando ambas caderas se juntaron, Sanji cambió la posición, sin separarse, la acostó sobre la cama, ella abrió los ojos, aquellas orbes azules la miraban con deseo y cariño, ella lo tomo por el cuello, él puso una mano en su cadera y la otra aún lado de la cabeza de la joven, para apoyarse, comenzando así a moverse.

Eran embestidas rápidas, pero profundas, los gemidos subían de volumen a cada instante, ella arqueo la espalda para sentir más la acción, él al sentir como aquella cavidad lo aprisionaba, aumentaba el ritmo, estaba apunto de venirse.

-Más... más rápido...- rogó extasiada, claramente ella también estaba apunto de llegar al orgasmo. -Te... amo Sanji...- aseguraba con un tono de felicidad.

-Te amo... (t/n)-chan...- respondió, mientras daba las últimas embestidas, hasta que termino dentro de ella, quien exclamó un profundo gemido, tensándose de pies a cabeza.

Después de alcanzar el cielo, Sanji salió con cuidado de la joven, ambos trataban de recuperar la respiración, se miraron a los ojos y sonrieron con satisfacción, besándose con cariño antes de acostarse para descansar por tal actividad.

-Gracias por hacerme el hombre más feliz...- dijo mientras abrazaba a la joven, quien seguía sonrojada.

-Te amo Sanji... gracias por hacerme feliz...- él la beso en la frente.

-Eres mi vida (t/n)-chan...- después de repartir unas palabras más de amor, ambos se entregaron a los brazos de Morfeo, conciliando el sueño mientras se abrazaban, sin duda tenía toda una vida por delante para ser felicidades.

No sólo era amor, sino también pasión la que se demostraban cada día de su vida.

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Espero que les haya gustado! :3

Ya sólo falta un especial!