Capitulo 6:
Mantengo a Amanda en mi regazo estando sentado en la orilla de mi cama. Ella esta centrada por completo en el placer que le regalan mis caricias y mis besos.
Mientras riego sensuales besos en su rostro y cuello le bajo sin ninguna prisa el cierre trasero del vestido, ella se separa un poco del calor de la piel de mi torso desnudo para que la libere de la tela que cubre su piel. No lleva brasier por lo que sus incitantes senos son presos de mis labios sedientos.
En respuesta de mis labios y lengua estimulando sus pezones ella jadea y se estremece de éxtasis y de deseo.
Amanda me invita a satisfacer su sed de pasión enredando los dedos en mi cabello, luego lo jala apasionada apegándome a su piel, por ende succiono y lamo con mas lujuria sus sabrosos y suaves botones erectos rodeando a su vez su torso con los brazos para embriagarme con su aroma, calor y sabor.
Su voz expresando placer, la suavidad y el sabor de su piel que comienza a humedecerse, su temperatura corporal y sus espasmos involuntarios aumentan el erotismo que comienza a hacer estragos en su cuerpo afiebrado y en el mío.
Mi cuerpo se tensa y vibra violentamente a ratos ante el mas mínimo roce de sus manos, uñas y labios explorando mi piel expuesta.
Debido al deseo mi pene alcanza una molesta erección que exige sentir con urgencia su calor, suavidad y humedad interna. Mis manos y labios deambulan ávidos por la piel expuesta que me ofrece sin inhibición. Debo hacer acopio de todo mi autocontrol porque deseo saborear mucho mas su piel antes de hundirme en la calidez de su sexo. La previa con Amanda es tan satisfactoria como galopar dentro de ella.
La pasión y el deseo nos domina haciendo que nuestros cuerpos y mentes se centren solamente en lo excitante y placentero que se siente el corte circuito eléctrico que produce el roce piel contra piel.
No puedo dejar de sorprenderme y de emocionarme ante la fuerza del deseo y de la necesidad imperiosa que me despierta esta mujer. Creo que jamás podre tener suficiente de ella. Me alivia comprobar que es una necesidad mutua.
He comprendido esta noche que el amor es el catalizador de este deseo sexual que no encuentra fácilmente saciedad y que vuelve una y otra vez a encenderse en mi sistema. Creo en definitiva en el amor que dice tenerme Amanda por este hecho en particular.
El deseo entre los dos durante estos pasados cuatro años en vez de apagarse se mantuvo intacto aún ante lo poco que nos expresamos con palabras.
Aumenta la necesidad mutua cuanto mas explotamos nuestra química. Me temo que pasar desde ahora tiempo de calidad juntos sin trabas que se interpongan fortalecerá nuestras emociones y sentimientos por el otro. No me atemoriza en lo mas mínimo. Lo espero con ilusión.
Deseo fervientemente que mil cadenas me aten a esta mujer, cadenas invisibles, pero irrompibles, duraderas que nada tienen que ver con un papel firmado ante un juez.
Estoy desesperado por recibir su amor. Quiero justo ahora que el reloj se detenga. No quiero que amanezca. No quiero que cuando llegue el nuevo día Amanda me deje sin su calor y sin su aroma.
Justo ahora es una agonía saber que los segundos y los minutos transcurren aunque este como sumergido en un trance que me aleja de la sensación del tiempo y espacio. Odio la certeza de que el nuevo día la alejara de mi. Es un consuelo saber que no será la última noche que pasaremos juntos hasta el amanecer.
La libertad que tenia hace cuatro años cuando no amaba a ninguna mujer, ahora me parece odiosa.
Quiero sentirme preso de esta mujer, como quiero que ella se sienta atada por mi. Me aterra volver a mi yo anterior porque la deliciosa y cálida felicidad que en este momento siento con ella entre mis brazos amándome, no tiene precio.
Jadeo expectante cuando Amanda rodea mi cuello con las manos y se separa de mis brazos para ponerse de pie con las piernas temblorosas. En respuesta a su muda petición separo las piernas y la atraigo de las caderas a mi piel que exige su contacto nuevamente.
A pocos centímetros de su vientre agitado levanto la mirada y me bebo la imagen de su cuerpo medio desnudo, mis manos automáticamente deslizan la tela de su vestido por sus caderas, la prenda suave y ligera cae hasta sus pies calzando esos sexys zapatos de tacones rojos. Que imagen tan seductora. Me siento orgulloso de mi suerte. Mi mujer es dolorosamente sensual y hermosa y es toda mía. Ella me observa con las mejillas encendidas y los ojos oscurecidos con igual embeleso. Soy en efecto amado.
Jamás me sentí tan expectante y emocionado ante el futuro como me sucede esta noche. Si pudiera pedir un deseo a las estrellas, seria que las horas se detengan. Quiero continuar ebrio de deseo y de placer escuchando y sintiendo a la mujer que amo derretirse de ansiedad y de deseo ante mis labios que beben suavemente y con calma el sabor de la piel de su vientre.
Amanda se me esta entregando con completa entrega. Sé sin palabras de por medio, solo leyendo el lenguaje de su cuerpo vibrante y acalorado que será ella en esta ocasión quién me hará el amor.
Ella quiere demostrarme que estará en mi cama, entre mis brazos porque es su deseo. Ya no sentiré que tenemos una noche de pasión por medio de chantaje. Ahora somos verdaderos amantes.
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Hate me Love me.
RomansaUn nuevo año escolar comienza en la U,el joven profesor de historia antigua,que es a su vez el hombre mas popular del complejo estudiantil tiene un serio problema con el compromiso. Se topa con una nueva estudiante que tal parece ser el gran desafío...