CAPITULO IV

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CAPITULO IV

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CAPITULO IV

''Todas las personas tienen algo que aportar a tu vida, hasta las que nos hacen daño, ellas te enseñan cómo no debes hacer las cosas. ''

-Betsabé González

AMIGOS

«En asuntos del amor, siempre pierde el mejor.» Frase de una canción que inundo mi mente por completo al sentirme totalmente identificada. ¿Alguna vez se han sentido cansados? Tan cansados de vivir que sólo quieres quedarte en casa sin salir de la cama. Bueno, así me sentía yo exactamente en este momento. Boca arriba, cubierta completamente con el cálido edredón estampado de flores. No recordaba la última vez que me había bañado. Hoy se cumplía el tercer día de mi depresión existencial después de haber leído aquel mensaje que me destrozo el alma. Escuche mi teléfono vibrar por millonésima vez, alentando aún más la conclusión de que encenderlo no ha sido mi más brillante idea. Posteriormente de que Naruto logro consolarme y estabilizarme emocionalmente, tuvo la delicadeza de quedarse a mi lado para leer juntos los denigrantes mensajes de decepción por parte de mi familia «Quieres matarme de un infarto. » Acusaba mi madre entre tantos mensajes, « ¿Cómo piensas vivir? » Respondió mi padre cuando les dije que me iba de Chicago por un tiempo. Ciertamente no esperaba que entendieran mis motivos, mi familia pertenecía a un nivel socioeconómico alto y lo que yo había hecho — Dejar plantado a mi futuro y millonario esposo — no tenía perdón de ninguna manera. Sin hacer falta mencionar la vergüenza pública a la que los sometí. No hacía falta justificarme de igual forma, el que Toneri me haya sido infiel no era motivo suficiente para concederme su perdón. Del mundo del que vengo se me consideraba una tonta, un par de engaños era algo que tenía que aguantar a cambio de tener una vida llena de lujos ¿no es eso más denigrante aún? Escucho mi estómago rugir por décima vez y me recrimine a mí misma molesta por no poder hacer fotosíntesis, supongo que no puedo estar toda la vida aquí. Naruto había sido muy considerado dejándome sola, dijo que era natural estar deprimida y que me dejaría vivir mi duelo tranquila. Realmente le agradezco todo lo que ha hecho por mí pero aun así, no tengo tiempo para deprimirme por siempre, tengo que pagar comida y alquiler, el tiempo comenzaba a comerme los talones. Después de pensarlo mucho finalmente me incorpore, fui en dirección al baño y suspire al ver mi reflejo, realmente era deprimente y mi cabello era un nido de aves, no tenía remedio. Después de tomar una refrescante ducha y tener las mejores meditaciones mientras el shampo estimulaba mis neuronas salí decidida a buscar un poco de comida. La casa estaba vacía así que no tuve más remedio que asomar yo misma la cabeza a la nevera. Después de inspeccionarla a lujo de detalle deduje que le hacía falta helado de chocolate para poder inundarme en él mientras lloraba mis penas viendo comedias románticas y deseando ser Jennifer Anniston, ¡pero oye!, a caballo regalado no se le ve colmillo, así que me conformaría con una tostada y zumo de naranja.

— ¿Dónde diablos esta? — Escupí entre dientes mientras buscaba entre las puertas de la cocina.

— ¿Buscas esto?

AMARME NO ESTA PROHIBIDO.Where stories live. Discover now