Los últimos dragones del Apocalipsis

CAPÍTULO 6: "CRECIMIENTO"

Tras salir del castillo montados en sus caballos, el soldado y Bel se dirigieron al lugar donde ella vio por primera vez a la pareja de Dragon Slayers.

- Desde que aquella dragona pasó por aquí... no ha pasado nadie. Aunque vengo yo, para estar sola... Pero como me vas a entrenar te lo enseño. – dijo sonriendo al soldado, quien miraba el lugar. Daba entrada a un bosque, y las rocas eran grandes y puntiagudas.

- Entiendo... sólo los solitarios vienen por aquí... - miró a la chica - Bueno, empecemos con lo básico. Destacas más en tiro con arco, ¿verdad? – preguntó. 

La chica hizo su demostración acertando tres dianas de un tiro. Tenía ese lugar como su base secreta de entrenamiento. Tras eso, miró al soldado, quien la miró impresionado. 

- Increíble, en eso no tenemos problema, pero... - se puso serio y en posición de kárate - ¿Qué tal la fuerza física? El combate cuerpo a cuerpo puede darse en cualquier momento, si tu arco se rompe o es robado. Ten en cuenta que si te encontraras con Carmesí el arco podría valer, pero no por mucho tiempo...  - la animó a atacar moviendo su mano, desafiándola - Suelte su arco, Bel-sama y ataque cuando quiera. – la chica le miró desafiante, pero justo cuando iba a atacar tropezó a los dos pasos. El soldado la miró y esbozó una leve risilla. 

- Te enseñaré lo básico...  - dijo - Ponte en esta posición, pie derecho en frente, pie izquierdo atrás, brazo derecho igual que la pierna derecha, y el brazo izquierdo a la par con la pierna izquierda - dijo poniéndose en posición mientras hablaba para que la chica le imitara. 

Bel miró con cara traviesa y optó por atacarle justo en ese momento y le lanza una patada en el vientre.

- ¡¡Patada traicionera!! No te me adelantes, Jose-kun. – dijo mientras atacaba. El soldado sonrió al ver que dijo su nombre. Pero, a la vez, la miró a modo profesor habiéndole afectado nada su patada.

- Bel-sama... - se reía - Primero lo básico, después las batallas. - le dio un empujón que la tiró al suelo.

Para ser un empujón transmitió mucha potencia y fuerza

- ¿¡Sentías como un peso encima, ¿verdad? Eso debes hacer sentir a tu oponente. Cárgate de fuerza... ¡Y ataca! Eso debes hacer.

- No por nada eres el soldado que más ha durado en palacio...  - dijo Bel recuperándose del tremendo empujón que su maestro le dio.

- Pon la pose de antes, sin "patadas traicioneras"... – dijo. 

Bel, entre risas, obedeció a su mentor. Cuando ambos estaban en sus posiciones, Jose procedió a explicar.

- Cárgate de fuerza, esto es, sin moverte, y trata de ponerla toda en tus piernas, puños, brazos, vientre... ¡Todo! Sé que puedes hacerlo, Bel-sama - dijo seguro de lo que decía - Siente la presión, si te mueves pierdes... 

Bel hizo lo que su mentor dijo. Jose, al ver que a su pequeña aprendiz le costaba un poco seguir el ritmo le continuó hablando. 

- Más fuerza, concéntrate en poner toda tu fuerza, para lo que te ayudaran estas preguntas. ¿Por qué hago esto? ¿Para quién hago esto? ¿Qué debo proteger? ¿Qué quiero demostrarme a mí misma y a los demás? Con esas preguntas en tu cabeza, y con las correspondientes respuestas, obtienes la fuerza que deseas. – dijo Jose, haciendo que Bel se tomara tiempo para responderse a sí misma todas esas preguntas. De cara a un futuro y teniendo en cuenta el pasado, ella podría ser capaz de hacerse muy fuerte.

- ¡Lo tengo! - dijo la chica empezando a verse en ella que sentía una gran presión y fuerza. 

En este mundo, si no entrenas la magia así como la fuerza física, estás perdido, y más en tiempos de guerra. Tras ver eso, Jose le puso un saco de arena dura delante de Bel.