Capítulo Veintitrés»

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Escuchaba los pasos de mi hermana correr de lado a lado por la casa mientras yo estaba sentado en la sala disfrutando de un chocolate caliente.

Trate de enfocar mi vista y poner mi atención en la televisión para olvidar sus pasos, pero fue inevitable seguir escuchándola. Seguí mirando la gran pantalla cuando en eso escuché un grito proveniente de mi hermana que hizo que incluso diera un salto en mi lugar.

-¡Himawari! - regañe.

-¿Sí? - respondió nerviosa.

-¿Qué tienes?, ¿Porqué das vueltas por la casa toda apresurada? - deje la taza en la mesita de centro.

-Bueno, verás... sabes que hace tiempo Inojin y yo hemos salido. -

-Sí, pero salido en forma de conocerse. Prosigue. - respondí.

-Pues, tu sabes que Inojin cumple años mañana y yo quería darle un buen regalo. - dijo nerviosa.

Entonces fue cuando miré muchas cosas de manualidades y más que traía, así que por eso corría por la casa.

-Hm... te acuerdas más de él, que de tú propio hermano. - fingí tristeza.

-¡Claro que no!, sólo que... -

-Es broma. -me reí- Bien, sigue con lo tuyo. - volví a tomar mi taza.

-Eres un tonto, -se ríe- Gracias. - volvió a lo suyo.

Tomé un sorbo de mi chocolate caliente, disfrute la exquisitez de aquel líquido tibio correr por mi garganta. Seguí disfrutando de mi bebida mientras veía la televisión cuando nuevamente escuché un grito proveniente de dicha ojiazul.

-¡Himawari! - volví a regañar.

Esta vez no recibí respuesta, por lo que me giré a verla y la miré parada frente a la barra de la cocina.

-¿Paso algo? - deje la taza en la mesa mientras me levantaba.

-No... nada. - respondió nerviosa.

-¿De verdad? - cuestione mientras me acercaba.

-Sí, de verdad. -

Miré su mano la cual estaba roja, y la charola donde tenia galletas estaba sobre la barra. Con sólo verlo me di cuenta de la situación, por lo que me acerqué y tomé su mano para meterla en agua un poco fría.

-¿Y dices que no paso nada?, tienes una quemadura. ¿Cómo paso? - seque su mano.

-Pues verás, se estaban quemando y olvide ponerme los dos guantes. Sólo use uno, y me queme. - se ríe nerviosa.

-Tonta. - miré a mi madre.

-¿Qué paso? - preguntó ella preocupada.

-¿Puedes curarla? - le sonreí nervioso.

-Cariño, ¿te duele mucho? - se acercó a ella preocupada.

-No, sólo arde pero es todo. -

-Ven, te pondré pomada y una venda. - ambas fueron al baño.

Negué con mi cabeza sonriendo mientras caminé nuevamente a la sala, pero en ese momento escuché que tocaban la puerta. Por lo cual, tuve que ir a abrir.

Al abrirla me impresione por quien vi delante de mi, mis ojos lo miraron con sorpresa al verlo. Lo único que pude hacer fue moverme a un costado para dejarlo pasar.

-Mi madre esta con Himawari en el segundo piso, ¿Quiere que la llame? - pregunté.

-No vengo a hablar con tu madre, vengo a hablar contigo. - respondió.

Un enamorado escritor (BoruSara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora