25 - Promesa Rota

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Ya no puedo más.

Esta semana ha sido horrible, he intentado mantenerme lo más alejada posible de los chicos, Sam me ignora y yo ignoro a Lucas.

Para variar, al día siguiente de mi pelea con Sam, él apareció con un ojo morado y Lucas con un labio partido.

Todos se separaron por mi culpa.

Eso es lo que yo hago, arruinar a la gente.

Separé a Lucas con Vale, yo con Sam, supongo que hasta lo de Jorge fue mi culpa.

Obviamente besó a Vale porque lo aburrí y lo provoqué para que me golpeara.

Lucas, Sam, Vale, todos seguramente deben odiarme, pero creo que nada puede ser tan fuerte como el odio a mí misma.

Solo falta que comience a lastimarme de nuevo.

El timbre para el receso suena y prácticamente corro para ir a esconderme a la biblioteca.

Tomo el libro de Harry Potter y oculto mi cara dentro del libro, por varios minutos finjo leer, debo estar muy estresada para fingir leer un libro, en especial Harry Potter, de todas formas, me lo sé de memoria.

Quito mi vista del libro unos momentos para revisar el perímetro y lo que veo me deja totalmente impactada.

Din (mi ex–mejor amigo) se encuentra hablando con una chica y riendo, se ve feliz, hasta a veces de ruboriza.

Me quedo mirándolos sin despegarles la vista y al parecer Din se da cuenta, pero sigue conversando alegremente hasta que la chica se va, sin antes darle un beso en la mejilla.

Din vuelve la vista hacia mí y sonríe a medias, yo se la devuelvo, o al menos, lo intento.

Se comienza a acercar dudosamente, yo cierro el libro y lo dejo a un lado.

Se ve mejor, ya no está tan delgado, tiene sus mejillas más rosadas y sigue teniendo las ojeras, pero no creo que sean por la misma razón que antes.

- Hola – saluda un temeroso Din.

- Hola – respondo.

- ¿Puedo sentarme? – pregunta tartamudeando un poco.

- Si, claro – Din se sienta, sin antes mirar hacia la puerta.

- ¿Quién era ella? – no puedo evitar preguntar.

- Era... es... una... amiga – contesta ruborizándose.

- Sí, claro – digo sarcásticamente.

- Tú, ¿Qué haces aquí? – me pregunta - ¿No deberías estar con tus amigos? – me tenso un poco.

- Es que... - busco la mejor manera de explicarlo sin tener que decirle todo – no sé si ellos me sigan considerando su amiga.

- ¿Qué pasó? – dice preocupado.

- Lo de siempre, la embarré, arruiné la amistad entre Lucas y Sam, Vale me odia y si ella me odia Sabri también, no he hablado con Sara por días y para variar arruiné mi relación con Sam – digo soltándolo todo.

- ¡¿Qué?! ¿Cómo?

- Cómo el don natural que tengo para echar a perder todo lo que está alrededor mío.

- Eso no es verdad – dice intentando elevar mi autoestima.

- Ah, ¿No? Que me dices de todo lo que hice ahora, o cuando me juntaba con Roberto y Juan, o cuando estaba con Jorge, o hasta cuando eras mi mejor amigo.

Din no puede evitar mostrar una mueca, las palabras que dije deben haberle dolido.

- No puede ser tan malo, es decir, seguro que si hablas con ellos lo entenderán.

- ¿Tú crees? Hace una semana que estoy escondida aquí y más encima estoy hablando con... - no termino la oración, pues luego de decirlo pienso lo que quise decir.

La cara de Din cambia repentinamente su cara y se pone rojo de furia, se para estrepitosamente y se da la vuelta para irse, pero en el último minuto se da la vuelta y comienza a gritarme.

- ¿Sabías que el mundo no gira en torno a ti? No tienes el derecho a tratarme así, a mantenerme como un perro faldero durante años y además tú sabias que me gustabas, luego conociste a ese tipo, que por cierto si tú no hubieras tomado la iniciativa, ni siquiera sabría quien eres. Te crees especial por estar rodeada de chicos que te elogian, pero realmente, no eres nadie – grita Din, cada palabra se clava en mi herido corazón.

Din se va rápidamente del lugar y todas las personas que están ahí se me quedan mirando, para mi suerte, si es que aún tengo, el timbre toca para entrar a clases, salgo prácticamente corriendo de la biblioteca a la sala.

No presto ni la minima atención a clases pensando en todo lo que me dijo Din.

Tiene razón.

Yo no valgo nada.

Soy una chica que tenía una muy alta autoestima, que creía merecer todo.

Soy egoísta.

Solo pienso en mí.

Soy una persona horrible.

Me merezco todo lo que me ha pasado.

Estoy tan sumida en mis pensamientos que no me doy cuenta de que tengo mis uñas clavadas en mi brazo.

Rápidamente quito la mano y mi brazo comienza a sangrar.

No.

No.

No.

No puedo pasar por esto de nuevo.

Me levanto abruptamente, oculto mi brazo detrás de mi polerón y le pido al profesor ir al baño.

Cuando salgo de la sala, voy corriendo hacia el baño y cierro la puerta con llave, meto mi brazo en el lavamanos y dejo correr el agua fría.

Me miro en el espejo y ya no logro reconocerme.

Mi pelo ya no está ondulado y alocado, si no lacio y recto, mi cara que antes era más redonda ahora está más delgada y hacen que se me noten aún más las ojeras, mis ojos café oscuro, están aún más oscuros y ahora parecen de color negro.

Ya no sé quién soy.

Cierro la llave y seco mi brazo, prometí nunca volver a hacerme daño.

Lo prometí.

Ahora todo será peor.

Lo sé.

Por ser tan tonta, por no poder resistir.

Por ser una cobarde y no afrontar nada.

Por tomar el camino fácil y dejar que el gato me comiera.


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Muy bien....

¡Ale, desde febrero que no subes capitulo y ya estamos en abril!!!!!

Lo siento muuuucho.

Como muchos de ustedes saben... empecé primero medio...

NEM.

PSU.

TODO CUENTA.

Estoy bajo mucho estrés, no he tenido nada de tiempo para escribir, nada de nada.

Queria escribir más capitulo pero no me aguanté.

Como sea.

Espero que les haya encantado.

Siempre me lo pueden dejar saber poniéndolo en los comentarios o dándole a la estrellita.

Nos leemos... cuando tenga tiempo para subir otro capitulo.

Ale, fuera.

This is the Real LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora