Capitulo 10

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Me desperté gracias a la alarma que sonaba como loca, me quise mover pero había un brazo que me lo impedía. Me di la vuelta y vi a Sebastián. Lo observe varios segundo y después lo comencé a mover intentando despertarlo.

— Sebastián, Sebastián — lo movía suavemente, estuve así varios minutos. — ¡Sebastián! — grite y él dio un pequeño brinco lo que provoco que se cayera de la cama.

— Auh. —Se quejo.

— Ya levántate.

— Obligame, preciosa. — Tomo una almohada de la cama y se recostó en el piso.

Me levante y tome otra almohada para empezar a golpearlo.

— Y ahora ¿Qué pasa? — dijo Yael adormilada

— Él imbécil de Sebas, no se quiere levantar de aquí. — resople quitando mi cabello de la cara.

— Si no te levantas Tn_____, te va a matar. — dijo Iris igual de adormilada que Yael

— Gracias por avisar.—Bostezo y se acomodo para dormir. Iba a volver a golpearlo hasta que:

— ¡Se nos hace tarde para el puto instituto! — entro gritando Arango a mi habitación.

Rápidamente nos vestimos pero sentía que nos faltaba algo.

Faltaban 10 minutos para entrar así que nos subimos en las motocicletas y Sebastián en su auto, al no encontrar sus llaves.
Llegamos todos, pero las miradas seguían ahí, frunci el ceño y luego mire quien era el dueño de esas miradas. Sebastián se venia normal. Él seguía sin darse cuenta del porqué lo miraban.

Le envié un mensaje:

Idiota, se te olvido
cambiarte.

Lo siento pero
puse lo primero que encontré.

Bufe y mire como algunas chicas se le acercaban a hablarle.

Eres un idiota, pero
dime ¿Tienes de la
otra ropa en el baúl de tu auto?

Sí.

En tu hora libre te vistes y no quiere que ninguna gata se te acerqué.

Soy tuya y tú eres mía, preciosa.

Para mí desgracia todas las clases que tenía hasta la hora libre eran en las cueles no lo veia ni podía estar con él.

Todos los se habían ido a sus clases y me fui a mi salón. Entre y vi un asiento junto a un chico vestido como yo, él me vio y bajo la mirada. Me senté junto a él.

— Hola — dije con una pequeña sonrisa

— Hola — dijo un poco tímido.

— ¿Cómo te llamas? — dije curiosa

— Juan Pablo y ¿tú? — me dijo él rubio, iba a contestar pero una voz interrumpió

— Por lo visto las ratas se juntan — dijo Mario quien venia con Cecilia

— Eso no te importa — dije

Juan Pablo solo bajo la mirada, no le bastó humillarme durante secundaria si no que quería humillar a otros chicos.

— ¿Le contestaste a mi novio? — dijo Cecilia, enfadada.

— Si ¿por qué? ¿algún problema? — dije alzando la voz a lo que ella me dio una cachetada. Los chicos llegaron y vieron lo que pasaba desde la puerta.

— No me levantes la voz que no somos de la misma clase — dijo mirándome furiosa.
Tome mi mejilla, tenía tanta rabia en mi.

— Efectivamente no somos de la misma clase, tú eres una puta yo no.

En ese momento volví a sentir miedo. Mario tenía la mano levantada lista para golpearme pero Sebastián llegó por detrás y lo detuvo.

— ¿Qué ibas a hacer?¿Tan marica eres qué la ibas a golpear? — dijo enfrente de mi, de pronto la vista de Mario estaba en mi.

Sujuycaballeros

Doble vida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora