Capítulo 7

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El delicioso olor a comida me saca de la habitación. Al bajar obtengo la mejor vista que una chica puede pedir. Un hombre semidesnudo en su cocina...¿Cocinando?

-¿Qué haces? - pregunto junto a la encimera.

-¿Cocinar? - dice y me sonríe.

- Muy chistoso - digo y me acerco a la estufa.

- Morirás de hambre - murmura y yo ruedo los ojos - No hagas eso nena - se gira y me observa - Iremos al supermercado - asiento - Por comida - mi ceño se frunce y antes de poder replicar me detiene - Comida de verdad.-

- Como usted diga - murmuro.
¡¡Que mandon!!

Se preocupa por ti.

En lo más profundo se que es así.

- Bien - me sirve un plato - Huevos revueltos, tostadas, café y jugo de manzana - dice y toma asiento frente a mi.

- ¿Eso estaba en mi despensa? - pregunto después de haber probado los huevos.

- De hecho con un poco de magia, lo he hecho - comenta y continúa comiendo.

Después de unos 20 minutos en los que comimos y lavamos los platos decidimos salir a comprar comida, de verdad.

- ¿Dónde haz aprendido a Cocinar? - indago.

- Cuando era más pequeño pase un verano donde mi abuelo Pablo , vivía en República Dominicana en un zona rural donde todo lo que se comia era de la naturaleza - contesta y veo un brillo en sus ojos cuando menciona República Dominicana.

- ¿República Dominicana? - pregunto y el ríe.

- Ya puedo saber cuanto tenías en geografía o historia de los pueblos del caribe  - lo miro un poco sorprendida- Es una pequeña no tan pequeña isla del Caribe, la isla se llama Santo Domingo pero esta compartida con Haití. La isla o la parte perteneciente a República Dominicana tiene las mejores playas que encontrarás en todo el Caribe, las personas más simpáticas y humildes que jamás veras, te acogen como si fueses uno de ellos sin importar como seas o de donde seas. - sonríe.

- Vaya si que te encanta República Dominicana - el asiente y llegamos al super.

- Señorita - dice y me abre la puerta para que yo pase - Adelante - dice cuando entramos.

- ¿Pan? - pregunto. Y el rueda los ojos.

- Comida de verdad - murmura y me abraza.

Después de lo que para mí parecieron horas en el super ya estábamos de regreso a casa.

- Puedo subirlas - digo algo enojada porque Jack no me ha dejado pagar por mi comida.

- Venga Hanna no puedo creer que  estés enojada por eso - dice y me quita las bolsas.

- No me gusten que los demás paguen por lo mio Jack - digo y evitó mirarle.

Pero que niñata.

- Lo entiendo nena, pero ahora no estas sola y tienes que acostumbrarte a que yo te consienta bebé - ¡Ay Diosito! como puedo enojarme si me habla asi.

- Esta bien Jacob - digo para luego coger las bolsas.

- ¿Y mi beso? - pregunta.
Me devuelvo para besarle.

- Perdón- murmuro por el berrinche de hace poco - Me he comportado como una niña.-

- Mi niña - susurra sobre mis labios y vuelve a besarme.

Nos despedimos y decido subir las bolsas.

A la ducha y a ver televisión.

De tanto cambiar los canales me dolía la mano así que decidí llamar a mi supuesta amiga.

PerdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora