No recuerdo haberme bajado del taxi, no recuerdo haber llegado a casa, pero recuerdo encontrarme en el baño vomitando, cuando termino, tiro la cadena, me limpio la boca y me lavo los dientes, miro hacia el espejo, mis ojos rojos de tanto aguantar el llanto, mi pelo todo alborotado por correr.
¿Qué hago ahora?
No puedo quedarme aquí, simplemente ya no lo soporto, tengo que irme de aquí.
Voy rápidamente a mi pieza y comienzo a sacar la maleta más grande que tengo, la dejo encima de la cama y la abro, adentro están mi pasaporte y todos mis documentos listos para llegar y marcharme.
Saco toda la ropa del closet que mis manos pueden cargar y la meto toda abultada en la maleta, continuo así intentando meter toda mi ropa.
¿A dónde iré? No tengo ni la menor idea, solo tengo unos pocos ahorros guardados.
Podría irme al departamento de mi mamá en Nueva York, pero no puedo salir del país sin la autorización de mis padres, todavía tengo 17, y puede que ella esté ahí... con su nuevo esposo.
Podría ir a la cabaña en la playa, pero me encontrarían fácilmente.
No importa, mientras más lejos me vaya, mejor. Luego me las arreglaré.
Cuando guardo toda la ropa que cabe en la maleta, la intento cerrar, en vano.
Creo que eché mucha ropa, la intento aplanar con mis manos, pero termino subiéndome encima de la maleta para cerrarla, cuando lo logro, escucho como la puerta de mi habitación se abre de súbito.
En la puerta aparece un Lucas todo sudado con la respiración entrecortada, me bajo rápidamente de la maleta, sin antes caerme y golpearme duro contra el piso.
- ¡Auch! – exclamo.
- ¿Estás bien? – me pregunta Lucas intentando ayudarme, yo me zafo de su brazo y me paro sola.
- ¿Cómo entraste? – le pregunto sobándome el brazo donde había recibido el golpe, intento no mirarle a los ojos.
- Dejaste la puerta abierta – dice Lucas, no recuerdo haber dejado la puerta abierta – me tenías preocupado.
- ¿Preocupado? Ya no deberías preocuparte por mí, conseguiste lo que querías – digo mientras saco un bolso de mano del armario.
- Eso no era lo yo quería – dice Lucas – mira Caty...
- No quiero tus explicaciones – digo interrumpiéndolo, sigo guardando cosas al azar.
- Necesito que me escuches – dice, yo no le respondo y sigo guardando cosas – Caty, por favor – no respondo - ¡Escúchame Caty! – grita y golpea la puerta.
Yo me detengo abruptamente y lo miro.
Lucas se acerca un poco y respira intentando calmarse antes de hablar – Caty, todavía no entiendo lo que pasó en el restaurante, pero yo nunca, nunca te hubiera hecho algo así, cuando te prometí que no te haría daño lo decía en serio.
- ¿A quién debería creerle? – pregunto acercándome a él intentando intimidarlo - ¿A ti? Que solo te conozco de hace 6 meses, ¿O a Valentina? Que ha sido mi amiga por casi 10 años.
- Sé cómo suena lo que estoy diciendo, pero ella me explicó todo, me contó como tenía todo planeado, como había visto todas nuestras conversaciones, me confesó que ella había sido la que besó a Jorge, no él – hace una pausa – Caty, yo esto enamorado de ti.
- No digas eso, no lo dices en serio – digo intentando quitar la mirada, pero él me obliga a mirarlo de nuevo.
- Lo digo en serio – busco en su mirada algo que me diga que miente, pero no lo encuentro.
- Lo siento Lucas – digo finalmente apartando la mirada – pero necesito que te vayas.
Le doy la espalda a Lucas, reteniendo las lágrimas, esperando a que se vaya.
No llores. No llores. No puedes llorar.
Pero ya no puedo retenerlas más, comienzan a caer por mi cara sin detenerse, muy pronto, mi llanto silencioso se convierte en un llanto desconsolado.
Lloro tanto que no puedo mantenerme de pie, lloro por Sam, por mi madre, por Jorge, por mí, por Lucas.
Caigo de rodillas al piso.
Yo no me permito llorar, pero hay veces en la que uno no puede más y todas las lágrimas acumuladas caen, sin poder detenerse.
La imagen de Lucas se viene a mi cabeza, no debí haberle dicho que se fuera, tengo que ir por él.
Pero como si él leyera mi mente, se arrodilla a mi lado y me abraza fuerte, yo me apretujo entre sus brazos y oculto mi cara en su pecho.
Él no dice nada, solamente me abraza y me soba la espalda, dejando que yo bote toda mi carga.
- Lo... siento – digo entre llanto – lo siento... mucho – lo abrazo aún más fuerte.
- No, yo lo siento – dice.
- Creí... creí que era mi amiga – digo – no puedo creer como fui tan tonta.
- No digas eso, no tuviste la culpa.
- Casi lo arruino otra vez, Lucas, casi te dejo ir, no quiero que te alejes de mí, nunca.
- No lo haré, Caty, no te dejaré, lo prometo.
----------------------------------------------
No sé que decir.
Chicos, chicas, doy por finalizado el (¿primer?) libro de TRL.
Ahhhhh, estoy llorando (por dentro)
Quiero agradecer a todas las personas que me siempre me apoyaron.
Ahora voy a editar los capítulos, pero oficialmente el libro está terminado.
Espero que les haya encantado.
Siempre me lo pueden dejar saber poniéndolo en los comentarios o dándole a la estrellita.
Hasta luego, amigos y amigas.
Ale, fuera
ESTÁS LEYENDO
This is the Real Life
Fiksi RemajaMi nombre es Caty Mason. Estoy en mi último año escolar, que emocionante, ¿No? Pues para mí no lo es. Tengo 17 y no soy una santa, tal vez si virgen, pero no de labios, y se perfectamente como es el sexo. Leo mucho, tal vez demasiado. Como sea, l...