Hate me Love me.

Hate me Love me. Capitulo 5

Capitulo 5:

Vestido solamente con un pantalón de buso gris que uso de pijama, el cual cae de forma sexy por mis caderas, haciendo resaltar el bulto entre mis piernas, miro la hora en mi reloj puesto en la muñeca derecha, porque acaba de sonar el timbre de la puerta de mi departamento.

Había perdido la esperanza de recibir esta noche la visita de Amanda por la hora que es. Son pasadas las 2:30 de la madrugada.

No comprendo porque llego a esta hora. Supongo que se acordó de mi existencia y de lo que le dije esta tarde en la U a su padre, luego de terminada la fiesta con sus amigas en un local nocturno, puesto que seguramente ellas querían celebrar la graduación de Amanda.

Dejo el vaso de whisky casi vacío sobre el mesón, luego sin prisa levanto el trasero del banquillo alto puesto junto al mesón de la cocina americana.

A paso calmo voy a abrir la puerta para recibir a Amanda. Abro la puerta de par en par sin mostrar ninguna expresión en el semblante. Estoy bastante pasado de copas. Me siento irritado y cansado. Estoy harto de todo. Estoy cansado, estoy agotado de amarla.

Me siento cansado de anhelar a alguien que pasa de mi.

Me harte finalmente de aferrarme a alguien que me desprecia.

La observo de forma despectiva de pies a cabeza y luego muestro una sonrisa amarga. Estaba en lo correcto. Amanda se fue de parranda sabiendo que mi intención de provocarla esta tarde se debió a que pretendía que viniera a verme a este lugar, a mi departamento, una última vez.

Haberle pedido una cita directamente, sin argucias de por medio, hubiera resultado en un no rotundo. Lo sabia, y aún así como un tonto me ilusione con ser amado en secreto por ella. Es obvio que el único enamorado en esta farsa de romance he sido yo. 

¿Qué diablos pasaba por mi cabeza para aferrarme a una mujer que claramente quería huir de mi?.

Me irrito conmigo mismo una vez mas, mi cuerpo responde excitándose ante su imagen, estando de pie, plantada en el umbral de mi puerta. Mi cuerpo se pone tenso, me sudan las manos por el deseo que me asalta de rodearla con los brazos para besarla hasta perder el aliento. Soy adicto a ella. Aún la deseo. Me muero por tocarla, pero no. No volveré a tocarla. No pondré un dedo sobre ella si no acepta ser mi mujer de verdad.

Ella dejo el día de hoy, de vestir con ropa holgada y fea. Por supuesto pienso. Ya no tiene motivos para ocultar su belleza para evitar sumar admiradores y pretendientes. 

Si ella hubiese querido hubiese podido mostrar piel luego de cerrar hace cuatro años nuestro trato.

Luego de acordar ser mía a cambio de un pago no tenia motivos para seguir usando un disfraz para no ser reconocida por algún hombre que hubiera visitado el club de bailarinas exóticas. No imagino la motivación que tuvo durante estos cuatro años para seguir pretendiendo ser una chica de los 70's recatada y puritana.

Luce esta noche un sensual vestido rojo y ceñido al cuerpo. La silueta de sus senos generosos resalta.

El vestido que la cubre es sin mangas. Se mantiene en su lugar por un cierre largo en la espalda que llega a la altura de las caderas. El largo de la falda revela la belleza de sus piernas. Calza además un par de zapatos de tacón de 10 centímetros, color rojo, a tono con el vestido. El cabello lo trae suelto y casi no tiene maquillaje. Luce despampanante. Será la profesora mas sensual y hermosa que pise un college. No tardara en encontrar a un hombre serio y correcto que quiera cortejarla en su lugar de trabajo en un tiempo mas, cuando comience a trabajar como maestra.