EN SOLO UN MOMENTO

CONOCIENDOTE

Caminamos hasta la costa entre bromas llegamos a un bar que está sobre la playa Acacias, es muy lindo, es una construcción de troncos con techo de paja, entramos nos sentamos bajo una sombrilla de paja sobre la arena, hay una mesa de madera rustica, con sillones playeros de madera y tela de color rojo, frente a nosotros, de espalda al río hay un escenario.

El mozo que nos atiende nos cuenta que hay show en vivo, se presenta una batucada, un grupo local y luego un Dj, todos pedimos lomitos completos con gaseosas. Cuando terminamos de comer la batucada hace su entrada, el animador la presenta e invita al público a bailar, empiezan a sonar los tambores al son de la samba, "Ziriguidum de los Filhos de Jorge", sigue hablando el animador, esta noche declaramos la apertura oficial de los corsos.

Alison está sentada a mi derecha, Augusto a mi izquierda y Elian a su lado, casi no podemos escucharnos cuando hablamos por el sonido de la música, miro a Alison ella está marcando con sus pies el compás de la música, cuando termina de tocar la batucada ella aplaude entusiasmada.

Empiezan otro tema, "Batuque de Daniela Mercurí", todos salimos a bailar, yo soy un desastre, pero hago mi esfuerzo, ella baila una maravilla, yo tengo dos pies izquierdos, cuando nos cansamos nos sentamos, Augusto y Elian ya se consiguieron compañeras de baile, cuando la batucada da paso al conjunto musical, invito a Alison a caminar por la playa y ella acepta.

Llegamos al puesto de los salvavidas, ella sube la escalera y se sienta, yo la miro divertido desde abajo, me hace un gesto con la mano para que la acompañe, no dudo ni un segundo, voy a sentarme a su lado, estamos muy cerca, siento su pierna rozando la mía, siento como electricidad, la miro ella también y me sonríe tímidamente, el sol se está poniendo es un atardecer hermoso, nunca fui de fijarme en estas cosas pero con ella a mi lado me vuelvo un tonto.

Hablamos un buen rato, del colegio, de nuestros padres, de su primo, le cuento sobre mis hermanos, ella me cuenta que sus padres se están divorciando, que muchos años ellos no tuvieron contacto con la familia de su mamá, no me contó el porqué, pero ahora que su papá ya no está en la foto, su mamá quiso regresar a Encarnación para estar cerca de su familia.

Estamos tan cerca que nuestros hombros de vez en cuando se rozan, cuando sopla la brisa puedo oler su perfume, tiene un aroma a vainilla, como todo en ella es perfecto, parece que tiene frío entonces me saco la camisa, se la pongo sobre los hombros ella me agradece, la abrazo ella se recuesta su cabeza sobre mi hombro.

Levanta la vista yo me acerco, quiero besarla, pero justo mi celular suena es un mensaje de Augusto, preguntando donde estamos, le contesto que salimos a caminar pero ya estamos de regreso, me bajo ofreciéndole mi mano para ayudarla, con solo ese toque siento que vuelo, sinceramente nunca me pasó algo así, siempre creí que era ridículo todo eso del romanticismo y el amor, además cuando hice algo parecido a eso fue un desastre.

Desde entonces solo andaba con una, con otra o cuando Liz me llamaba para encontrarnos a escondidas, con la secreta esperanza que en algún momento me diga que estaba equivocada, que quería regresar, hoy en este preciso momento eso ya no me importa.

Caminamos de regreso, ella se quitó las sandalias por lo que yo me ofrecí a llevarlas, camina con las manos en la espalda, con sus pies juega con el agua y la arena, me atrasé un poco, así puedo observarla caminando, es hermosa, el viento soplando hace que su cabellera revolotee.

Dios me estoy volviendo un idiota, ella frena la marcha para esperarme, cuando llego a su lado me toma del brazo, preguntándome si mañana voy a ir a los corsos con ellos, la verdad que no tenía pensado ir, ahora por nada del mundo voy a perder la oportunidad de verla, le contesto que sí, con urgencia tengo que ver cómo conseguir la entrada, según escuche ya están agotadas, mi cabeza está a mil cuando llegan a nuestro encuentro Elian y Augusto.