Capitulo 8

281 13 0
                                    

Sentí su mano subir por mi espalda, hasta que llego al broche de mi sostén y sin hacer mayor esfuerzo lo quito. Se sentó de golpe y beso mis labios para luego tocar mis pechos con deseo, mis gemidos inundaron él salón cuando él se llevo uno a la boca y empezó a jugar con él; gemí su nombre cuando sentí su mano tocar mi feminidad.

Ambos nos deseábamos, la conexión entre nosotros era grande. Sus labios invadían mi piel, nos consumíamos como velas, nos estábamos convirtiendo en uno solo.

Toque su torso descubierto y marcado, me estaba volviendo loca tenerlo así sólo para mi. Cada uno de sus tatuajes le daban color al magnífico momento que estábamos pasando. Llegue hasta su bóxer y me deshice de el. Ambos quedamos desnudos y él deposito un salvaje beso en mi cuello. Mis manos fueron bajando pero él las agarro con fuerza y las puso encima de mi cabeza

- Quiero que hagamos él amor - dijo cerca de mis labios, asentí y lo bese

Él separo mis piernas y se posiciono entre ellas, gemí y arque la espalda cuando sentí que entro en mi. Él gruño y tomo mis caderas haciendo que sus embestidas fueran mas profundas.

Nuestras respiraciones se volvían más agitadas, nuestros cuerpos se pegaban con él sudor, pero me encantaba estar así con el. Sebastián comenzó a besar y chupar mi cuello mientras me penetraba, comencé a jugar con su cabello, con mis manos y parecía que a él le gustaba.

Me giro poniéndome encima de él y empecé a deslizarme de arriba hacia abajo, él agarro mi trasero y debes en cuando gemía, eso me ponía a mil.

- Estas tan estrecha - dijo entre gemidos

Se puso nuevamente sobre mi y comenzó a moverse mas rápido, sentía que iba a quebrarme en cualquier momento. Empecé a sentir espasmos de placer y mi estómago se contrajo, estábamos apunto de llegar al orgasmo.

Enterré mis uñas con fuerza en su espalda y él gruño tomando mis caderas para luego vaciarse en mi había sido espectacular.

Se acostó alado mío agotado, su pecho subía y bajaba

- Fue lindo - dije con una pequeña sonrisa, no sabia él por que

- Me gusta lo estrecha que eres - dijo y en ese momento nos levantamos y recogimos la ropa, nos vestimos rápido ya que en cualquier momento tocarían para entrar a clases

Al terminar de vestirnos, abrimos la puerta y en ese momento tocaron la campana para entrar a clases y los primeros en llegar fueron los chicos

- ¿Dónde estaban? los estuvimos buscando - dijo Yael

- Yael, no ves que se quedaron en él salón a follar - hablo Arango con una mirada pícara mientras abrazaba a su novia que probablemente esté enojada en 3...2...1...

- Te dije que no me gusta que me llames por mi primer nombre - dijo en un chillido separándose de Arango - Las únicas que me pueden llamar así son Tn_____ y Iris - dijo acercándose pero luego se alejo.

- Y ¿ahora qué? - dije mirándola curiosa

- No hay abrazo para ti hasta que te bañes - dijo haciendo una mueca de asco - capaz y Sebas se te vino en la cara - dijo a lo que no pude evitar reír

- No, él se vino en tu escritorio - dije dándole un beso en la mejilla a Sebas, y de prontos todos llegan y nos miran como bichos raros

[...]

Cuando llegamos a la casa nos bañamos y comimos una pizza que ordenamos.
Tiempo después cada uno se fue a bañar y cambiar de ropa.
Yo me puse una blusa negra que dejaba ver mi sostén y junto a ella una falda rosa pálido ceñida al cuerpo, a eso lo convine con unos tacones negros de aguja, dejando mi cabello suelto y un poco alborotado.

Baje las escaleras y me senté en el sofa, sin pasar mucho tiempo. De las escaleras bajó Iris con un vestido Corto y suelto de la falda, color negro que dejaba a la vista un escote entre sus pecho.

Yael bajaba detrás de ella con un vestido corto ceñido al cuerpo, tenía mangas que tapaban parte de su pecho e espalda dejando en ella un escote trasero. Al igual que el de nosotros era de color negro.

Tiempo después bajaron Arango, Lio y Sebastián.

Arango, vestía con jeans, playera y una chaqueta siendo todo de color negro, con unas gafas color azul.

Lionel detrás de él vestía unos Jeans negros, una playera larga color gris y una chaqueta color negro.
Pero Sebastián era él que más destacaba pues vestía absolutamente todo de blanco, sus jeans camisa y zapatillas deportivas eran color blanco, a excepción de las gafas que usaba color negro.

Salimos de ahí en tres autos, mío, el de Lío y el de Arango, los tres siendo unos precisos Lamborghinis.

El mío color blanco donde Sebas y yo nos fuimos, él manejaba por mi mientras los otros dos venían a nuestros costados.

El que se encontraba a nuestro costado derecho era el de Lio, su auto era de color azul en el iban Iris y él.

En el lado izquierdo se encontraba el auto de color rojo que le pertenecía a Arango donde iban él y Yael.

En el camino iba jugando y riendo con Sebastián, en un corto momento donde el miraba el semaforo lo mire de perfil. Estuve mirandolo por unos segundo intentando encontrar un defecto en el hasta que me atrapó haciéndolo.

- ¿Que tanto me miras? - dijo burlón

- Lo lindo que eres - me acerque dándole unos besos en el cuello.

- deja de hacer eso o si no te follare hasta que no camines por un mes

- Bien - dije y me separe de él

Cuando llegamos fue inevitable no llamar la atención de la gente que estaba afuera, Sebastián como todo un caballero se bajo de él coche y al hacerlo captó la vista de varias chicas, para su desgracia el paso del lado del copiloto a abrirme la puerta y extendirme su mano para que bajara.

Unos chicos me comían con la mirada al bajar y Sebastián no tardo en darse cuenta así que sujeto mi cintura posesiva mente.

-Eres mía, preciosa- susurro en mi oído rozando sus labios.

- Así como tú de mí.

Camino conmigo, le dio las llaves al valet parking para que se llevara el coche a estacionar.

Entramos los seis con las miradas encima de nosotros.

- Vamos a esa mesa - dijo Iris dirigiéndose a un pequeño sillón con una mesita en el centro en el área V. I. P.

- Yo voy por las bebidas - dije y me pare de él sillón dirigiéndome a la barra

- 3 whiskey's y 3 vodka's por favor

- Hola - dijo esa voz que podría reconocer en cualquier lugar


Sujuycaballeros

Doble vida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora