CAPITULO XIV

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CAPITULO XIV

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CAPITULO XIV

Amarse a si mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida.

Oscar Wilde

— 5, 4, 3, 2, 1... ¡Feliz año nuevo! —los gritos de alegría se hicieron presentes, junto a las serpentinas que atravesaban el aire. Oficialmente era 01 de enero, inicio de año. Es cuando todo comienza, donde ponemos en práctica todo lo que el año viejo nos enseñó. Significa estrenar nuevos sueños, metas, logros; pero, sobre todo, figuran 365 nuevas oportunidades para intentarlo.

— ¡Te deseo un feliz año Hinata! —gritó Ino a mi oído mientras me abrazaba emocionada.

— Lo mismo para ti, Ino. Te quiero mucho, amiga.

— Venga, no empieces, que me harás llorar.

— ¿Me permites? —me preguntó Sai divertido mientras tomaba suavemente la muñeca de Ino.

— Toda tuya —respondí sonriendo.

— Feliz año, mi amor —dijo sonriendo la rubia. Sai la abrazó fuerte mientras besaba su frente tiernamente.

— Sabes qué te amo mucho, ¿verdad? —preguntó de pronto él.

— Claro que lo sé —respondió ella con una gran sonrisa.

— Entonces... —se apartó suavemente, acción que la desconcertó un poco, para después, ponerse de rodillas frente a ella y extender un anillo que sacó de su bolsillo—, Ino Yamakana, ¿me harías el honor de convertirte en mi esposa?

Decir que estaba completamente sorprendida era poco, y eso que la proposición no era para mí. Todos clavamos nuestras miradas en Ino, la cual, estaba petrificada, sin entender más que nosotros lo que estaba sucediendo.

Tartamudeando, se dio un suave pellizco, y cuando el dolor recorrió su cuerpo, confirmándole que no se trataba de un sueño, las lágrimas de emoción inundaron aquellos zafiros.

— Eres un tonto —susurró entre sollozos—, aunque no quieras, te perseguiré toda mi vida —Sai río bajito ante su amenaza. Se puso de pie, rebasando su estatura por más de una cabeza y acarició sus mejillas, borrando todo rastro de lágrimas en ellas.

— ¿Eso fue un sí?

— Claro que me casaré contigo —su sonrisa iluminó toda la cafetería, y todos gritamos emocionados por la futura pareja de esposos. Mi pecho estaba hinchado de felicidad y un millón de suspiros ahogados. La ilusión del matrimonio es la más hermosa de todas.

Sentí unos fuertes brazos rodearme por la espalda y sonreí sincera y dichosa. Espero jamás acostumbrarme a la sensación del calor que me brindan sus abrazos, quiero seguir sorprendiéndome con cada uno de ellos.

— Feliz año nuevo —susurró a mi oído, logrando erizarme los bellos de la piel. Cerré mis parpados para concentrarme nuevamente.

— Feliz año nuevo para ti también.

AMARME NO ESTA PROHIBIDO.Where stories live. Discover now