Sick (BillDipp/DippBill)

XII: Fantasías

Dipper Pines

Las semanas pasaban, como siempre, el tiempo no se detendría sólo por una pequeña jugarreta a un par de tarados como Phill y Will, sin embargo, con el paso de las semanas, descubrí aspectos muy interesantes de mi nuevo "Amante". No sólo eso, Pacífica había decidido terminar conmigo, aparentemente ella y Dominic tenían algo, me alegraba por esos, de cualquier forma, tampoco me importaba tanto como para sentirme traicionado por alguno de los dos, entendía que a veces el amor funcionaba así, puedes estar con la persona que crees que es el amor de tu vida, hasta que llega alguien que te hace darte cuenta de lo equivocado que estabas, te hace ver cómo se siente cuando de verdad alguien está conectado a ti.

Pero no hablaré más de ellos, el tema siempre me aburre.

Volviendo a mi pensamiento principal de las últimas semanas, Bill. Cuando yo lo conocí, sinceramente la primera impresión que tuve de él fue que era un completo niño de papi, que no sabía nada acerca del mundo y que además era un completo hijo de puta cuando se trataba de pasar tareas. Resultó ser que con el paso del tiempo reveló su verdadero ser, resultó ser que tenía tendencias de un verdadero asesino en serie, me había revelado varias fantasías en donde asesinaba a Phillip o a Will, me lo contaba con tanto detalle que se notaba que esas no eran simples fantasías, eran planes a futuro, construidos meticulosamente, paso por paso, a prueba de fallas. Para ser honestos, esa idea de verlo asesinando me intrigaba, aunque no estaba del todo seguro de que yo estuviera lo suficientemente perturbado mentalmente para presenciar un asesinato a sangre fría.

***

Estaba recostado en la cama del rubio, con éste recostado encima mío, con sus piernas a los lados de mis caderas.

-¿En que tanto piensas, Pines?- preguntó mientras daba suaves mordidas a mi cuello.

-En lo tranquilo que pareces cuando me hablas de asesinar a tu ex o a tu hermano- me encogí de hombros, recibiendo sus besos y mordidas con mucho gusto.

-¿Debería provocarme algo? Ambos me hicieron pasar por cosas horribles, no tengo porqué sentir remordimiento por eso. Además, son sólo simples fantasías que probablemente nunca llevaré a cabo...- suspiró, acurrucandose a mi lado.

-¿Lo harías si tuvieras la oportunidad?-

-No lo se... Probablemente sí. ¿Por qué?-

-Por nada en realidad, sólo tenía curiosidad- me encogí de hombros, mirando al techo mientras jugaba con sus rubios rizos.

Por mi cabeza seguía rondando la duda. ¿Yo tendría sangre de asesino? No me mentalizaba apuñalando a alguien a sangre fría en lo más mínimo, pero cada vez que esa fantasía pasaba por mi cabeza, mi piel se erizaba y un escalofrío recorría mí cuerpo.

-Dipper, después de todo éste tiempo. ¿Qué carajos somos?- preguntó poniéndose sobre mí, mirándome a los ojos fijamente.

-¿Hm? Si te soy honesto, no tengo la más puta idea- reí jugando con sus mejillas -¿Por qué?¿Te estás enamorando de mí, rubia?-

-En tus putos sueños, tarado-

-¿Ah no? Es una pena, porque yo si empecé hace un tiempo a sentir cosas fuertes por ti~- canturreé para molestarlo, aunque su respuesta no fue para nada lo que se esperaría de Bill, sarcasmo, insultos, o algo parecido.

-Entonces eres mi novio- se abrazó a mí con fuerza -Y no me importa si no quieres, ya lo eres- no pude evitar soltar una carcajada, estrechandolo con fuerza entre mis brazos.

-Definitivamente eres la prueba de que las apariencias engañan, Cipher-

-¿Quieres una cerveza?- se levantó sonriendo para luego dirigirse a la puerta, contoneando un poco sus caderas.

-Por supuesto- asentí, viendo como si cabellera rubia se iba.

Volví a mi modo pensativo, tal vez ni siquiera eran ideas mías, tal vez había pasado tanto tiempo con Bill que me estaba pegando toda su locura. Además, cada vez que lo imaginaba, era el rubio quien hacía todo el trabajo sucio, encargándose de asesinar a las víctimas, pero debía admitir que la idea de restregarle a Phill en la cara que me había quedado con su noviecito me tentaba, demasiado.

Cerré los ojos negando con la cabeza, tenía que dejar de imaginar ese tipo de cosas. Cuando quise darme cuenta, ya tenía al rubio sentado a horcajadas sobre mí, extendiendome una cerveza, la cual tomé con gusto.

-Mi papá me dijo que te quedes a comer, y ésta vez es obligatorio-

-¿Obligatorio por qué?-

-Porque sabe que eres mi novio y quiere conocerte-

Definitivamente yo no estaba acostumbrado a esas cosas que hacen normalmente las parejas, como conocer a sus padres, o hermanos, o esas mierdas. La verdad es que tampoco me sentía preparado...