- Hola bonita –dice Sam acercándose a mí.
Yo termino de guardar mis cosas en el casillero y le doy un beso en la mejilla.
Luego de la fiesta el viernes y de la resaca horriblemente odiosa del siguiente día me fui acercando más a Sam y al parecer yo solo necesitaba un pequeño empujón.
- ¿Lista para nuestra cita? –dice Sam.
- Si –contesto –pero hay que poner restricciones –Sam pone los ojos en blancos, pero igualmente asiente con la cabeza –primero, hoy recién es lunes, no podemos alargarlo mucho; segundo, el miércoles tengo examen y quiero estudiar.
- ¿Desde cuándo tú estudias?
- Yo... es un examen muy importante y quiero estudiar... ¡Ey! ¿Cómo sabes eso?
Sam ríe – Lucas es mi mejor amigo, ¿Crees que él no me contaría nada de ti?
Por un momento las luces de emergencia se encienden en mi cabeza por su comentario.
- ¿A qué te refieres con todo? –le pregunto.
- Bueno, como que tu lees mucho o leías, no me quedó muy claro, nunca prestas atención en clases y nunca estudias.
Me relajo cuando termina.
- Pero eso no es todo sobre mí.
- Por eso quiero esa cita.
- Okey, vamos a la cafetería de la esquina.
Caminamos hasta la cafetería en silencio, pero no uno incómodo, si no uno agradable.
Al llegar nos sentamos en una mesa que está pegada a la ventana.
- ¿Qué quieres para tomar? –me pregunta Sam mientras me acerca la silla para sentarme.
- Un café descafeinado con leche, por favor –respondo, Sam va a la caja y compra dos cafés y un par de muffins.
- Okay, toma –dice Sam al volver y se sienta en frente de mí –entonces, ¿Qué es lo que aún no sé de ti?
Pensé por unos segundos que responderle, realmente no sabía que decirle.
- Bueno... nací aquí, mis padres se separaron hace cuatro años y...- mi cabeza da vueltas, ¿Le digo o no le digo? –eso.
Las palabras no brotaron, no podía decirle.
Tal vez no sea el momento, quizás deba conocerlo mejor.
Es decir, Lucas es mi amigo, casi mejor amigo, creo y yo sé de él, por lo que confió en él y a Sam no mucho.
Tiene sentido, creo.
Sam me mira de forma sospechosa y yo trato de disimular tomando un poco de mi taza de café.
- Y, ¿Qué hay de ti, Sam? –le pregunto para tratar de cambiar de tema, que al parecer funciona.
Sam habla un buen, buen rato sobre él mismo, hasta el punto en el que lo dejo de escuchar y me sumo en mis propios pensamientos.
- ¿Caty? – dice Sam sobresaltándome y volviéndome a la realidad.
- ¡Sí! –respondo.
- Parecía como si estuvieras en otro mundo –dice Sam.
- Lo siento, generalmente me pasa – digo – no lo puedo evitar.
- Entonces para que no te pase haremos un dialogo de preguntas y respuestas.
- ¿Al estilo "20 preguntas"? –digo riéndome de lo cursi que suena eso.
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This is the Real Life
Teen FictionMi nombre es Caty Mason. Estoy en mi último año escolar, que emocionante, ¿No? Pues para mí no lo es. Tengo 17 y no soy una santa, tal vez si virgen, pero no de labios, y se perfectamente como es el sexo. Leo mucho, tal vez demasiado. Como sea, l...