17. Known

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-"La oscuridad no puede sacarnos de la oscuridad. Solo la luz puede hacerlo. El odio no puede sacarnos del odio. Solo el amor puede hacerlo".

-Martin Luther King.

XVII

Despierto para recibir la noche. Después de que Lyla me sanara, he descansado todo el día. Me duele un poco la cabeza, los recuerdos aún atormentándome; lucho para no pensar en eso. He recordado mucho sobre mi pasado, sobre mi familia, y eso me hace extrañar a alguien que antes no recordaba en lo absoluto: Milosh.

Él siempre fue dulce y amable conmigo. ¿Qué lo cambió? Todavía me pregunto por qué me odia tanto. Busco dentro de mi cabeza una razón, pero no puedo encontrar ninguna.

Los truenos resuenan afuera, anunciando que va a ser otra noche lluviosa. Me levanto y me cambio de ropa, lo último que quiero es caminar por ahí con sangre seca sobre mis prendas. Aunque no quiero pensar en la noche anterior, es imposible, es como si luchara contra mi propia mente, lo cual es absolutamente estúpido. Tarde o temprano tendría que enfrentar los hechos: mi padre solía torturarme desde que tenía ocho años, mi madre vivía sufriendo porque no podía hacer nada al respecto y mi hermano sintió impotencia y desesperación durante toda su infancia.

Y el último hecho que no quiero enfrentar: Shadow. Él no hizo nada para detener a mi padre, solo observó. He pensando que le importaba, pero obviamente no es el caso. Es mi culpa por ser tan ingenua: él es el vampiro Purasangre más antiguo de la Tierra, una raza que nace para ser fría. Ni siquiera sé por cuántos siglos ha vivido. ¿Por qué le importaría? Yo solo he sido una niña a la que se le ordenó observar y proteger, eso fue todo.

Respiro profundamente por primera vez en mucho tiempo. No me siento bien; estoy muy débil y, honestamente, me estoy hartando de sentirme así todo el tiempo, es como si mi cuerpo estuviera pasando por algo que no entiendo.

—¿Morgan?

Ian entra a mi compartimento. Su cabello castaño está mojado;, las gotas de agua goteando de el. Ha estado afuera bajo la lluvia. No tiene camisa, solo lleva puestos un par de jeans y está descalzo. ¿Ha estado cazando?

Puedo ver lo preocupado que está. Sus mejillas y labios se ven ligeramente rosados, lo que significa una sola cosa: se ha alimentado recientemente. Me observa, como si fuera a descubrir algo escudriñando mi rostro.

—¿Estás bien?

—Sí.

—¿Qué te pasó anoche?

—Realmente no quiero hablar de eso. —Es la verdad, no quiero hablar en absoluto.

—Hay algo que necesito decirte —comienza, y le hago un gesto para que continúe—. Es sobre tu hermano. Lo vi merodeando por aquí anoche. —Eso me hace salir de mi humor adormecido—. Estaba esperándote aquí para decírtelo, pero luego Aidan y ese Purasangre entraron contigo inconsciente.

—¿Estás seguro de que era él? —pregunto con esperanza.

—Sí, pero tienes que tener cuidado.

«¿Cuidado?», pienso. Entonces recuerdo las palabras de Milosh llenas de desprecio: «La única razón por la que no estoy terminando con tu existencia ahora es esa mascota que tienes a tu lado». Sé que Ian se refiere a esas palabras. ¿Milosh realmente me mataría si me ve?

—¿Crees que vino a echar un vistazo a nuestro escondite para poder volver más tarde y matarme? —pregunto casi leyendo la mente de Ian.

—¿Qué otra razón podría tener para venir aquí? —declara lo obvio después de nuestro último encuentro con Milosh. No puedo creer que estuviéramos hablando de la misma persona. Todos los recuerdos que tengo de mi hermano de mi niñez y de mi juventud eran buenos. éramos muy cercanos.

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