3. Caught

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Venid a mí y seré el sol en torno al cual giréis en órbita, y mis rayos dejarán al descubierto los secretos que os ocultáis el uno al otro, y así yo, que poseo hechizos y poderes de los que no tenéis la menor idea, os controlaré y os poseeré y os ...

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Venid a mí y seré el sol en torno al cual giréis en órbita, y mis rayos dejarán al descubierto los secretos que os ocultáis el uno al otro, y así yo, que poseo hechizos y poderes de los que no tenéis la menor idea, os controlaré y os poseeré y os destruiré.

- Lestat el vampiro.

III

Un profundo silencio reina entre Aidan y yo. Él se queda allí, su mano en el aire a punto de tocar la puerta del cuarto de Ian, de espaldas a mí. No ha dicho una palabra, pero yo he tomado mi decisión. No pondré el clan en peligro. Ian, Drake, Luke, Lyla y Aidan son como mi familia. Ese Purasangre solo me quiere a mí, no a ellos. Estoy segura de que no va a detenerse hasta que consiga lo que quiere. Tengo que alejarme, jamás me perdonaría que ellos salieran heridos por mi culpa; Ian ya ha sufrido por mi. Estaré bien sola. Después de todo, el camino de un vampiro siempre será solitario. Sé cómo sobrevivir por mi cuenta.

Aidan, finalmente, se gira por completo hacia mí, sus ojos encontrándose con los míos. Su rostro, como de costumbre, inexpresivo.

—No, no dejarás el clan —ordena antes de tocar la puerta donde Lyla está sanando a Ian.

—Es mi decisión.

—Dije que no —responde con claridad y tono exigente.

—No te estoy pidiendo permiso. —Cruzo los brazos sobre el pecho. Él es mi creador, y sí, tiene algo de poder sobre mí, pero yo tengo mi libre albedrío. Si mi decisión es dejar al clan, él tiene que respetarla.

—No te irás, Morgan, y esta conversación ha terminado —me asegura.

Abro la boca para protestar, pero Lyla abre la puerta para dejarlo entrar en la habitación.

—¿Cómo está Ian?

—Sobrevivirá.

Dejo escapar un suspiro de alivio.

—Gracias.

Ella me sonríe.

—No hay problema.

Luce más pálida de lo normal. Sé que cuando ella cura alguien, siempre termina sintiéndose débil y cansada. Ambas nos quedamos en silencio; Lyla no es una chica de muchas palabras, es tan reservada como yo, tenemos eso en común. Quizás esa es la razón por la que nos llevamos bastante bien. Ella se masajea la frente, suspira y me mira.

—No te dejará ir, Lo sabes, ¿no? —comenta sobre mi conversación con Aidan. No me sorprende que la haya escuchado; cuando vives en un clan de vampiros donde todos tienen un sentido avanzado de la audición, es difícil tener privacidad.

—No es su elección, es mía.

Lyla solo me da una mirada de simpatía. Me alejo de ella, caminando por el pasillo. Aunque irme sea mi decisión, por respeto a Aidan, no quiero hacerlo sin su aprobación. Él me salvó la vida.

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