INEVITABLE DOLOR

80 7 2
                                    

"La vida de los muertos perdura en la memoria de los vivos". (Marco Tulio Cicerón)

Elian abraza a Alison despidiéndose, cuándo me toca el turno, nos dejan solos, le tomo las manos haciendo que nos sentemos en su cama. La miro a los ojos, y seco sus lagrimas con el dorso de mis de mis dedos.

—Sé, que en momentos como éste, nada de lo que puedan decirnos, hará que duela menos; pero debes saber que cuentas conmigo, para lo que sea, si quieres llorar, mi hombro es tuyo, si solo quieres estar en silencio, te acompañaré. Ten presente que te apoyo, te quiero y deseo con todas mis fuerzas que todo se solucione.

—Gracias Valentino, cuento con eso, estoy tan triste, se dice que el corazón no duele; pero yo tengo un dolor en pecho, que me ahoga. —Coloca sus manos sobre ese lugar y llora—. A pesar de que ellos no me prestaban mucha atención, por lo menos sabía que, si algo no funcionaba por acá, tenía la posibilidad de hacer mis maletas y regresar a lo que consideré mi hogar toda la vida, ahora no estoy muy segura de como va a continuar todo, estaban viniendo a hablar conmigo cuando se accidentaron, Rosa llamo a avisar a tía Lara.

— No te preocupes va a salir todo bien, seguro que después vamos a ir con Augusto y Elian para hacerte compañía, te voy a extrañar mucho. —La abrazo depositando un beso en su coronilla, ella llora desconsolada—. Ya no llores, todos estamos contigo, vamos a acompañarte siempre.

—No te preocupes —me dice— voy a ser fuerte, podés avisarle a Romi, no tengo ganas de andar explicando todo una y otra vez, por favor. —Nos paramos y yo no dejo de abrazarla.

—Claro, no te preocupes. —La beso suavemente en la mejilla—. Envíame un mensaje cuando llegues, para contarme como siguen tus padres.

La suelto asiendo su valija con intensión de acompañarla hasta el vehículo, donde la tía Lara ya la está esperando, antes de subir vuelve a abrazarme, luego se despide de su tío, Augusto y Elian.

—Cuídense —les dice el tío Juan.

Ellas se colocan los cinturones de seguridad para luego despedirse de todos con las manos. Nos quedamos ahí , solo mirando como se aleja el auto, miro a Augusto, se nota que está triste, Elian le dice que va a ir a su casa por sus útiles y uniforme; para quedarse a hacerles compañía hoy, al Tío Juan y a él.

Yo tengo que ir a casa para ayudar a juntar el desastre de la fiesta; pero pienso regresar luego. Cuando llego a casa el cuadro es tragicómico, mamá con su buena onda de siempre está dando de comer al chico que se quedó dormido en el cuarto del fondo y, al que se durmió sobre la mesa, papá está sentado con cara de pocos amigos.

—Sos lo máximo tía, ni en mi casa me tratan tan bien —dice uno de ellos—, vamos a quedarnos a ayudar con la limpieza, es lo mínimo que podemos hacer. —Papá suspira con fuerza, se nota que no le gusta nada la situación.

—Coral, ¿piensas adoptar a esos vagos?, es fácil ser generoso con lo ajeno.

—Ya Ignacio, no hables tan alto, que te pueden escuchar, acaso te perjudica que los alimente un poco, además, son muy ambles, van a ayudar a Valen con la limpieza.

—Si, como siempre cualquiera es más importante que yo, nadie hace caso a lo que digo, no sabés ni sus nombres, sos bárbara vos. —Baja sus lentes sobre la nariz y frunce el ceño.

—Claro que sí, uno se llama Jorge, el otro Noel —responde, girando para dirigirse al patio—. También sé los nombres de sus padres y su dirección.

—Ag... hacé lo que quieras, total mi opinión no cuenta. —Sostiene su equipo de mate caminando hacia su dormitorio, murmurando quién sabe qué.

EN SOLO UN MOMENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora