Capitulo 3

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Volteé y me encontré al hombre que me había dado la dirección

- ¿Para que me cito? ¿Cuál es su nombre?- Solté las preguntas al miralo

- Es mejor que hablemos en mi oficina, pequeña- dijo caminando por el pasillo para entrar a la casa. — Mi nombre es Carlos

- ¿Para que es la propuesta? - pregunte cuando entramos a lo que parecía su oficina

- Quiero que trabajes para mi — Me miró serio.

- ¿Trabajar? - dije confusa, es extraño que un hombre aparezca de la nada y te diga que trabajes para él

- Se que tu familia no tiene los recursos necesarios y que tienen falta de economia- dijo mirándome serio - así que te ofrezco vender esto. —Me extendió un paquete de droga. — Y te pagare $ 10 000 pesos por semana, si cumples con la cuota, claro que si vendes más será más dinero

- Acepto - dije después de meditarlo unos minutos. Claro que sabía en que clase de cosa me estaba mentiedo, pero también sabía que necesitaba dinero, no sólo para mí sino para mí familia.

- ¡Bien! - dijo parándose de su escritorio y empezó a buscar algo en sus cajones - esto - dijo sacando un fajo de dinero - es un adelanto - me lo dio - y esto - me dio otro paquetr paquete - es lo que quiero que vendas esta semana

- Esta bien - Guarde todo en la mochila y salí de ahí.

Llegue a mi casa y subí a mi habitación, guarde bien el paquete y me dispuse a dormir para otro día de clases por la mañana.

Tiempo después.

Todo iba bien en mis ventas, sin embargo en la escuela todo parecía empeorar. Mario y Cecilia junto con sus "Amigos" me hacían la vida imposible, me pegaron chiche en la banca donde me senté y se me pego en la falda, luego me tiraron un batido en la cabeza, ese día volví a lastimarme yo misma. En el otro lado todo estaba bien como ya dije, había conseguido tener otro puesto, obtenía más dinero mientras que mis padres pensaban que trabajaba en una cafetería en mis tiempos libres.

- Hola - dije llegando donde estaba Iris.

- Hola - dijo fingiendo no sonar mal.

- ¿Todavía no resuelven lo de tus padres?— Últimamente sus padres habían tenido perdidas económicas y sino se resolvían terminarían en bancarrota.

- No, y ¿tú? ¿Cómo te va con eso? - Caminamos para entrar al salón.

Desde el principio ella sabía en que estaba metida, no lo aceptaba pero me apoyaba.

- He ganado más dinero - dije sentándome en la banca.

Ella iba a hablar pero alguien se adelanto

- Cerdita, dame mi tarea.- Cecilia se acercó y atrás de ella estaba Mario.

- Ten - Se la di y se marchó.

- Que odiosa - menciono Iris

- Lo se, no entiendo como él se fijo en ella - Suspiré triste y fije mi vista en otra cosa.

- Dime qué no lo has hecho. — Me miró sería.

No evite hacer una mueca y asentir mientras bajaba la mirada.

- Olvídate de él, él te hace daño, por favor prométeme que ya no lo vas a hacer ¿Si? - Me abrazo y sonrió.

-Lo prometo. - Le di una pequeña sonrisa.

Y así es como empezó todo.

Sujuycaballeros

Doble vida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora