Un joven recorría las calles en la noche, solo... Su única y mejor compañía era la luna en lo alto. El joven había sido desterrado de su propio hogar y todo lo que le quedaba eran unas cuantas prendas, el pan sin terminar de su última cena, los pocos centavos que había ahorrado en su vida y un aparato robado ,de la tienda en la que estaba trabajando.
Había logrado encontrar refugio en un callejón cercano, en el que podía sentarse a reflexionar lo que había sucedido ¿qué lo pudo haber llevado a terminar solo una vez más? Todos los días de tristeza tendrían que haber terminado en cuanto se encontró con Víctor esa noche... Una noche parecida a ésta... Decidió dejar sus posesiones ahí y caminar un rato, en esas calles tan conocidas.
Caminaba en el camino rocoso de la ciudad, cerca de su antiguo hogar, cuando derrepente... Escuchó un grito extrañamente familiar y una figura en sombras que cargaba con un cuchillo y un maletín, le dió tanto temor esa figura, que regresó corriendo al callejón y empacó todo lo que pudo usando su misma ropa, frenéticamente y desesperadamente, la figura misteriosa lo notó y se dirigía hacia él. De casualidad en la distancia venía una caravana(*) que estaba llena de personas, todas dormidas, y sin pensarlo, saltó con esas personas desconocidas.
No tenía idea a donde iba, y no quería alarmar al conductor con su presencia, así que se quedó callado durante un buen rato del trayecto, hasta que el cobijo de la noche, hizo que se quedara dormido.
En su estancia en la tienda había aprendido toda clase de cosas, entre ellas varios idiomas, pero nunca aprendió su propio nombre, ni sus orígenes.
Cuando se hizo de día, y el sol caía sobre su cara, fue el primero en despertar entre todas las personas, y el conductor de la noche y el conductor del día cambiarían de posición y se dieron cuenta de el chico.
Conductor Día: Hey! Niño que haces aquí? ?: Y-Yo ummm Conductor Noche: Agh déjalo, quizás se subió en la noche y ni me acuerdo. Conductor Día: Bueno, como sea, a dormir amigo El conductor de la noche se acomoda y se duerme Conductor Día: Bueno ya estamos a unos tres días de llegar a la costa... Como te llamas niño? ?: Uhh... El niño como no sabía su nombre, intentó inventar algo, ¿qué dijo el hombre? ¿costa?, entonces recordó la palabra islandica para 'costa' ?: Me llamo Floi Conductor Día: Floi, eh? Nombre extranjero supongo, eh, como sea soy Alvin
Pasó esos días en la caravana, escuchando historias de las personas, viendo cómo subían algunas, otras bajaban; hasta que finalmente en la noche llegaron a la costa.
Alvin: Bueno niño te dejaré sin pagar esta vez, pero él camino de regreso no va ser gratis, ¿eh? Floi: ¡Gracias por todo!
Floi avanzó por la costa, pero se dió cuenta de un hombre que comía cangrejo en una mesa y se le había caído una pieza de ocho; era claramente un marinero, a Floi le empezaba a dar hambre y pensó que quizás podría cambiar esa pieza de ocho por algo de comida.
Sigilosamente recogió la pieza de ocho de la arena pero...
??? (tomándolo por el brazo): ¿Qué crees que haces ahí muchachito?
Floi se liberó rápidamente.
Corría y corría, su respiración era corta, intentaba huir, corría através del pasto y la arena, pisando a cada pequeña criatura que podría estar escondida ahí...
(*) Me refiero a este tipo de caravana:
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