Capitulo 9:
Me mantengo en la posición del escalador, la cual es una variación mas atrevida del misionero. Es una pose sexual cómoda. Permite observar con claridad a la pareja perderse en las brumas del placer.
Esta pose sin duda sirve para alimentar el propio deseo y el morbo al estudiar cada una de las expresiones y los espasmos de quién recibe tu pasión.
Mis brazos están extendidos a los costados del cuerpo de mi mujer. Ella se sujeta con las manos de la almohada donde posa la cabeza. De tanto en tanto se arquea, se agita a punto de tocar el orgasmo. No me toca con las manos, ni con la boca porque esta centrándose solamente en su placer.
No me importa no recibir su tacto, ya que sus miradas cargadas de pasión y de deseo alimentan de igual modo mi propio éxtasis. Me enciende mas de lo que puedo expresar sus mejillas enrojecidas y su excitante cuerpo afiebrado mientras me observa a la vez moverme sobre ella con absoluta sensualidad. No me estoy preocupando de mi propio placer, busco mas bien alimentar el de ella.
No me canso de sus seductoras y excitantes expresiones, ni la vista de sus senos bailando al compás que ejerzo.
Aumento y declino la intensidad de las embestidas, negándole el orgasmo de acuerdo a lo que veo en sus expresiones faciales. Nada es mas sexy que ver a tu mujer subir al clímax, y perder el control al saborearlo a medias, por lo tanto te exige darle mas de ti.
No aplasto a Amanda con el peso de mi cuerpo, ejerzo presión solamente con las caderas para llenarla y liberarla de mi erección.
Mientras sujeto el peso de mi cuerpo agitado, acalorado, completamente cubierto de sudor, hago un esfuerzo mas para oscilar dentro de su sexo, estando ella casi perdida de si misma.
Finalmente le doy lo que me pide. Liberación. Aumento a toda potencia el vaivén. Amanda se sujeta con fuerza de los músculos de mis hombros, apega los labios en mi cuello, me muerde arqueándose, cerrando los ojos, tensándose con doloroso éxtasis. Finalmente la escucho gemir a toda voz. Se desploma en la cama sin aliento, recibiendo una vez mas mi corrida. La aplasto con todo mi peso, ya que he perdido todas las energías y las fuerzas. Me desbordo hasta la última gota dentro suyo. La borro y me borro a mi mismo de la sensación del tiempo y espacio.
Eyaculando me hundo por completo hasta rozar en su matriz. Ella complaciente y amorosa se cuelga de mi con brazos y piernas. La mantengo volando en el placer, aún cuando lo único que estoy haciendo en llenarla de semen hasta desbordar.
No puedo detener los espasmos violentos de mis músculos extenuados, pero ella no parece resentir el total de mi peso. Es mas, me cobija, me abraza con posesividad. Me ha hecho suyo. Yo también la he hecho mía, mía de verdad.
Al recuperar la lucidez y el aliento ruedo en la cama llevándola entre mis brazos. Me tiendo sobre la cama de espaldas y la mantengo apegada a mi costado derecho. Ella se acomoda y se relaja. Ahora es tiempo de descansar y dormir, pero antes de ello me atrevo a decirle.
—¿Cuándo nos veremos otra vez?—ella busca mi mirada con una sonrisa en los labios, hasta sus ojos ríen. Yo no encuentro lo gracioso en mi pregunta. Hablo enserio.
Aprieto los músculos de las mejillas porque me irrita la forma tan descarada con la que se burla sin palabras de mi.
Ella sonriente, divertida en respuesta de mi entrecejo fruncido me dice—me tienes todavía en tu cama, entre tus brazos. Acabamos de hacer el amor hasta agotar las energías. Aún no me voy y ya estas preocupado de nuestro próximo encuentro. Eres adorable. Hombre tenias que ser. Solo piensas en el sexo.
La sorprendo atrapándola de espaldas contra la cama, la rodeo con el brazo izquierdo y mantengo su mirada con intensidad. Muy cerca de su boca le digo—obviamente pienso en el sexo. No tengo suficiente de ti. Aún agotado te deseo, pero no me refería a eso con mi pregunta. Quiero saber cuando tendremos una cita. Te dije que de ti quiero mas que gozar de tu cuerpo. Quiero mucho mas que tenerte debajo de mis sábanas para alimentarme de la pasión.
Salgamos a comer. Quiero tener una cita contigo. Dime cuando tienes tiempo.
Amanda cruza los brazos en mi cuello y me atrae a sus labios. Me besa largamente, y casi pierdo el hilo de los pensamientos, pero me libero e insisto—¿Cuándo te veré otra vez?—ella me mira con ojos alegres, sonríe abiertamente nuevamente y me desconcierta diciendo—no tendremos citas Patrick.
Un estremecimiento me eriza la piel. ¿No quiere salir a citas o no quiere verme nunca mas?. La miro preocupado y ansioso por descubrir a que se refiere. Me aterra descubrir que lo que tuvimos esta noche fue tan solo una broma de mal gusto de su parte. No quiero pensar que me ilusione para nada.
Me desconcierta todavía mas rodeando mi rostro con las manos para atraerme a su boca. Jala sensual mi labio inferior, luego busca mi mirada y dice muy compuesta—no te precipites sacando conclusiones. No pienses en lo peor mi amor. Con lo de no salir a citas me refiero a que....
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Hate me Love me.
RomanceUn nuevo año escolar comienza en la U,el joven profesor de historia antigua,que es a su vez el hombre mas popular del complejo estudiantil tiene un serio problema con el compromiso. Se topa con una nueva estudiante que tal parece ser el gran desafío...