Capítulo Siete»

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Los libros dejan enseñanzas, aunque algunos sean ciegos ante ellas. ¿Por qué?, pues simplemente no las percatan.

Quizás el autor no tenía en mente dejar alguna, pero a medida que la historia avanza el lector logra percatar alguna.

Quizás tenga bastantes sin que el autor lo piense, y el público encuentre diferentes.

Frases que te quedan gravadas, algo que paso en tiempo gris y se convirtió en color.

No diré que yo creé una frase, pero si dire que me gusto. Y no e visto al menos yo alguien que la haya utilizado. Pero claramente existe, quizás con otras palabras o de otras formas "escrito".

"Aun no llego al final; esto apenas comienza..."

Me gusta el punto y coma, pues señala que no es el final y no es una simple continuación.

Estaba sentado en la rama gruesa de el árbol que estaba en el patio trasero de la casa, veía con mucha atención las estrellas.

Aquel manto oscuro me relajaba, me sentía tranquilo. Nunca le mostré a nadie mi verdadero yo; aquel chico rebelde pero romántico, grosero pero amable, Idiota pero inteligente. ¿Se entiende?

Nunca me a faltado nada, aunque quizás amor ajeno. Amor de Sarada hacía a mi, no como amigo si no como pareja.

¿Es tan difícil hacerla comprender aquello que siento por ella?, pues parece que sí.

Me quede ahí unos momentos más contemplando aquella hermosa vista que me proporciona hasta que...

-¡Boruto Uzumaki! - gritó mi padre.

El grito sorpresivo de él me asusto un poco que caí del árbol. Que por suerte no era tan alto -y ya estaba acostumbrado a los golpes-

-Au... - me levanté.

-Lo siento, de veras. - sonríe nervioso.

-¿Porqué gritas así? -

-Pues, se supone que debes estar dormido. -

-No soy un chiquillo, ¿Sabes? - dije sobándome.

-Acabas de cumplir la mayoría de edad, no te creas muy adulto cuando tienes mente de un chiquillo. -

-A ti te funcionó, ¿no? - dije burlándome.

Me miro serio unos segundos.

-¡Eso es mentira! - dijo casi gritando a los cuatro vientos.

-¿Así? -

-No te burles de mi. -

-Viejo tonto. - dije en español.

Que por supuesto, con tantos años hablando así ya entendían una que otra palabra.

-¡No seas grosero! -

Simplemente lo dejé ahí y me metí a la casa, para ir a mi habitación a descansar.

Sin darme cuenta el tiempo paso demasiado rápido que ya era la hora de despertar. ¡Que aburrido!

Me levante con bastante pereza para dirigirme al comedor, ¡Al fin viernes!, lo mejor de mi vida.

¿Hoy tenía una fiesta o era mañana?, bien espero que los chicos me recuerden cuando era. Muero por salir a distraerme un rato.

-Buenos días cariño. - dijo mi madre gentil, como todos los días.

-Hola Mamá, buenos días. - besé su frente.

-¿Quieres café? - dijo sonriendo.

-Por supuesto. Gracias. - tomé la taza.

Desayune, todo fue tranquilo. Nuevamente me fui con mi hermana a ala escuela, todo normal.

Un enamorado escritor (BoruSara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora