Capítulo Dieciocho»

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Mis ojos se abrieron de sorpresa al sentir como era correspondido poco a poco, por mi mente lo único que pasaba era que ella se enojaría por hacer eso.

Creo que alguien lo necesitaba más que yo este beso, seguí en ello hasta que por falta de oxígeno ambos nos separamos. Sus labios estaban rosados y levemente hinchados. Levantó su vista hasta verme a los ojos, sus mejillas comenzaron a sonrojarse.

-Yo... perdón. - respondió apenada.

-¿Perdón de qué?, si lo disfrute bastante. - respondí.

-¿Cómo que de qué?, pues somos mejores amigos. -

-¿Enserio lo crees?, ¿Crees qué entre tú y yo existe eso?. - la mire a los ojos.

-Pues... pues sí. -

-¿Enserio? -pregunté entre risas- Dime Sara, ¿Qué sientes por mi? -

-¿Eh?, pues... mejor llévame a mi casa, ¿Sí? -

-Sara, no esquives preguntas. - me reí.

-Hm... -giró su cabeza- Pues, siento cariño, aprecio, admiración y agradecimiento. Siempre lo he sentido. -

-¿Sólo eso? -

-Atracción... - respondió bajo.

-Yo por ti desde hace como ocho años he sentido atracción por ti, amor, locura, admiración y deseo. Un deseo enorme de que sea yo quien siempre te cuide y este a tu lado, y no en manera de amigos. - la hice verme.

-¿Y porqué nunca lo mencionaste? -

-¿Porqué?, por miedo al rechazo y con ello perder nuestra amistad. - respondí.

-¿Por eso?, ¿Sólo por eso? -quitó mi mano de su mentón- ¿Sabes por cuánto esperé a que lo dijeras?, ¿Cuánto lloraba por las noches el saber que tú te ibas a disfrutar tu vida en el club para después irte a acostar con otra mujer?. No, no lo sabes. Por que si lo supieras me hubieras dicho desde mucho tiempo atrás que yo te gustaba. -

Nuevamente mi corazón se detuvo, y sentí como se partía poco a poco. Todo este tiempo, todos los malditos años pensaba que yo era él que sufría más con no decirle. Al parecer estamos en la misma situación, yo por no decirle y ella por esperar bastante de mi, hacerse daño pensando todo lo que ocurría y peor aún; yo diciéndole en "confianza" lo que a veces llegaba hacer, sin imaginar ni un poco que le estaba haciendo daño.

Sin duda es igual a su padre, fuerte ante las expresiones. Esas expresiones que nadie puede leer con facilidad, no, no pude ser como Sakura con Sasuke al leer sus expresiones. ¡Que idiota!

-Cuando mencionabas tus fiestas y que tuviste una noche con una diferente mujer cada vez... me partía el corazón poco a poco, por ello acepté tener una relación con Inojin; porque cuando te llamé no me detuviste, lo único que hice fue llorar y responder un seco "sí" a Inojin. Porque quise olvidarte... -

La tomé de los hombros y la miré fijamente a los ojos, me partía el corazón saber todo eso. Sus ojos derramaban pequeñas lágrimas las cuales recorrían sus rosadas mejillas.

-¿Me estas diciendo la verdad?, Sara, ¿Siempre sentiste esto? - mire sus ojos negros.

-Absolutamente la verdad. - dijo llorando.

-Sara, me siento... me siento un idiota, ¡Un estúpido! -mi voz comenzó a quebrarse- Si hubiera hablado antes, si tan sólo hubiera tenido valor; pero no, fui un maldito cobarde por no decirlo. Por miedo a perderlo todo con unas simples palabras que lo hubieran sido todo para ambos. - mi voz se quebró completamente.

Un enamorado escritor (BoruSara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora