CAPITULO III

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CAPITULO III

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CAPITULO III

''Hoy puedes decidir andar libremente. Puedes decidir andar de manera diferente. Puedes andar como una persona libre, disfrutando cada paso. ''

-Thich Nhat Hanh.

MI NUEVO HOGAR

Por décima vez sentí como el mundo se sacudía bajo mis pies.

— ¿Por qué todo se mueve? — Pregunte de pronto.

— Porque estas borracha.

Ah. No dije nada más. Teníamos aproximadamente veinte minutos intentando llegar a la estación del metro más próxima, pero había un problema que nos lo impedía, yo.

Perdí la cuenta de cuanto vino bebí a la sexta copa, y si, era una pésima bebedora de alcohol. La última vez que había bebido tanto, desperté en un avión rumbo a Madrid, ustedes juzguen. Dios mío, era un desastre andando, ¿podría alguien explicarme en que se ha convertido mi vida? Estoy ebria, en una ciudad desconocida, llevada a quien sabe dónde por el extraño más guapo que haya visto jamás. Naruto se había ofrecido amablemente a llevarme en brazos, invitación que rechace tajantemente, y fue justo después de hacerlo que gracias a mi alcoholismo y mi nulo sentido del equilibrio casi me rompo la cara contra el frío piso, cerré mis ojos con fuerza esperando el impacto, pero nunca llego. Temerosa abrí mis ojos ante el suave tacto sobre mi piel. Primero, observe como con su mano derecha sostenía con firmeza mi espalda a la altura de mi cintura, segundo; su mano izquierda sosteniendo mí cabeza y la última parada, aquella mirada afilada y sensual que penetraban mis ojos. Los músculos de sus brazos de expandieron al momento que jalo de mi con fuerza para incorporarme de nuevo, pestañe rápidamente debido a la sorpresa y cuando menos lo pensé, tenía su rostro a pocos centímetros del mío, lo suficientemente cerca como para inhalar su embriagador perfume. Sin poder evitarlo mordí mi labio inferior al mismo tiempo que me preguntaba a qué sabrían sus besos. Bajo sus ojos a mi boca y lo mire sonreírme tan despreocupado y sensual mientras su nariz se arrugaba. De nuevo cerré los ojos con fuerza mientras dejaba escapar un suspiro, un nudo se formó en mi vientre. «Pervertida.» Me recrimine a mí misma.

— ¿Estas segura que no quieres que te cargue? — Rápido abrí los ojos, miré como humedecía sus labios con su lengua. Dios, quiero pensar que son los estragos del alcohol, pero este Dios Griego está acabando con toda mi cordura. ¡¿Por qué me haces esto a mi Zeus?! Me miró fijamente y sonrío inocente. — La oferte sigue en pie.

— N-no, gracias. Puedo hacerlo yo misma. — Tome las migajas de mi dignidad que estaban tiradas, me separe lentamente de él y apresuré el paso adelantándome.

Que más hubiera deseado que sentir sus fuertes brazos rodeándome y cargándome al estilo princesa, pero era consiente de mi inconsciente. Deseaba a ese hombre, lo deseaba demasiado vaya, tanto que su cercanía me afectaba a tal grado de dejar de pensar con claridad, y eso para nada me ayudaría a superar mi depresión y encontrar el equilibrio en mi vida.

AMARME NO ESTA PROHIBIDO.Where stories live. Discover now