Hate me Love me.

Hate me Love me. Capitulo 3.

Capitulo 3:

Amanda dijo además—tal parece que hablas en serio diciéndome que quieres darme una manutención a cambio de mis favores sexuales.

Me compras sin inmutarte.

No pareces el tipo de hombre que necesite comprar sexo.

Alguien tan atractivo, sensual, sexual y apasionado como tú, no obtiene sexo comprado. El sexo una mujer te lo ofrece gratis. 

Según dicen las malas lenguas, eres un seductor experto. Sueles tener a tu disposición mujeres hermosas y sofisticadas en los lugares exclusivos que frecuentas.

Estas olvidando o pasando por alto que soy una de tus alumnas Patrick. No me haces sentir halagada queriendo tenerme aunque debas comprarme con dinero, como si fuera Lolita.

¿Quieres comprarme?. Bueno, esta bien. El dinero es bienvenido para mi. No importa de donde provenga después de habérmelo ganado trabajando. Soy una mujer realista aunque ame la literatura y la poesía.

Si debo elegir entre venderme en ese club repleto de pervertidos o venderme a ti, sin duda te prefiero a ti.

¿Me follaras ahora mismo profesor?. ¿En la biblioteca?.

Es un lugar publico por si no te habías dado cuenta. ¿Y si alguien nos ve?.

La rodeo con los brazos para que pueda sentir mi cuerpo afiebrado frotándose en su cuerpo, ella se apega con agrado a mi erección, la enciende sentirme erecto por lo que sonrío travieso y halagado. No parece para nada una mujer que responde a mis ansias solo por coacción como antes dijo. También me desea. Apego los labios a los suyos. Me inflamo de ansiedad. Finalmente le contesto con voz ronca—no te importo hace un mes, en este mismo lugar la posibilidad de que nos vieran teniendo sexo.

No nos vera nadie. Este pasillo de la biblioteca no es para nada popular.

Nadie vendrá a esta sección de la biblioteca a estas horas.

Y si, follarte ahora mismo es mi intención Amanda.

No he podido sacarte de mi cabeza desde aquel día. Vivo frustrado por que me dejaste con las ganas.

No he podido olvidar aquel día, en este mismo lugar. Quiero continuar donde nos quedamos. Quiero tenerte de nuevo casi desnuda, luego quiero tocarte.

 Voy a ser el primero para ti en todo—ella me mira con las mejillas encendidas. Su cuerpo responde a mi deseo sexual aunque trata de evitarlo. Me dice con voz rasposa—supongo que traes protección contigo. Sino mala suerte profesor. No podrás follarme esta tarde en la biblioteca.

No querrás que resulte embarazada luego de esta tarde. ¿No es verdad?.

No soy del tipo de persona que sea capaz de abortar. Daría a luz si me siembras. Tendrías que afrontar la paternidad porque seria injusto que críe a un niño o niña sola.

Seria una pesadilla para alguien como tú estar atado a una mujer por medio de un hijo no deseado.

No me cuido profesor. No uso ningún tipo de medida anticonceptiva. A diferencia de ti no mantengo una vida sexual activa. 

Te dije que hasta que me tope contigo jamás tuve sexo—aprieto sus nalgas con ambas manos y después la apego a mi erección, luego rozando sus labios mientras recorro su cuerpo por encima de la ropa, le digo con una mirada cruda de deseo—no traigo condones al trabajo nena. Eres la primera alumna que me quiero coger.

Vamos a hacerlo sin condón.

Para que lo sepas, contigo no quiero usar protección. Quiero llenar tu útero de semen. No temas. Me hice hace años una vasectomía. No produzco semen con espermatozoides. No vas a quedar en cinta.