XVI: Refugio

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Bill Cipher

Conducimos un buen rato hasta las afueras de la ciudad, sabía que probablemente nos buscarían, me odiaba a mí mismo por haber arrastrado a Dipper en todo eso. El plan de matarlos fue mío, yo era el que estaba furioso, él no tenía nada que ver en eso, sin embargo, ahí estaba, en el asiento del copiloto, jugando con el ojo arrancado de mi hermano.

—¿Qué haremos ahora?— preguntó mirándome, cuando vio que estacione dentro de la carretera, lo más lejos posible del bosque.

—Ahora tenemos dos opciones, quedarnos en el auto y pasar la noche, pero eso significaría que la policía tendría tiempo de encontrarnos, o, seguir a pie hasta encontrar un lugar al que podamos usar como refugio, al menos un tiempo—

—Apenas acabamos de asesinarlos, dudo que la policía ya los haya descubierto— se encogió de hombros. Los nervios me carcomían, mordía mis uñas pensando en que hacer en ese momento. Cuando me di cuenta ya había un peso en mis piernas, mi castaño se había sentado en ellas, abrazando mi cuello.

—Oye, tranquilo— besó mi mejilla suavemente —Estaremos bien amor, ¿Si?— comenzó a depositar besos suaves en mis labios, mejillas y cuello. Sonreí complacido, abrazando con fuerza su cintura.

—Lamento haberte arrastrado en todo esto Dipp...—

—No digas eso, yo me metí en todo esto porque quise, tú no me arrastraste a nada— suspiré y hundí mi rostro en su cuello, depositando besos y mordidas leves —Bill~— jadeó levemente, aferrándose a mí con fuerza —B-Bill vamos a buscar un refugio y a deshacernos del auto...—

—De acuerdo amor— sonreí, seguí besando su cuello con entusiasmo, no sentía que podría detenerme en cualquier momento, mis manos se pasearon por sus piernas, hasta terminar en su culo, el cual empecé a amasar con fuerza, apegandolo más a mí.

—B-Bill... Ngh... Y-Ya para— se separó volviendo al lugar del copiloto —En cuanto encontremos un refugio podemos seguir~—

Reí y asentí, salimos del auto y empezamos a buscar algo para deshacernos de la evidencia, lo único que encontramos fue una pala en El maletero. Teníamos que usarla, así nos fuimos turnando, haciendo un poso más y más grande, nos costó un poco, pero ya lo teníamos, entré los dos empujamos el auto después de haber sacado las bolsas con sus extremidades. Fue una ardua tarea, pero el coche terminó bajo tierra, empezamos a tirar semillas de pino, piedras y demás para que no se notara que la tierra era recién removida.

—Bien— suspiré y me sequé la frente —Vamos a buscar un lugar en donde dormir—

—Vamos— tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos. No podía evitar sonreír con él a mi lado, no estaba haciendo esto solo, tenía un compañero que estaba dispuesto a seguirme a cualquier lugar, con cualquier plan.

Comenzó a amanecer, cuando Dipper tuvo una pequeña ocurrencia que me dejó pensando.

—¿La policía sigue teniendo perros?¿No podrían rastrear nuestro olor?—

—No lo se... Probablemente si—

—Ven— tomó un poco de tierra sucia, empezando a esparcirla por mi ropa —Así ya no podrán percibir tu olor—

Después de hacer lo mismo con él seguimos caminando, probablemente no encontraríamos nada en un buen rato, después de todo, ¿A quién se le ocurriría vivir en las afueras de California, en medio del bosque? Esa pregunta fue respondida cuando vimos una pequeña cabaña que parecía estar abandonada, tal vez habíamos encontrado nuestro refugio. Entramos a la cabaña, como pensamos, estaba abandonada, con polvo, pero tenía gas, agua y algo de ropa que podríamos usar, eso era más de lo que podríamos pedir en ese momento.

—Vamos a tomar una ducha y a dormir amor, te ves cansado...— murmuró el castaño, abrazando mi cuello y dando suaves besos en mis labios.

—Ve tú primero bebé, yo intentaré que esto sea un buen escondite—

—Bill...—

—Ve Dippy— volví a besar cortamente sus labios —Anda— el castaño suspiró resignado y asintió, yendo a bañarse. Yo comencé a inspeccionar el lugar, en busca de un sótano que podamos esconder, lo encontré, una pequeña puerta en el suelo, muy bien escondida debajo de un librero. Aunque claro, un estante normal no tiene bisagras para poder moverlo.

Bajé al sótano, iluminando con la linterna de mi celular las escaleras, hasta que encontré el interruptor de la luz, el lugar estaba de maravilla, varias lámparas de iluminación, mesa de pool, un colchón, una televisión y un pequeño refrigerador. Definitivamente sobreviviriamos ahí dentro, supuse que estaba abandonado, como el resto de la casa, cuando noté que estaba totalmente empolvado. Subí emocionado con Dipper, me quité toda la ropa y me metí con él a la ducha, abrazándolo por la espalda con fuerza.

—Dippy, éste será nuestro refugio de ahora en más— escuché una risita y se volteó para abrazar mi cuello.

—¿Qué encontraste?—

—Un sótano en donde podríamos vivir, al menos hasta encontrar la forma de salir del país—

—Eso suena muy bien para mí, tal vez podríamos ir al supermercado por víveres más tarde—

—Por supuesto bebé— besé su mejilla suavemente —Muchas gracias por hacer esto conmigo Dipper...—

—Te seguiré a donde sea Bill, de verdad, a cualquier parte, ,incluso a la silla eléctrica si hace falta—

—No dejaré que vayas a la silla eléctrica... Si la policía nos encuentra yo me haré cargo de todo, mientras menos condena tengas será mejor—

—Te amo Bill— besó mi mejilla con suavidad, me sentí tranquilizado.

—Te amo Dipp—

Sólo esperaba que estemos bien ocultos en ese sótano, aunque quizás la mejor opción era seguir en movimiento constante para que no nos atrapen...

Sick (BillDipp/DippBill)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora