No sé en qué minuto acepté esto.
Lo peor es que me estoy arreglando para quedar bonita.
No.
¡Lo peor es que me estoy arreglando para ir a una cita con Lucas!
Durante toda esta semana Lucas ha estado ahí para apoyarme, creo que sabe más de mí que Sara y mi padre juntos.
Como sea, ayer estábamos hablando de lo mejor, cuando de pronto me invita a una cita, así de la nada. Y la tonta de mí, acepta.
Antes de que me pudiera arrepentir, Lucas toma sus cosas, me dice que viene por mí mañana a las ocho y se va.
Ahora son las 7.45 y todavía ni siquiera me he vestido.
Toda mi pieza está patas arriba.
- ¿Caty? – escucho la voz de mi padre.
- ¡¿Qué?! – respondo un poco enojada, no encuentro mi otro zapato.
- No logro encontrar mi camisa, la de cuadros azules – grita él desde su habitación.
- Está en el tercer cajón de la izquierda – grito yo probándome la cuarta polera.
- Ya busqué ahí, no estaba.
Suelto un gruñido de enojo y voy cojeando sin un zapato a la pieza de mi padre.
- ¡Guau! – exclama cuando mi papá me ve - ¿A dónde vas vestida así?
- Tengo una cita – digo abriendo el tercer cajón.
- ¿Con Sam? – pregunta.
- Con Lucas – respondo tirándole la camisa a la cara.
- ¿Lucas? – dice él extrañado – pensé que ese muchacho era gay.
- ¡Papá! – grito exaltada.
- ¿Qué? Solo digo que hay veces en las que parece como si... - mi padre es interrumpido por el timbre de la puerta, yo me sobresalto y voy corriendo a mi habitación para terminar de arreglarme.
Me pongo mi zapato faltante, me suelto el pelo y lo dejo caer libremente.
Me miro por última vez en el espejo y me cercioro de que todo está bien.
Llego a la puerta justo antes de que mi padre abra la puerta.
- Hola – digo cuando abro la puerta a un Lucas totalmente pasmado.
Va con unos jeans azul oscuro ajustados, una camisa gris, también ajustada y unos zapatos de vestir negros.
- ¡Guau! – exclama él – estás... estás... radiante.
Su expresión hace que me ruborice.
- Hola Lucas – dice mi padre con una voz más grave detrás de mí.
- Señor Mason – saluda Lucas inclinando levemente la cabeza
- Cuida de mi pequeña – dice mi papá apoyando su mano en mi hombro.
- No te preocupes, papá – digo dándole un beso en la mejilla – él nunca podría hacerme daño.
- No llegues tarde – dice mi padre con lágrimas en los ojos – recuerda que yo no voy a estar acá.
- Hasta luego, señor Mason – se despide Lucas.
Lucas toma mi mano y caminamos hacia su auto.
Luego de media hora conduciendo llegamos a un restaurante hermoso ubicado casi a las afueras de la ciudad.
- ¡Oh por Dios! – exclamo cuando entramos - ¡Este lugar es increíble! ¿Cómo conseguiste una reserva en un lugar así?
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This is the Real Life
Teen FictionMi nombre es Caty Mason. Estoy en mi último año escolar, que emocionante, ¿No? Pues para mí no lo es. Tengo 17 y no soy una santa, tal vez si virgen, pero no de labios, y se perfectamente como es el sexo. Leo mucho, tal vez demasiado. Como sea, l...