El delicioso olor a comida me saca de la habitación. Al bajar obtengo la mejor vista que una chica puede pedir. Un hombre semidesnudo en su cocina...¿Cocinando?
-¿Qué haces? - pregunto junto a la encimera.
-¿Cocinar? - dice y me sonríe.
- Muy chistoso - digo y me acerco a la estufa.
- Morirás de hambre - murmura y yo ruedo los ojos - No hagas eso nena - se gira y me observa - Iremos al supermercado - asiento - Por comida - mi ceño se frunce y antes de poder replicar me detiene - Comida de verdad.-
- Como usted diga - murmuro.
¡¡Que mandon!!Se preocupa por ti.
En lo más profundo se que es así.
- Bien - me sirve un plato - Huevos revueltos, tostadas, café y jugo de manzana - dice y toma asiento frente a mi.
- ¿Eso estaba en mi despensa? - pregunto después de haber probado los huevos.
- De hecho con un poco de magia, lo he hecho - comenta y continúa comiendo.
Después de unos 20 minutos en los que comimos y lavamos los platos decidimos salir a comprar comida, de verdad.
- ¿Dónde haz aprendido a Cocinar? - indago.
- Cuando era más pequeño pase un verano donde mi abuelo Pablo , vivía en República Dominicana en un zona rural donde todo lo que se comia era de la naturaleza - contesta y veo un brillo en sus ojos cuando menciona República Dominicana.
- ¿República Dominicana? - pregunto y el ríe.
- Ya puedo saber cuanto tenías en geografía o historia de los pueblos del caribe - lo miro un poco sorprendida- Es una pequeña no tan pequeña isla del Caribe, la isla se llama Santo Domingo pero esta compartida con Haití. La isla o la parte perteneciente a República Dominicana tiene las mejores playas que encontrarás en todo el Caribe, las personas más simpáticas y humildes que jamás veras, te acogen como si fueses uno de ellos sin importar como seas o de donde seas. - sonríe.
- Vaya si que te encanta República Dominicana - el asiente y llegamos al super.
- Señorita - dice y me abre la puerta para que yo pase - Adelante - dice cuando entramos.
- ¿Pan? - pregunto. Y el rueda los ojos.
- Comida de verdad - murmura y me abraza.
Después de lo que para mí parecieron horas en el super ya estábamos de regreso a casa.
- Puedo subirlas - digo algo enojada porque Jack no me ha dejado pagar por mi comida.
- Venga Hanna no puedo creer que estés enojada por eso - dice y me quita las bolsas.
- No me gusten que los demás paguen por lo mio Jack - digo y evitó mirarle.
Pero que niñata.
- Lo entiendo nena, pero ahora no estas sola y tienes que acostumbrarte a que yo te consienta bebé - ¡Ay Diosito! como puedo enojarme si me habla asi.
- Esta bien Jacob - digo para luego coger las bolsas.
- ¿Y mi beso? - pregunta.
Me devuelvo para besarle.- Perdón- murmuro por el berrinche de hace poco - Me he comportado como una niña.-
- Mi niña - susurra sobre mis labios y vuelve a besarme.
Nos despedimos y decido subir las bolsas.
A la ducha y a ver televisión.
De tanto cambiar los canales me dolía la mano así que decidí llamar a mi supuesta amiga.
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Perdón
Short StoryTal vez lo que presenciaron mis ojos era la realidad y no lo que quería ver mi corazón, él, el príncipe azul con el que nunca soñé y por alguna razón del destino llegó a mi. El hombre con el que había planeado un futuro, el que me había convencido q...