This is the Real Life

26 - Solamente Mason

Durante estos días he intentado mantener mi cabeza despejada e intentando estar siempre haciendo algo.

Estar todo el día sola no ayuda de mucho, pero he pasado toda la semana buscando universidades, limpiando, releyendo libros, estudiando y siempre escuchando música.

Lo más difíciles son las noches, cuando no hay nada que hacer, cuando el silencio invade la casa y los pensamientos invaden mi mente.

Compré varias estrellitas luminosas y las pegué en el techo para poder mantener entretenida mi mente durante las noches, sigo sin poder comer.

Ya no recuerdo donde dejé mi celular, pues no lo he prestado atención, sé que los únicos mensajes que me lleguen van a ser de Lucas o Sam.

Sabrina no me habla porque está de lado de Valentina y Sara está de vacaciones en un lugar tan remoto que los celulares con casi inservibles.

Ya casi termino de hacer las cuentas de lo que necesito recaudar para ir a la universidad que yo deseo, cuando el computador comienza a vibrar bruscamente.

Yo me sobresalto y comienzo a buscar la razón de porque el computador vibra, lo levanto y encuentro mi celular con un mensaje entrante.

Pero no es de Lucas.

O de Sam.

O de ninguno de mis "amigos".

Es un mensaje de mi madre.

Sí. La misma con la que no he hablado por casi cinco años.

Sí. La misma que desapareció casi sin despedirse y me dejó sola con mi deprimido padre y un gato obeso.

"Encuéntrame en el Café Rousseau a las 4:30" "Tenemos que hablar"

Sí. Así es ella.

Y ahora se supone que tengo que ir porque tengo que decirle sobre la universidad.

Va a volverse totalmente loca.

Son las 4:00 por lo que decido ir a tomarme una ducha.

Pongo música en mi celular y dejo que el agua recorra todo mi cuerpo mientras canto "Human" de Christina Perri a todo pulmón.

En este último momento he estado un poco loca con Christina Perri, se está convirtiendo en mi cantante favorita.

Elijo ponerme unos jeans, una polera morada manga larga y un polerón de lana, el invierno ha estado muy helado este año.

Salgo muy justa de hora, pero sé que ella no va a estar a la hora que dice, siempre llega tarde, por su culpa yo también me acostumbré a llegar tarde a todas partes.

El café se encuentra a unas cinco cuadras de mi casa por lo que no me demoro mucho en llegar y como lo supuse, ella todavía no llegaba.

Me senté en la mesa más próxima a la ventana que encontré y me pedí un latte, esperarla podía tomar harto tiempo.

La cafetería no estaba muy llena para ser un día domingo, debe ser porque son vacaciones de invierno y todos salen de la ciudad. Excepto yo, claro.

Tuve que esperar casi media hora antes de que ella se decidiera a aparecer.

Ahí estaba.

Joana Tapia es considerada la mejor geóloga del país, para el resto del mundo es una mujer fuerte que sabe bien lo que quiere. Pero para mí, es la mujer que nunca estuvo ahí para mí, que nos abandonó a mí y a mi papá.

En los últimos años no había cambiado para nada. Su cabello negro y recto que llegaba solo a sus hombros, la postura de una mujer intimidante, su cara con un gesto duro, como si siempre estuviera enojada, lo único que había cambiado era que tenía más líneas en su piel y estaba muy bronceada.