CAPITULO V

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CAPITULO V

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CAPITULO V

''Antes de juzgar, recuerda: las personas actuamos en medida de las experiencias vividas. ''

-Betsabé González

CASCARON

— Un café sin azúcar por favor.

— Enseguida lo traigo.

Ya ha pasado casi un mes desde mi llegada a Madrid, el mes más intenso de mi vida. Ino, quien es artista plástica es dueña de un pequeño café galería junto a su novio Sai, en donde amablemente me ofrecieron un empleo temporal. Prácticamente no gano nada como para darme los lujos a los que estaba acostumbrada, pero si lo suficiente para sobrevivir. El principio fue duro, al darme cuenta que no lo necesitaba más, tome la sabia decisión de vender mi Iphone. En cambio su equivalente en dinero sí que lo necesitaba. Vendí también mi ropa, bolsos y zapatos de marca. Tenten había sido mi maestra de compras, conocí la ropa de segunda mano y los descuentos de liquidación, ahora, con lo que costaba uno de mis vestidos puedo comprar más de diez prendas; aprendo rápido.

Los ataques de depresión y ansiedad habían disminuido drásticamente durante las últimas dos semanas, los días eran agotadores y mi mente se mantenía ocupada al cien por ciento, tanto que a veces —por efímeros momentos— lograba olvidar el motivo de mi llegada a Madrid. Incluso, puedo presumir que por las noches, después de un largo día de trabajo dormía con una gran sonrisa de satisfacción pintada en el rostro. Por primera vez en mucho tiempo me sentía libre y feliz, estoy realmente agradecida con todos.

— Aquí tiene señor —deposite con mucho cuidado la taza sobre la mesa.

— Gracias —me dedico una sonrisa amable.

— Vaya, lo haces muy bien —alardeo Ino. Coló una mano sobre su cintura mientras posaba como modelo profesional sin intención de parecerlo.

— No es para tanto, sólo es un café.

Torció sus ojos molesta y bufó.

— ¡Mujer! Pero eres imposible, cuándo aprenderás a valorarte. —No pude evitar soltar una pequeña carcajada mientras reía divertida. Era impresionante el cambio en mi persona desde mi llegada, últimamente me miraba en el espejo y pensaba que luzco linda; sobre todo, adoraba mi sonrisa, era fresca, relajada y real.

Muchas cosas han cambiado, incluso mi lista había aumentado considerablemente.

— Hey Hime —gritó Sai desde atrás del mostrador. Mis amigos tomaron la decisión de llamarme así de cariño.

— ¿Si?

— Tienes teléfono. —Me apresure a llegar hasta allá y colocar la vieja bocina sobre mi oreja.

— Diga.

— Hime, soy Tenten —Incluso detrás de ese teléfono imagine su gran sonrisa—. Me disculpo contigo, hoy no podré pasar por ti para ir a clase de Yoga. —Si, como lo oyen, de alguna manera se las había ingeniado para obligarme a seguir yendo con ella todos los días. Ciertamente, soy la peor yogui; pero, eso no pareció importarle, porque sabía que lo hacía para compartir tiempo conmigo a diario y ayudarme a distraer mí tan afligida mente. Al principio creí que sólo era lástima, pero, con el tiempo comprendí que la lástima encabezaba el último puesto de las cosas que Tenten sentía hacía mí.

AMARME NO ESTA PROHIBIDO.Where stories live. Discover now